Operación León Marino: el desembarco alemán en Inglaterra.

A las tres y cuarto de la tarde del 21 de junio de 1940, Adolf Hitler, acompañado por Göring, Raeder, Brauchitsch, Keitel, Ribbentrop y Hess, contemplaba la inscripción conmemorativa de la victoria aliada en la Primera Guerra Mundial en el Memorial de Alsacia-Lorena, en la que se leía: «Aquí, el 11 de noviembre de 1918 sucumbió el orgullo criminal del imperio germano vencido por los pueblos libres que intentó esclavizar«. El monumento, un gran águila que representaba al imperio alemán atravesada por la victoriosa espada que representaba a los aliados, había sido convenientemente tapado con una Reichskriegsflagge ( pabellón de guerra alemán) para evitar que el Führer lo viera. Hitler había llegado unos minutos antes al bosque de Compiégne radiante, pero ante la gran losa, su semblante se volvió sombrío: en unos instantes iba a reparar aquella humillación. Echo un ultimo vistazo y se alejó a grandes zancadas.

Hitler y su sequito ante la inscripción conmemorativa de la victoria aliada en la Primera Guerra Mundial

Aquella derrota y sus consecuencias estaban grabadas indeleblemente en la conciencia de todos los alemanes. Por orden de Hitler, se había recuperado el vagón de ferrocarril del mariscal Foch, conservado como una pieza de museo en los Inválidos de París y transportado hasta el claro del bosque de Compiégne, exactamente en el mismo lugar donde se había firmado el armisticio de 1918. Pocos días antes, el 14 de junio, las tropas alemanas habían atravesando la Línea Maginot al sur de Saarbrücken y ese mismo día, cuando aún no hacía seis semanas que se había iniciado la ofensiva occidental, sus compañeros entraban en Paris. En 1914 los ejércitos alemanes habían combatido durante cuatro largos y sangrientos años y no habían podido llegar a París; ahora lo habían logrado en poco más de cuatro semanas. Las pérdidas aliadas se calculaban en 90.000 muertos, 200.000 heridos y 1, 9 millones de capturados o desparecidos. Mussolini había incorporado a Italia a la guerra una semana antes, con la esperanza de sacar su buena tajada antes de que todo terminase; justo a tiempo para conseguir unas suculentas ganancias y poder disfrutar de la gloria de una victoria fácil conseguida por otros. Pero Hitler, tras haber logrado su gran victoria, sin ninguna ayuda de los italianos, estaba decidido a que el avergonzado y decepcionado Duce, que se veía obligado ahora a soportar el papel de socio menor en el Eje, no participase en las negociaciones del armisticio con los franceses.

Francia quedaba dividida en una zona costera del norte y el oeste que quedaría bajo ocupación alemana, mientras que en el centro y el sur se formaría un estado títere, dirigido por el héroe de la Gran Guerra, «el vencedor de Verdún», Philippe Pétain, con la sede del gobierno en Vichy. El 24 de junio se firmó el armisticio francoitaliano y a la 1:35 de la madrugada siguiente se dieron por terminadas las hostilidades. Hitler proclamó el final de la guerra en Occidente y la con ella la victoria más gloriosa de todos los tiempos. Ordenó que se tocaran las campanas en el Reich una semana entera y que ondearan las banderas durante diez días. El victorioso Führer pasó parte de los días siguientes haciendo excursiones como un turista. Max Amann (jefe de la sección de publicaciones del partido) y Ernst Schmidt, dos camaradas de la Primera Guerra Mundial, se incorporaron a su entorno para una gira nostálgica por los campos de batalla de Flandes, volviendo a visitar los lugares donde habían estado destacados durante la guerra. Luego, el 28 de junio, antes de que se despertasen la mayoría de los parisienses, Hitler hizo su única visita a la capital de la Francia ocupada.

Una vez derrotada Francia, Hitler quería asestar a Inglaterra un golpe tal que la dejase fuera de combate, para obligarla a aceptar las condiciones de paz. Contrariamente a lo que se ha dicho a posteriori, el no tenía ningún interés en dejar que las tropas inglesas de la B.E.F escapasen a la cautividad o a la destrucción. Göring le había convencido de que dejase a la Luftwaffe acabar con el enemigo cercado en Dunkerque y en realidad, nunca se le paso ni tan siquiera por la cabeza que los ingleses pudiesen escapar. Pero la Luftwaffe no llegaría a poder cumplir las promesas de Göring y a pesar de sus proclamaciones de éxito, el mal tiempo y las fuerzas aéreas inglesas se combinaron para impedir lo que Göring había supuesto que sería una tarea fácil y el grueso de la Fuerza Expedicionaria Británica (BEF-British Expeditionary Force), cercado en el puerto de Dunkerque, logro escapar reembarcando de nuevo hacia Inglaterra, en la conocida como Operación Dinamo. Y aunque Dunkeque no contribuirá precisamente a enaltecer ni el prestigio de la Luftwaffe ni el del propio Göring, en realidad, en aquel momento a todo el mundo le parecía que Dunkerque tenía una importancia secundaria para Alemania desde el punto de vista militar ya que se sucedían uno tras otro éxitos asombrosos. Mas bien parecía constituir una enorme derrota para Inglaterra, pero el hecho de que las tropas y sus mandos pudiesen haber vuelto a la isla para combatir más adelante permitirá al recién formado gobierno Churchill mantenerse a flote. Fue un éxito rotundo para los ingleses, porque el material perdido podía ser reemplazado en unos pocos meses, pero la dotación adiestrada no. Tampoco sus cuadros de mando. Con el personal recuperado desde Dunkerque pudieron organizar 22 divisiones, aunque a menos del 50 por 100 de efectivos de plantilla y apenas con 1/5 de la artillería correspondiente.

El 30 de junio de 1940 comenzará la ocupación de las islas del canal; todas las tropas británicas habían sido evacuadas de Alderney, Guernsey y Jersey, y trasladadas a Inglaterra. El 28 de junio habían comenzado los bombardeos de la aviación previos a las operaciones de desembarco. Al finalizar el día, mas de 40 civiles habían resultado muertos como consecuencia de estas operaciones, por lo que a ultima hora de la tarde, el noticiario de la BBC informaba que las islas estaban desmilitarizadas, información que el gobierno británico se preocupo de transmitir a Alemania al día siguiente por medio del embajador de los Estados Unidos. Nuevos vuelos de reconocimiento alemanes confirmarán la ausencia de tropas aliadas en las islas y el 30 de junio de 1940 el piloto de uno de estos aviones de reconocimiento, el Capitán Liebe-Pieteritz aterrizó en el desierto aeródromo de Guernsey siendo de esta forma el primer soldado alemán en poner pie en las islas del canal. Durante la noche, un pelotón alemán aterrizó en el aeropuerto que será capturado rápidamente y de esta manera la Luftwaffe se había adelantado a los planes de invasión de la Wehrmacht. En la tarde del 30 de junio, una escuadra de Junkers Ju-52 de la Luftwaffe transportó dos batallones la 216 división de infantería (relevada posteriormente por la 319 división de infantería) que tomaron tierra en las pistas de Guernsey sin encontrar ninguna resistencia. Jersey se rindió el 01 de julio a las tropas al mando del Capitán Erich Gussak; Alderney fue ocupada el 2 de julio y un pequeño destacamento alemán se trasladó a Sark que se rindió oficialmente el 4 de julio. El nuevo Comandante Militar de las islas del Canal, el Coronel Rudolf Graf von Schmettow llegará el 26 de setiembre para tomar posesión de su cargo. 

Tras el regreso triunfal de Hitler a Berlín, el 6 de julio, prácticamente todo el mundo, dentro y fuera de Alemania, daban la guerra por terminada. La victoria de Alemania estaba a la vuelta de la esquina. Únicamente Gran Bretaña, aunque tambaleante, permanecía desafiante. De la capital del Reich, el Führer de desplazo al Obersalzberg para pasar unos días en el Berghof, donde mantuvo conversaciones con sus generales sobre una posible invasión de Inglaterra, si esta rechazaba el ofrecimiento de paz que iba a hacerle en un discurso ante el Reichstag en los próximos días. Raeder, le había ya planteado a Hitler el 21 de mayo anterior la posibilidad de un desembarco y habían vuelto a hablar sobre ello el 20 de junio. También había analizado el tema brevemente con Brauchitsch, aunque no será hasta el 2 de julio cuando la Wehrmacht sea notificada oficialmente sobre la decisión de Hitler de un posible desembarco, solo si se daban las condiciones necesarias. Estas habían sido planteadas por Raeder: el desembarco solo podría producirse una vez que la Luftwaffe hubiese conseguido el dominio del espacio aéreo sobre la Inglaterra meridional. El 12 de julio, el general Alfred Jodl, jefe del Departamento de Operaciones de la Whermacht ( OKW ), esbozó para Hitler las ideas iniciales sobre los planes operativos para un desembarco en Inglaterra; al día siguiente, recibirá en el Berghof al general Franz Halder, Jefe del Estado Mayor del ejercito (OKH) , para informar de dichos planes operativos.

Franz Halder - EcuRed
Generaloberst Franz Halder

Antes de comenzar la guerra, el 7 de agosto de 1939, un estudio realizado por el Estado Mayor de la Luftwaffe había planteado la idea de una invasión con tropas aerotransportadas que se habría llevado a cabo como parte de operaciones continentales más grandes de toda la Wehrmacht para romper el último poder de resistencia del enemigo, ocupando grandes partes del país. Pero la planificación de la que posteriormente sería denominada Operación León Marino (Seelöwe), comienza poco después de iniciada la guerra, a mediados de noviembre de 1939, cuando el almirante Erich Raeder ordenó a un pequeño grupo de su Estado Mayor estudiar un proyecto de invasión de Inglaterra para analizar las implicaciones que se derivarían de una operación de ese tipo. Este plan inicial será conocido como Operación Norte-Este. La idea era llevarla a cabo por la costa este de Inglaterra, pensando inicialmente en un desembarco entre Yarmouth y Lowestoft, a 190 km al noreste de Londres, con tres o cuatro divisiones de infantería y aerotransportadas, seguidas por una segunda oleada que incluiría divisiones acorazadas y motorizadas. La zona de desembarco considerada era próxima a Alemania y donde mejor podría operar su Flota de Alta Mar. En verano de 1940 los alemanes disponían de dos divisiones de asalto aéreo: la 7.ª de Paracaidistas y la 22.ª Aerotransportada, así como de unos 1.000 aviones de transporte Ju-52 y algo más de 150 planeadores. Calculando un índice de disponibilidad de alrededor del 75%, podían aerotransportarse entre 12.000 y 15.000 hombres, sin apenas artillería ni equipo pesado.

File:Jodl Alfred.jpg - Wikimedia Commons
Generaloberst Alfred Jodl

Como puntos de embarque se contaba fundamentalmente con poder utilizar puertos del mar del Norte y del Báltico, dado que en el momento de redactar el borrador del estudio no se disponía aún de los de Noruega, Países Bajos y Francia, que proporcionarían la campañas de abril y junio de 1940. Este estudio, emprendido solamente por la Kriegsmarine sin que mediase ninguna orden del OKW, tenía el valor de tener prevista alguna operación en caso de que los acontecimientos se precipitaran. Una vez examinado el plan, a finales de diciembre de 1939, el OKL (Oberkommando der Luftwaffe) reseñó que «la operación planeada puede ser considerada únicamente bajo condiciones de absoluta superioridad aérea», dada la incapacidad de la Kriegsmarine para proporcionar la adecuada escolta a los convoyes, puesto que la Royal Navy contaba con un poderío muy superior al alemán en buques de superficie. Posteriormente, ese estudio se modificó al considerar más idóneas las zonas de desembarco entre la desembocadura del Támesis y Kent, por estar más próximas y ser más fácil de escoltar los convoyes de tropas desde Alemania. Hay que tener en cuenta que en la zona Este de Inglaterra el terreno era más ondulado y se prestaba mejor a la maniobra de las unidades mecanizadas y acorazadas, disponiendo además de buenos atracaderos y playas protegidas para el desembarco general.

Proyecto de invasión inicial elaborado por el OKM (Oberkommando der Marine) en noviembre de 1939.

Este plan inicial será revisado sustancialmente tras la caída de Francia con la que Aleania pasaba a disponer de los puertos franceses, belgas y holandeses que daban al canal de la Mancha; ahora el desembarco se lanzaría por el sur. Para gran sorpresa de la Kriegsmarine, el ejercito consideraba el paso del Canal como poco mas que el cruce de río en frente ancho y pretendía una invasión de gran estilo, en un frente amplio, algo que juzgaba táctica y operacionalmente necesario. Habiendo capturado prácticamente todo el material pesado inglés en Dunkerque y sin que en junio y julio de 1940 los británicos dispusieran en la metrópoli más que de una división mecanizada y otras 22 de infantería mal equipadas, tenían pocas probabilidades de sufrir contraataques mecanizados contra sus cabezas de playa; por eso, y para reducir la vulnerabilidad en las playas de desembarco, planificaron un desembarco en un frente amplio.

La Kriegsmarine estaba completamente en desacuerdo con el enfoque del ejercito. El Almirante Raeder dejo bien claro, contra el criterio del general Halder, que no se trataba de cruzar un río, sino un mar dominado por el enemigo y cuya parte más difícil sería el continuo refuerzo de material y abastecimientos. La marina alemana por el contrario, prefería desembarcar en un frente estrecho, yendo por el camino más corto, no solamente porque no podía proteger semejante volumen de trafico hasta las costas británicas, sino porque ni siquiera tenía capacidad para embarcar tal cantidad de tropas. Aparte del transporte y protección durante el tránsito, la operación implicaba, a criterio de la Kriegsmarine:

  1. La limpieza de minas en el estratégico brazo de mar y, a su vez, el establecimiento de densos campos que protegieran los flancos de las rutas de invasión y particularmente de las zonas de desembarco.
  2. El emplazamiento de artillería pesada de costa en cantidad suficiente para proteger el movimiento de los convoyes.
  3. El hostigamiento constante de la flota británica por parte de la Luftwaffe, la cual además debía proporcionar simultáneamente escolta aérea a la flota de invasión y a los posteriores convoyes de reabastecimiento, así como apoyo aéreo próximo a las tropas desembarcadas.

Adicionalmente, en combinación con la operación principal, el OKW preveía la ejecución de una operación de diversión en el Mediterráneo, a cargo de la Armada italiana para fijar a las fuerzas navales británicas basadas en Alejandría, Malta y Gibraltar. Hitler pensaba en la toma de Gibraltar antes de comenzar con la invasión de Inglaterra y que parte de la flota italiana pudiera participar en ella y a tal fin presionaba a Franco para ejecutar la Operación Félix (la toma de Gibraltar por fuerzas alemanas desde territorio español) antes de iniciar la Operación León Marino, con la idea de cerrar el estrecho de Gibraltar y emplear parte de la flota italiana en la invasión de Inglaterra. También intentaba que el Franco le cediera alguna de las islas Canarias, una antigua ambición de la Alemania imperial, para enfrentarse a la posible reacción aliada y a una futura guerra contra Estados Unidos. Por su parte, Churchill ya había ordenado a su vez organizar una expedición de unos 24.000 hombres para tomar Gran Canaria y después Tenerife y el resto del archipiélago en caso de intervención española. Pero las astronómicas demandas de materias primas y las peticiones españolas de territorios de la Francia de Vichy en el norte de África, convencieron a Hitler que la intervención española traería mas problemas que ventajas, arrojando en manos de la Francia Libre el imperio colonial francés.

El 27 de junio de 1940, cuando las operaciones de combate en Francia se habían paralizado por completo, la Luftwaffe volvió a presentar su antigua propuesta para un aterrizaje aerotransportado al otro lado del Canal. Hitler también rechazó esta propuesta, lo cual no es nada sorprendente dada la debilidad de las formaciones aerotransportadas alemanas en el verano de 1940: ni siquiera comprendían dos divisiones completas: la 1.ª División de Paracaidistas , que contaba con solo dos de los tres regimientos habituales y la 22.ª División de Infantería Ligera. Incluso los japoneses, por iniciativa propia, enviaron a mediados de 1940 una misión militar a Alemania para asesorar al mando alemán y transmitirle sus conocimientos sobre la guerra anfibia, ya que habían conseguido en China una gran experiencia práctica en este tipo de operaciones y desarrollado una buena doctrina, pero los alemanes no aceptaron esa ayuda.

El 30 de junio de 1940,  el general Jodl, presentó un memorándum de seis páginas sobre «la continuación de la guerra contra Inglaterra». La suposición inicial de Jodl era simple: «La victoria final de Alemania sobre Inglaterra es solo cuestión de tiempo. Las operaciones ofensivas enemigas a gran escala ya no son posibles”. Por lo tanto, consideró que «el desembarco con el objetivo de ocupar Inglaterra» era solo la tercera opción, junto con un «sitio» de la isla y el » ataque contra los centros de población ingleses «. Jodl asumió que la Fuerza Aérea y la Marina juntas podrían «paralizar y finalmente romper la voluntad de resistencia de la gente». Eso «obligaría» a cualquier gobierno de Londres a capitular.

También para Hitler, que estaba francamente desconcertado por la recalcitrante negativa Inglesa a firmar la paz, el desembarco debía ser el ultimo recurso. Para el, la derrota militar de Gran Bretaña traería consigo la desintegración del Imperio británico, algo que solo beneficiaria a Japón y los Estados Unidos. Por esas mismas fechas los Estados Unidos consideraban ya a Inglaterra, que sufría un riguroso asedio, prácticamente perdida. Creían al igual que Hitler que de haber sufrido Inglaterra una derrota decisiva sin duda se habría puesto en duda la fidelidad de los dominios británicos. A Hitler le parecía que, el que los ingleses se aviniesen a razón, era mucho mas deseable para todos que una invasión.

El 16 de julio de 1940 Hitler firmo la «Directriz nº 16 para los preparativos de una operación de desembarco contra Inglaterra». En su preámbulo establecía: «puesto que Inglaterra, pese a su situación militar desesperada, aun no da ninguna señal identificada de que este dispuesta a llegar a un acuerdo, he decidido preparar una operación de desembarco contra ella y, en caso necesario, llevarla a termino«.

Seguían los planes operativos:

El desembarco debe ser efectuado por medio de una operación por sorpresa, sobre un ancho frente que se extiende desde Ramsgate hasta el oeste de la isla de Wight. Elementos de la Aviación cumplirán el cometido de la artillería y elementos de la Marina el de los ingenieros. Pido a cada uno de los tres Ejércitos que consideren desde su propio punto de vista las ventajas que puedan presentar ciertas operaciones preliminares, tales como la ocupación de la isla de Wight o del Condado de Cornualles, antes de la invasión general. Los tres Ejércitos me informarán del resultado de sus deliberaciones. La decisión final la tomaré personalmente. Los preparativos deben estar terminados para finales de agosto. Para que el desembarco sea posible hay que emprender las acciones siguientes:
— La aviación británica ha de ser eliminada, para que ya no pueda oponerse eficazmente a las tropas de invasión.
— Deben dragarse las rutas marítimas.
— Los dos flancos de la zona de paso, al este del Paso de Calais y al oeste, sobre la línea Alderney-Portland, deben ser minados de forma que resulten infranqueables.
— La artillería pesada de costa debe dominar y proteger el frente de partida, por completo.
— Las escuadras británicas deben ser inmovilizadas a la vez en el norte y en el Mediterráneo (por los italianos en ese mar). Con ese objeto, las fuerzas navales británicas enemigas en los puertos ingleses y en las costas serán atacadas por la aviación y por los buques, con torpedos
.

La operación se denominó Seelöwe, León Marino. Una vez firmada la directriz, Hitler fijo la fecha para su discurso ante el Reichstag.

Orden operativa al jefe de Estado Mayor del ejército alemán del general
Halder el 17 de julio de 1940, ordenándole la preparación de la invasión de
Inglaterra
Este documento ofrece una visión general de
el transporte para el ejército. Enumera la
unidad de transporte, dónde y a qué hora
debe comenzar y terminar la carga, donde se
debe descargar y donde el personal superior
debe unirse para cargar inmediatamente.

De acuerdo con esta directiva, se estudió una operación por sorpresa en la costa sureste de Inglaterra, en Kent, así como también operaciones preliminares que incluían la toma de la isla de Wight y ciertos puntos de Cornualles. En sucesivos viajes seguirían divisiones acorazadas y motorizadas. En la operación tomarían parte los grupos de ejército A y B, desembarcando en amplio frente de más de 300 km en línea recta en tres áreas de ejército, que iban de Ramsgate, en Kent, hasta Dorchester.

El 19 de julio, Hilter pronunciará su discurso de más de dos horas ante el Reichstag en pleno, reunido en la Opera Kroll de Berlín ( habría de postergarlo tres veces, claro indicio de que no estaba seguro de como proceder en aquel momento). En los escaños de seis diputados que hablan caído en la campaña occidental, se habían colocado coronas de laurel. Su objetivo: hacer a los ingleses una oferta breve pero imprecisa, dejando claro que era la ultima palabra y la elección estaba en manos de Londres. El discurso estaba diseñado para abrir el camino para una posible solución negociada. Él, dijo, no tenía ningún deseo de destruir el Imperio Británico y estaba dispuesto a considerar los términos, aunque «como un conquistador». En realidad, no había ofrecido nada que pudiese tentar a los enemigos de Churchill, que podrían haber formado un grupo de presión a favor de la paz. El gobierno británico rechazó la propuesta formalmente el 22 de julio; el 23 Goebbels dijo en una conferencia de prensa: «¡Caballeros, habrá guerra!.

Mientras tanto, los preparativos para la invasión continuaban en marcha. En un plan más ambicioso, finalizado a principios de agosto de 1940, el Grupo de Ejércitos A, al mando del mariscal Von Rundstet, compuesto por el 16.º y el 9.º Ejércitos, debía tomar una franja de terreno en la costa inglesa de unos 180 km de frente por 30 km de profundidad, comprendida entre Ramsgate y Bognor Regis, cerca de Plymouth. El 16.º Ejército (formado por tres cuerpos de ejército con seis divisiones), bajo el mando del general Busch, partiendo de los puertos de Ostende, Dunkerque, Calais y Boulogne, debía desembarcar sus unidades entre Ramsgate y Bexhill; el 9.º Ejército (dos cuerpos de ejército con otras cuatro divisiones), a las órdenes del general Strauss, saldría del estuario del Sena, principalmente de Le Havre, y desembarcaría sus fuerzas entre Brighton y Portsmouth. Dos divisiones aerotransportadas cooperarían con la operación por superficie. En una segunda fase, se transportarían seis divisiones acorazadas y otras tres motorizadas, con 650 carros. La siguiente embestida debía ampliar el terreno conquistado hasta la línea Southampton-Graveland. El plazo para el desembarco de todos esos efectivos era de once días. El Grupo de Ejércitos B, al mando del general Von Leeb, con el 6.º Ejército (un cuerpo de ejército con tres divisiones inicialmente), liderado por el general Von Reichenau, partiendo del puerto de Cherburgo, debía realizar un tercer desembarco en las costas de Dorchester, en Lyme Bay, entre esa bahía y Weymouth. Convenientemente reforzado, debía profundizar hasta Bristol y, en coordinación con el Grupo de Ejércitos A, que desbordaría Londres por el este y el oeste, debían alcanzar la línea Gloucester-St Albans-Maldon. Al final se pretendía desembarcar en Reino Unido un total de 39 divisiones. Con ello el Alto Mando alemán pensaba que los británicos se avendrían finalmente a negociar la paz.

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Para esta operación, la Kriegsmarine estimaba necesarios 155 transportes, 1.722 barcazas, 471 remolcadores y 1.161 embarcaciones a motor. Con este fin, se construyeron algunas barcazas de desembarco de fondo plano, que se fueron concentrando en los puertos anteriormente mencionados y se acopiaron gabarras fluviales del Rin y de Holanda, que se retocaron para navegar por el Canal, aunque con lentitud. Como un desarrollo de Seelöwe, a partir de 1940 la Kriegsmarine había estado probando diversos vehículos destinados a la guerra anfibia, llegando a la conclusión de que debían disponer de un vehículo para operaciones de desembarco y abastecimiento, que tuviera una rampa para poderse utilizar en playas y que aguantara una mar de fuerza 5 (olas de tres metros). En su construcción debería emplearse el mínimo posible de materiales estratégicos y deberían poder ser manejadas por personal poco cualificado. Las versiones de MFP (Marinefährprahme  o MFP en alemán ) variaron a lo largo de la guerra desde el primer «Typ A» al «Typ D»; la versión básica se denominó «F», con numeración hasta el 100. La primera MFP será comisionada en abril de 1941 y hasta el final de la guerra se fabricaran unas 700 en total, muchas de ellas empleadas en tareas imprevistas inicialmente. Las MFP serán desplegadas durante la Operación Beowulf II, durante la invasión alemana de las islas de Saaremaa, Hiiuamaa y Muhu el 14 de septiembre de 1941 y brindarán apoyo logístico durante el asedio de Sebastopol en junio de 1942. Su capacidad variaba entre 85 y 140 toneladas y llevaban un portalón delantero abatible, que permitía cargar directamente en la bodega. La mayoría de las MFP medía en torno a 47 m de eslora y 6,5 de manga, con un puntal de 4,7 m y calado de 1,4 m.

MFP, probablemente del tipo A, frente a la costa holandesa
Operación Sea Lion: el plan de Alemania para invadir Gran Bretaña en la  Segunda Guerra Mundial
Gabarras fluviales concentradas en un puerto del norte de Francia

Por su parte La Luftwaffe estimada que tendría que empeñar 2.700 aparatos: 1.015 bombarderos, 346 bombarderos en picado, 933 cazas y otros 375 cazas de gran radio de acción, sin contar los transportes.

Entrenamiento para la Operación León Marino, verano de 1940. Desembarco de un carro Renault R-35
Entrenamiento para la Operación León Marino, verano de 1940. Rampa de acceso para descarga de equipos. Ostende, verano de 1940
Entrenamiento para la Operación León Marino, verano de 1940.

Sin embargo, los alemanes ignoraban casi todo del orden de batalla inglés. Calcularon el tiempo de reacción que necesitarían las reservas inglesas para contraatacar en no menos de cuatro días, mientras que los propios ingleses estimaban que podían hacerlo en unas pocas horas, antes de que las tropas asaltantes se hubieran consolidado. Otra cosa era la verdadera capacidad de esas reservas para influir decisivamente en los contraataques. El Alto Mando alemán estimaba que los ingleses dispondrían de las tropas evacuadas en Dunkerque, fogueadas y motivadas por luchar en suelo patrio, pero insuficientemente dotadas, dada la magnitud del desastre de la evacuación de Dunkerque.

Mientras tanto, Raeder, que veía la operación irrealizable con los recursos disponibles (fundamentalmente los suyos propios), no paraba de señalar inconvenientes mientras mantenía su posición de desembarcar en un frente estrecho con una fuerza mucho menor y cruzando el canal de día, ya que de noche se carecería de protección aérea y la marina británica podría casi con toda seguridad interceptar la flota de invasión aprovechando la oscuridad. En cualquier caso, el Führer, según evolucionara la situación en el aire, resolvería en una y dos semanas si seguir adelante o posponer la operación a la primavera de 1941. La ofensiva aérea alemana se inició el 5 de agosto y a finales de ese mes y en la primera semana de septiembre adquirió la máxima intensidad. Su decisión, por tanto, dependería fundamentalmente del resultado de la batalla aérea sobre Inglaterra.

Panzer I of 2 Panzer Regiment training for Operation Seelowe Scheveningen  Holland 1940 | World War Photos
Panzer I del 2º Regimiento Panzer entrenando para las operaciones de desembarco del Seelowe – Scheveningen, Hollanda 1940.

Finalmente ante las serias reticencias y fundamentalmente, la evidente falta de capacidad de la Kriegsmarine para apoyar un plan tan ambicioso, el 3 de septiembre el Ejército alemán diseñó un nuevo plan que modificaba sustancialmente el concepto inicial; llevaba aparejadas una notable reducción de la fuerza expedicionaria con la participación solamente los 9.º y 16.º Ejércitos ( ya no se preveía la participación del 6.º Ejercito). En total entre ambas unidades iban a desembarcar, en un primer escalón, seis divisiones de infantería en seis días y dos aerotransportadas, previéndose un segundo escalón de refuerzo con otras siete divisiones que incluían divisiones acorazadas y mecanizadas, en varios viajes, en otros seis días: 13 divisiones y otras dos divisiones aerotransportadas en total. El frente inicial de ataque de las cabezas de playa del primer escalón se limitaba a la zona Folkestone-Eastbourne y a la de Brighton-Selsey Bill. Así, pues, del total de 19 divisiones y dos aerotransportadas previstas para empeñar en 11 días el primer plan, se pasó a 13 (más dos de asalto aéreo) en doce días, que a duras penas podían cruzar el Canal, con un irrisorio apoyo de fuego naval y reduciendo el frente de ataque de 300 km a solo 80 km. El frente de desembarco se dividió en cuatro zonas (la Zona A, de Deal a Folkestone, fue desechada por playas inabordables):
-. Zona B: Folkestone-Dungeness, 33 km.
-. Zona C: Dungeness-Cliffsend, 17,5 km.
-. Zona D: Bexhill-cabo Beachy, 11,5 km.
-. Zona E: Brighton-Selsey Bill, 48 km.

Prototipo de embarcadero artificial instalado frente a Zeebrugge (costa belga) para probar su eficacia antes de la operación «Seelöwe». Ante las posibles dificultades de descarga del equipo en la costa inglesa, este pantalán habría permitido un rápido traslado del equipo desde un carguero de la Kriegsmarine o desde un buque de la marina mercante alemana.
Ejercicio de carga con un Panzer III anfibio modificado

De las cuatro divisiones del 16.º Ejército dos de ellas embarcarían en Rótterdam, Ostende, Dunkerque y Calais, para desembarcar en las zonas B y C, y las otras dos en Boulogne, con la idea de hacerlo en la zona D. Este ejército debía ensanchar su frente hasta la línea Canterbury-AshfordTenderden-Etchingham. Dos divisiones del 9.º Ejército embarcarían en Le Havre y pondrían pie a tierra en la zona E: una fuerza inicial de unos 5.000 efectivos desembarcaría en lanchas torpederas y embarcaciones ligeras, sin artillería ni equipo pesado y establecería una cabeza de puente que se incrementarían en sucesivos viajes con el resto de la dotación de las dos divisiones; el apoyo logístico lo debían recibir de las tropas de la zona D, a unos 33 km por carretera.

Infantería alemana practicando para la invasión en la costa francesa

Previamente, el día S (S-Tag, día D en terminología alemana) la 7.ª División de Paracaidistas debía ocupar las alturas al Norte y Noroeste de Folkestone, bloquear la carretera de Canterbury a Folkestone y ocupar el aeródromo situado en las proximidades de Ashmarsh. Tropas aerotransportadas de la 22.ª División, en dos grupos muy separados, debían tomar las alturas al Norte de Eastbourne y las situadas al Noroeste de Brighton. No se esperaba ninguna reacción de fuerza hasta el día D + 4. Posteriormente, las tropas del 9.º Ejército que hubieran desembarcado debían avanzar hasta la línea que iba desde las alturas al Norte y Oeste de Brighton hasta las situadas al Oeste y sureste de Lewes. Desde estos objetivos intermedios, ambos ejércitos se tenían que desplegar para alcanzar inicialmente la línea: Portsmouth-Petersfield-Guildford-ReigateGravesend.

Bajo el nombre clave de Operación Lena, al menos 20 agentes serán enviados a Gran Bretaña para recopilar información sobre las defensas costeras inglesas. Dado que la mayoría de estos hablaba un inglés muy básico, todos fueron capturados rápidamente e incluso algunos fueron convencidos para desertar, proporcionando información falsa. Algunos historiadores han querido ver en un intento tan amateur el resultado de un sabotaje por parte del jefe de la oficina de Inteligencia del Ejercito en Hamburgo, Herbert Wichmann, critico del régimen nazi y con estrechos vinculos con el Almirante Canaris, jefe de la Abwehr (inteligencia militar alemana).

SS-Oberführer profesor doctor Franz Six, en esta fotografía anterior al rango indicado con uniforme de SS-Standartenführer

Pero Alemania no solo hacia planes para el desembarco. Tras la invasión y ocupación, Gran Bretaña e irlanda se dividirían en seis comandos militares con sede en Londres, Birminghan, Newcastle, Liverpool, Glasgow y Dublin. El palacio de Blenheim, residencia de los duques de Marlborough, serviría como cuartel general del gobierno militar de ocupación. El SS-Oberführer profesor doctor Franz Six sería el nuevo jefe de la Policía de Seguridad (SD). Designado para el cargo el 17 de Septiembre de 1940 ( el mismo día en el que Hitler pospuso indefinidamente la invasión) Six estaba al frente del Amt. VII, Investigación ideológica, en la RSHA, un departamento que sondeaba la opinión pública en general sobre una serie de temas. Trabajando de forma conjunta con el Ministerio de Propaganda, controlaba el avance del adoctrinamiento nazi del pueblo alemán. Su misión inmediata habría sido perseguir y arrestar a las 2.820 personas que aparecían en la Sonderfahndungsliste G.B o «Lista de búsqueda especial Gran Bretaña». Este documento, que después de la guerra se conoció como «El Libro Negro», era una lista secreta compilada por el SS Brigadeführer Walter Schellenberg, que contenía los nombres de destacados británicos que serían arrestados inmediatamente después de la invasión.

La Sonderfahndungsliste G.B. no era mas que un apéndice o suplemento del manual secreto Informationsheft Grossbritannien (Informationsheft GB) que proporcionaba información a los servicios de seguridad alemanes sobre las instituciones que se estimaban que se resistirían a los nazis, incluidas las escuelas públicas y privadas, la Iglesia de Inglaterra, las logias masónicas y los Boy Scouts. El manual describía la organización de la policía inglesa y tenía una sección que analizaba las agencias de inteligencia británicas. Incluía además cuatro páginas con unas 30 fotografías tamaño pasaporte de personas que también aparecían en el apéndice de 104 páginas; una lista en orden alfabético de 2.820 nombres, algunos de los cuales estaban duplicados. Las abreviaturas después de cada nombre indicaban el número de la Oficina Central de Seguridad del Reich (RSHA) a la que se entregaría a la persona. Churchill, por ejemplo, iba a ser puesto bajo la custodia de Amt VI (Ausland-SD, Inteligencia Extranjera), pero la gran mayoría de las personas enumeradas en el Libro Negro debían ser puestas bajo la custodia de Amt IV (Gestapo). También señalaba oportunidades para el saqueo de museos y galerías de arte. El libro tenía algunos errores significativos, como personas que habían muerto (Lytton Strachey, murió en 1932) o que ya no vivían en el Reino Unido (Paul Robeson, se mudó a los Estados Unidos en 1939). Se imprimieron alrededor de 20.000 ejemplares, pero el almacén en el que estaban almacenados fue destruido en un bombardeo y solo conocen actualmente dos originales: uno está en el Imperial War Museum de Londres y el otro se encuentra en la Biblioteca y Archivos de la Institución Hoover.

Bundesarchiv Bild 101III-Alber-178-04A, Walter Schellenberg.jpg
Walter Schellenberg, SS Brigadeführer y Jefe de información y contraespionaje alemán (Amt VI (Internacional) o Ausland-SD de la RSHA), un servicio secreto para reunir información dirigida contra países extranjeros, que también organizaba el espionaje en territorio enemigo. Al principio lo dirigió el SS-Brigadeführer Heinz Jost y después, Walter Schellenberg.

Six también habría sido responsable de manejar la gran población de judíos británicos, más de 300.000 en ese momento. También debía asegurar «resultados de investigación aerotecnológica y equipos importantes», así como «obras de arte germánicas». Se planteó también la idea de trasladar la Columna de Nelson a Berlín. La RSHA planeó hacerse cargo del Ministerio de Información, cerrar las principales agencias de noticias y tomar el control de todos los periódicos.

De acuerdo a la planificación de la policía alemana, la ocupación sería una medida temporal. La Oficina Central de Seguridad del Reich (RSHA) junto con el ministerio de Asuntos Exteriores, había elaborado listas de aquellas personalidades en las que se podía confiar para la formación de un nuevo gobierno pro alemán ( Oswald Mosley o Harold Nicolson), similar al de la Noruega ocupada.

Algunas fuentes indican que los alemanes sólo tenían intención de ocupar el sur de Inglaterra, como muestra la planificación de León Marino, existiendo borradores de documentos sobre la regulación del paso de civiles británicos entre los territorios ocupados y los no ocupados de Inglaterra. La misma idea de León Marino establecía la ocupación del Sur de Inglaterra como medio por el cual obligar a los ingleses a sentarse a la mesa de negociaciones y firmar la paz. Los planificadores nazis habían estudiado también la concesión de la independencia a Escocia y la creación de una Irlanda unida y un estado autónomo para el oeste de Inglaterra. Instituir nacionalidades aseguraría la hegemonía alemana sobre Europa Occidental.

En el verano de 1940 se imprimirá una versión inglesa del Mein Kampf, basada en la traducción de James Vincent Murphy, que se distribuirá en el Reino Unido una vez que se complete la Operación León Marino. Con la invasión ya cancelada, la mayoría de las copias se distribuyeron a los campos de prisioneros de guerra de habla inglesa. En la actualidad, las copias originales son muy raras y muy buscadas por coleccionistas de libros interesados ​​en la historia militar.

Dado que Göring solicitó más tiempo para lograr la superioridad aérea, Hitler fijó el día S para el 15 de septiembre. Los embarques de las tropas se realizarían escalonadamente, el tránsito se efectuaría durante la noche y el desembarco al alba de ese día. La orden final para iniciar la operación se confirmaría el día S-10. De acuerdo al cronograma establecido,el día S-10 se iniciaría la carga de material; el S-3, las tropas, y el S-1 se saldría a la mar. En total, en la ultima actualización de León Marino, se preveía desembarcar unos 80.000 hombres en la primera fase y 175.000 en total, con un tren de alrededor de 35.000 caballos y mulas y 18.000 vehículos, entre ellos 250 carros de combate. Para transportarlos contarían con unos 480 remolcadores, 1.900 barcazas fluviales y alrededor de 140 buques mercantes, medios semejantes a los del primer plan. La escolta para el tránsito a Inglaterra era reducida forzosamente, dado que la Kriegsmarine no disponía de más medios: 10 destructores, 20 torpederos y 45 lanchas torpederas para escolta y apoyo de fuegos y unos 200 dragaminas para abrir pasillos entre los campos de minas. 21 submarinos apoyarían la operación, situando 15 en la zona occidental del Canal y seis frente a las bases y puertos británicos del sudeste de Inglaterra. Los cruceros pesados Hipper y Scheer realizarían una maniobra de diversión con una incursión hacia el norte para atraer a las unidades pesadas de la Royal Navy con base en Scapa y Rosyth.

Visita de inspección del comandante del ejército alemán (Oberkommando des Heeres) Mariscal (Generalfeldmarschall) Walter von Brauchitsch acompañado por los generales Georg-Hans Reinhardt y Ritter Eugen von Schobert a Ostende durante los preparativos para la operación «Seelöwe»

El día 5 de septiembre de 1940, a la vista de que la Luftwaffe no sería capaz de imponerse en el aire, el día S se pospuso nuevamente ahora para el día 21 de septiembre. Entre el 10 y el 13 de septiembre hubo señales de que Hitler descartaba ya la idea de desembarco. Los ataques aéreos alemanes se intensificaron durante la primera quincena de septiembre, alcanzando su cenit el día 15. La Luftwaffe había perdido 182 aparatos durante esa primera quincena de septiembre, 43 solo el día 15. El 14 de septiembre Hitler explico a sus comandantes que no se habían alcanzado las condiciones necesarias para lanzar la operación León Marino; sus propios jefes militares no creían que el desembarco en Inglaterra pusiese efectuarse de manera exitosa en aquella fase de la guerra. El almirante Raeder había informado a Hitler en su momento que tal operación podría significar muy probablemente la ruina total del ejército expedicionario, con pérdidas muy severas y prácticamente irreparables para la Kriegsmarine.

La batalla por dominar el espacio aéreo había terminado y la Luftwaffe había fracasado siendo ya evidente que no podía conseguir la supremacía aérea, ni tan siquiera ya la superioridad aérea local para el paso del canal. Hitler aplazó el desembarco al mes de diciembre , y después a la primavera de 1941 y acabó por descartarlo por completo en 1942, si es que alguna vez lo tomó realmente en consideración. Pero para Alemania era imperativo sacar a Inglaterra de la guerra cuanto antes y aunque en el otoño de 1940 aun disponía de opciones para ello, el Führer había fijado ya su atención en la Unión Soviética. Los sondeos para alcanzar la paz habían fracasado. La batalla por dominar el cielo del canal había sido perdida. En opinión de Hitler solo había una opción que aunaba sus necesidades estratégicas e ideológicas: el ataque a su hasta entonces aliado soviético.

Curiosamente, el abandono de la operación León Marino fue recibido con gran alivio por la Wehrmacht aunque los preparativos, no obstante, se mantuvieron activos durante bastantes meses no solamente para seguir ejerciendo una intensa presión psicológica sobre los británicos, sino y fundamentalmente, para enmascarar el proyecto y las concentraciones de tropas destinadas a invadir la URSS.

Es cierto que los alemanes no disponían de los medios de desembarco adecuados ni en cantidad suficiente para tamaña empresa, ni en calidad; tampoco tenían una doctrina apropiada ni adiestramiento para una operación de la naturaleza y envergadura de León Marino ni habían organizado una fuerza conjunta con mando único. Pero pesar de sus dudas, Hitler probablemente hubiese estado tentado al paso si la Luftwaffe hubiera obtenido la victoria y probablemente, podría haber conquistado Inglaterra, dada la debilidad británica, en el verano de 1940. Después, simplemente los ingleses se hicieron demasiado fuertes y Hitler ya había centrado su atención en la Unión Soviética.

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