El 17 de diciembre de 1989 se anunciaba la disolución del Ministerium für Staatssicherheit (MfS) , más conocido por su abreviatura: la Stasi, el Ministerio de la Seguridad de la RDA, la máquina más sofisticada de vigilancia y represión puesta en marcha jamás por una dictadura. Sus orígenes se remontan a los días inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, antes incluso de que se produjese la división de Alemania en dos países rivales. En 1946 las tres potencias vencedoras (Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética) y Francia, encargadas de administrar lo que quedaba de Alemania, ocupada, implantaran sus propios sistema en sus respectivas zonas de ocupación.
En lo que respecta a las fuerzas policiales, en la Zona de Ocupación Soviética (SBZ) hubo un cambio de personal y con muy pocas excepciones, todos los oficiales que estaban con la policía antes del 8 de mayo de 1945 fueron despedidos y reemplazados por recién llegados sin antecedentes y sin experiencia en el servicio policial, lo que tendrá como resultado el hundimiento del nivel profesional de la policía. Las unidades de policía locales o regionales, conocidas como la Policía Popular, se establecieron con relativa rapidez y se colocaron bajo una dirección central.
Junto a la Policía Popular, responsable del orden público, el Kommissariat-5 (K-5) será el responsable de depurar a los antiguos nazis y de la seguridad interna. Estructurado a imagen y semejanza de la NKVD (que pasará a denominarse KGB en 1954), el K-5 no tardará en ampliar sus competencias. Con la llegada de la Guerra Fría, el enemigo ya no sólo eran los antiguos nazis sino cualquiera que se «opusiera al avance del socialismo»: el empresario reacio a nacionalizar su empresa, el ciudadano que criticaba los ataques a la democracia o, sencillamente, el militante socialista que rechazaba la fusión del partido socialdemócrata con el comunista en un único movimiento, el SED (Partido Socialista Unificado de Alemania), cuya creación se orquestó en la primavera de 1946. Administrativamente, el K-5 dependía de la Policía Popular. Internamente las unidades K5 llevaban a cabo operaciones y tareas de inteligencia y eran parte de la policía política, desarrollando una supervisión general de la policía alemana, la administración, el poder judicial y el despertar de la vida pública en sindicatos, iglesias, etc. A partir de 1948, la Unidad K5 unificó la policía criminal previamente organizada y las unidades de policía criminal k5 de los departamentos de policía locales.
De esta forma al proclamarse la RDA el 7 de octubre de 1949, el nuevo Estado ya contaba con un instrumento de represión plenamente operativo. Las unidades de la Policía Popular quedaron subordinadas al nuevo Ministerio del Interior. Con la disolución de los estados federales en 1952, la fuerza policial de la RDA fue finalmente una organización alineada uniformemente y controlada centralmente. Ese mismo año, las unidades de la Policía Popular, que ya habían recibido entrenamiento militar, se convirtieron en las llamadas «Kasernierte Volkspolizei» (KVP).
El 8 de febrero de 1950 la Volkskammer (Cámara del Pueblo) de la RDA aprobara, por unanimidad, el «Proyecto de Ley para establecer un Ministerio de Seguridad del Estado» (Ministerium für Staatssicherheit o MfS). Dicha aprobación fue precedida por una resolución secreta del Politbüro del SED el 24 de enero de 1950. La Policía Fronteriza Alemana y la Policía de Transporte fueron colocadas bajo la autoridad del Ministerio de Seguridad del Estado. El viceprimer ministro Walter Ulbricht nombró a Wilhelm Zaisser como Ministro y Erich Mielke como secretario permanente el 16 de febrero de 1950. El antiguo K-5 se transformaba en una organización de vigilancia integral ascendida ahora al rango de Ministerio. Wilhelm Zaisser, el nuevo ministro de la seguridad estatal de la RDA, era un viejo militante comunista que había luchado en las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil española y era también el responsable en el politbüro de la Seguridad del Estado.
Al nuevo organismo se le asignó un objetivo aún más ambicioso que la mera represión. El ministro del Interior, Karl Steinhoff, lo resumió en pocas palabras ante la Cámara del Pueblo el 8 de febrero de 1950: «Emprender una batalla decisiva contra la actividad de los agentes enemigos, subversivos, saboteadores y espías para proteger nuestro desarrollo democrático y garantizar de forma continuada los objetivos de nuestra economía de paz». La tarea principal del MfS fue la de localizar y arrestar a todos los opositores de la transformación de la RDA a la Democracia Popular inspirada en el modelo soviético, transformación que debería llevarse a cabo en todas las áreas de la sociedad.
Pero no fue prevista supervisión alguna por el Parlamento o por un comité ministerial. El MfS solo era responsable ante el liderazgo del SED (Sozialistische Einheitspartei Deutschlands o Partido Socialista Unificado de Alemania) y siempre se vio a sí mismo como el «escudo y espada del Partido«. Cualquier idea o actitud que se desviase de las normas del SED se consideraba inmediatamente subversiva y enemiga del Estado. El viceprimer ministro Otto Nuschke declaró en 1953 que el Ministerio actuaba como una «autoridad con su propia responsabilidad«. En esta primera fase de la Stasi, los oficiales del MGB (Ministerio de Seguridad del Estado de la URSS) tomaron las riendas del Servicio de Seguridad del Estado de la RDA. Cada jefe de unidad de servicio tenía su propio «instructor» soviético. En casos importantes, los órganos soviéticos asumieron las investigaciones ellos mismos.
Tras el rotundo fracaso de la Stasi en la detección precoz y posterior supresión del levantamiento popular del 17 de junio 1953, el Ministerio fue degradado el 23 de julio a Secretaría de Estado de Seguridad del Estado (SFS) y subordinado al Ministerio del interior de la RDA, hasta el 24 de noviembre de 1955, fecha a partir de la cual volverá al grado de Ministerio. Sin embargo la Stasi tuvo un papel muy importante en la identificación y detención de los llamados «líderes» y «provocadores occidentales» y así durante la noche del 22 de junio de 1953, más de 6.000 personas fueron arrestadas por la Stasi y la Volkspolizei. Zaisser intentó deponer al Secretario General del SED (Sozialistische Einheitspartei Deutschlands o Partido Socialista Unificado de Alemania) Walter Ulbricht después del levantamiento de junio de 1953, siendo sustituido por Ernst Wollweber a partir de entonces.
Para los oponentes al régimen, los reales y los supuestos, los años 50 fueron los más sombríos. Los principales métodos de la Stasi durante la fase de «logro terrorista-administrativo y aseguramiento del poder» consistieron en arrestos arbitrarios y confesiones de extorsión mediante incesantes interrogatorios nocturnos y otros métodos de tortura.
Estos tenían como objetivo probar las supuestas actividades de espionaje de la persona arrestada para los servicios de inteligencia occidentales y las organizaciones clandestinas. Tampoco la mentalidad estalinista adoptada durante la industrialización aceptó paros en la producción como resultado de maquinaria obsoleta, desgastada o sobrecargada, si que para ellos se trataba de «actos hostiles de sabotaje». Aunque hubo pocos asesinatos políticos (en comparación con lo que sucedía en otros países comunistas, claro) y de que la RDA no fue escenario de grandes juicios-espectáculo que sí sufrieron en la misma época las demás «democracias populares» del este de Europa, las detenciones de «trotskistas, saboteadores y conspiradores» se contaban por millares cada año, en particular en Berlín oriental. La mayoría iba a parar a la terrible prisión de Hohenschönhausen, un emplazamiento clave durante los 44 años de persecución política. La Stasi tenía otras 17 «cárceles preventivas», pero todas se dirigían desde allí. Detuvieron incluso a miembros del partido que habían emigrado a países occidentales durante el período nazi; otros miembros del SED también fueron víctimas de estas acciones de depuración. Entre las víctimas más prominentes de las purgas estalinistas de la RDA destacan Kurt Müller, Willi Kreikemeyer, Paul Merker, Max Fechner, Carlos Hamann y Georg Dertinger. Además, la Stasi secuestró en la década de 1950 entre 600 y 700 personas en el oeste de Alemania a raíz de varias detenciones contra los «agentes del enemigo» .
Un breve período de desestalinización en el verano de 1956 llevó a la pronta liberación de 25.000 prisioneros, entre ellos muchos presos políticos. La práctica habitual de tortura también comenzó a discutirse internamente pero después del levantamiento popular en Hungría en 1956 se desatará una nueva ola de represión. Wollweber también entró en conflicto abierto con Walter Ulbricht, renunciando en 1957 tras varios enfrentamientos con Walter Ulbricht y Erich Honecker, y siendo sustituído por su adjunto, Erich Mielke que dirigirá a la Stasi con mano de hierro hasta el 7 de noviembre de 1989, el día de la renuncia de los Ministros de la República Democrática Alemana.
La sede de la Stasi se estableció en Berlín Este. El ministerio se afincó inicialmente en las dependencias de la Oficina de Impuestos de Lichtenberger en Normannenstraße 22, en una zona residencial y ajardinada de Berlín oriental. Poco a poco, la sede de la Stasi ira marcando con su impronta el distrito. Se construyeron e incorporaron más y más edificios y terrenos en el área de Rusche, Norman y Magdalenenstraße, debido al constante incremento de sus efectivos que a su vez necesitaban más y más espacio para oficinas y estacionamientos. En el centro del área se encontraba la llamada «Casa 1», edificio que se terminó en 1962 y en que se encontraba la oficina del Ministro Mielke. La sede de la Stasi experimentó una gran expansión entre 1975 y 1979 mediante de la construcción del llamado «subobjeto» Gotlindestraße al norte de la Normannenstraße. Posteriormente, se construyó un ala separada de servicio y suministro, en la que desde 1982 se habilitaron comedores exclusivamente para empleados de la Stasi, un centro de conferencias, un supermercado,peluquería, agencia de viajes, una tienda de recuerdos y una librería.
La entrada principal era a través de la Ruschestraße. La expansión del ministerio cambió la topografía de esta zona de Berlín-Lichtenberg. Primero desaparecerán edificios individuales, luego calles enteras. Nuevos planes de expansión estaban ya en planificación pero no llegaron a realizarse debido caída de la RDA. En octubre de 1989, la zona delimitada por Rusche, Norman y Madgalenenstrasse, así como el Frankfurter Allee incluía un total 41 edificios individuales. La zona de exclusión junto con el sub-objeto en la Gotlindestraße comprendía aproximadamente 22 hectáreas. 7,000 empleados de Stasi trabajaban aquí. A finales de la década de 1990, esto debería haber sido equivalente a alrededor del diez por ciento del espacio total de oficinas de Berlín. Una autentica ciudad dentro de la ciudad que en gran medida escapó a la mirada de los forasteros.
Aunque oficialmente la RDA era un estado «multipartidista», en la práctica el SED tenía el monopolio político sobre el resto de partidos y organizaciones y era la principal formación política de la República Democrática Alemana (RDA), desde la fundación del estado hasta las elecciones del 18 de marzo de 1990. En 1989 el partido estaba integrado por 2.260.979 militantes. En el transcurso de la reforma del gobierno local de la RDA en 1952, el MfS disolvió sus cinco administraciones provinciales (Länder) y estableció 14 administraciones regionales en su lugar. El personal y la infraestructura aún no eran suficientes para establecer oficinas locales en los 217 nuevos distritos urbanos y rurales y Berlín Este, pero en marzo de 1953 existían 192 oficinas locales. Así pues territorialmente y poco a poco, se organizará dentro de la RDA en 15 oficinas regionales incluida la oficina de Berlín (Bezirkverwaltungen – BV) y 217 oficinas de distrito (Kreisdienststellen – KV).
El Politburó de SED estableció el 23 de septiembre de 1953 que el Ministerio de Seguridad del Estado debería funcionar como un cuerpo militar, con sus correspondientes rangos y uniformidad, actuando como servicio de inteligencia tanto nacional como exterior. Esto incluía las siguientes tareas:
Seguridad Interior:
- Control de organizaciones de masas y descomposición y división específicas de círculos potenciales de oposición, como intelectuales, disidentes, así como la iglesia y sus grupos juveniles.
- Vigilancia exhaustiva de los ciudadanos de la RDA y, en algunos casos, de sus familiares fuera de la RDA en violación de sus derechos civiles. También denominado en la jerga propia de la Stasi: «detección y eliminación de actividades de descomposición hostiles». Esto se consoguió, entre otras cosas, mediante el espionaje, la censura de prensa y películas, la supresión de la libertad de expresión, etc.
- Aclaración y detención preventiva en delitos como la repatriación de conformidad con el artículo 213 del Código Penal de la RDA (desde 1968 como «cruce ilegal de fronteras») y el discurso de odio contra el Estado.
- Supervisión de todos los órganos armados de la RDA (tropas fronterizas, EVN y Volkspolizei)
- Protección del aparato estatal (otros ministerios y órganos económicos)
- Control del transporte y el turismo
- Protección personal de los funcionarios del partido y del estado
- Supervisión de las llamadas «personas privilegiadas» (diplomáticos, prensa acreditada y hombres de negocios)
Seguridad Exterior:
- Ejecución de operaciones encubiertas específicas del servicio secreto (término MfS: medidas activas) y de espionaje por la oficina central Aufklärung (HVA)
- Trabajo educativo en Alemania Occidental y Berlín Occidental con el objetivo de obtener información de todas las instituciones importantes de los Aliados Occidentales (gobierno de Bonn, industria, investigación).
- Contraespionaje activo y defensa contra ataques de organizaciones privadas y estatales
- Influenciar activamente la vida pública en Occidente mediante la invasión de informantes del MfS en todas las áreas importantes (por ejemplo, a través de la desinformación activa)
La Stasi se hará cargo de la «investigación» de las muertes producidas al intentar cruzar el Muro, en el interior de la frontera alemana, es decir, se hará cargo de su ocultamiento al público general y a los familiares de las victimas. Frente a esto, los guardias fronterizos asesinados fueron ascendidos a los altares de la patria por el MfS, héroes de la patria asesinados por criminales y enemigos del Estado. Los informes de investigación de la escena del crimen, los certificados de defunción y otros documentos eran falsificados sistemáticamente. Además, el MfS controlaba el paradero de los cuerpos y las circunstancias de los funerales. Incluso los familiares debían guardar silencio sobre las circunstancias de la muerte o contar historias inventadas.
Pero la larga mano de la Stasi llegaba mas allá del Muro; entrenó operativos especiales en un área secreta militar, que practicaron la liquidación de personas tras las fronteras de la RDA. Así agentes del MfS intentaron en repetidas ocasiones asesinar al refugiado Wolfgang Welsch, que vivía en la República Federal. Siegfried Schulze también fue blanco de un intento de asesinato en 1975 y se sospechaba que el MfS estuvo involucrado en la muerte accidental del futbolista Lutz Eigendorf. Los asesinatos se planearon en estrecha cooperación la KGB y las victimas fueron aprobadas personalmente por Erich Mielke. Entre las víctimas había desertores de sus propias filas, especialmente del aparato del SED, de la Policía Popular y del Ejército Popular Nacional, así como los ciudadanos alemanes que participan en organizaciones anticomunistas.
En el curso de sus primeros años de vida, la Stasi experimentó un desarrollo espectacular; la Seguridad del Estado expandió constantemente sus campos de actividad a lo largo de los años, y su personal creció en paralelo. De 1.000 empleados en 1950, pasó a tener 16.000 sólo seis años más tarde. La Stasi tenía acceso a todas las áreas de la vida en la RDA, a pesar de que esto no siempre era perceptible. Mantuvo una estrecha vigilancia sobre las principales empresas y universidades del país, donde incluso abrió sus propias oficinas «in situ». El MfS penetró en la vida privada de los ciudadanos; observándolos, interviniendo sus teléfonos, espiándolos, deteniéndolos e interrogándolos. Trabajó en estrecha cooperación con la policía (Volkspolizei), las autoridades aduaneras, las oficinas de empleo y demás instituciones de la RDA, para implementar su política de control. Tenía acceso a cualquier información o documento que solicitase. Sin embargo, a pesar de la vigilancia masiva y el espionaje, la Seguridad del Estado no logró suprimir totalmente la insatisfacción y la oposición entre la población de la RDA.
El liderazgo original del MfS consistió casi en su totalidad en comunistas de la vieja guardia, entre ellos combatientes clandestinos experimentados como el Ministro Zaisser. Pero desde 1952 los cuadros de la Stasi se habían nutrido principalmente de jóvenes lideres del SED, de las juventudes del partido y de la Volkspolizei. No tenían experiencia personal en el movimiento obrero comunista anterior a 1945 y provenían principalmente de entornos proletarios y desfavorecidos con una educación general elemental y con un conocimiento del ámbito policial y de servicios secretos igualmente limitado. En 1953, alrededor del 92 por ciento de los operativos eran miembros de SED, los otros eran considerados por Zaisser como «miembros del partido sin una tarjeta de membresía». Los jefes de las administraciones del distrito también eran miembros del liderazgo del distrito SED.
Los empleados a tiempo completo del Ministerio de Seguridad del Estado (MfS) formaron el personal principal de la Stasi. El MfS utilizó criterios muy estrictos para seleccionar a sus empleados a tiempo completo. El criterio de selección más importante la fiabilidad política y la prohibición de contactos con Occidente. El personal debía guardar el más estricto secreto y estaba sometido a reglas rigurosas de seguridad. Cada candidato era sometido a una revisión rigurosa y todos los familiares de primer grado eran examinados minuciosamente para evitar la infiltración del enemigo. Además de unos pocos empleados civiles, los miembros del personal de tiempo completo del MfS ostentaban rangos militares y disfrutaban de salarios superiores a la media así como de numerosos privilegios. A menudo, familias enteras fueron empleadas por el MfS. Cada empleado tenía que prestar juramento a la bandera de la RDA y a la bandera de servicio del MfS, el juramento de bandera. Además, se debían firmar un compromiso de servicio. Por lo general permanecían empleados hasta la jubilación, muy inferior a la edad oficial de jubilación en la RDA.
De acuerdo con las directrices de reclutamiento del MfS, no se permitió el reclutamiento de ex oficiales de la Wehrmacht, miembros del NSDAP o de las SS, así como miembros de la policía y el aparato de inteligencia del régimen nazi. Pero para defenderse de la subversión política interna, la Seguridad del Estado necesitaba más y más personal. A fines de 1952, el aparato represor había crecido hasta alcanzar los 81.500 empleados, lo que significa que desde 1968 el MfS había contratado,de media, más de 3.200 empleados cada año. El MfS se había desconectado de la planificación periódica del presupuesto nacional y las limitaciones financieras a las que se ajustaba el resto del país. Para sus líderes y jefes de departamento, era una suposición natural que había una «gran necesidad de cuadros». Cada vez más MfS se estaba convirtiendo en la panacea política utilizada para luchar contra las influencias «hostiles» que se percibían como omnipresentes. Pero al mismo tiempo,se estaba convirtiendo cada vez más en una «compañía cerrada» ya que prefería llenar sus enormes necesidades de personal con familiares de sus propios empleados y los de otros miembros del aparato de seguridad. En términos de población, el MfS fue el mayor aparato de seguridad en la historia de la humanidad. Presentaba 1 empleado de tiempo completo por cada 180 habitantes (desde 1989); en la Unión Soviética en 1990, el KGB tenía 1 empleados por cada 595 habitantes.
Aunque la Stasi de Mielke recibió la independencia en 1957, hasta 1990 el KGB continuó manteniendo oficiales de enlace en las ocho principales direcciones de la Stasi, cada una con su propia oficina dentro del complejo de la Stasi en Berlín y en cada una de las quince sedes del distrito de Stasi en Alemania Oriental. El Ministerio de Seguridad del Estado (MfS) y sus precursores de la policía secreta se establecieron bajo el estricto control del Servicio Secreto soviético. Los «asesores» soviéticos dieron instrucciones directas al Servicio de Seguridad del Estado de Alemania Oriental hasta que fueron reemplazados, como indicábamos, a finales de los años 50 por los llamados oficiales de enlace. No obstante, se seguían celebrando «reuniones de trabajo» regulares para intercambiar información y planificar operaciones conjuntas. Asimismo, el MfS cooperó con el resto de «organizaciones hermanas» de los estados que configuraban el Pacto de Varsovia. En 1977, los Servicios de Seguridad del Estado del de los países del Pacto de Varsovia y otros servicios secretos comunistas acordaron establecer una base de datos conjunta. En 1987, el SOUD -la abreviatura del nombre ruso- contenía información sobre más de 188,000 personas que se consideraban un «peligro». Solo el Servicio Secreto Soviético tenía acceso directo a los datos…
La Stasi tenía sus propios centros de detención y sus propias fuerzas armadas. En junio de 1950 se establecerá en Berlín el Wach-Battalion; se empleará para proteger edificios importantes y personal del gobierno y estaba subordinado al MfS. En 1953 el Wach-Battalion se actualizó a un Regimiento, recibiendo en 1967 el nombre de Feliks Dzierzynski, en honor al fundador de la Checa, posterior NKVD, predecesor del KGB (F.E. Dzierzynski Wach-Regiment). Mielke nombrará a Markus Wolf como jefe de la Hauptverwaltung Aufklärung o HVA (Administración de Reconocimiento Principal), la sección de inteligencia extranjera de la Stasi. En 1951, un miembro del SED con el nombre de Anton Ackermann se convirtió en el primer ministro de una organización conocida como el Institut für Wirtschaftsforschung und Wissenschaft o Instituto de Investigación Económica y Científica (IWF) con Richard Stahlmann como su viceministro. La organización general de la IWF respondía directamente al liderazgo central del SED y a los asesores soviéticos dentro de Alemania Oriental y era una organización independiente del MfS.
El objetivo principal de la IWF era recopilar información de inteligencia, realizar actividades de espionaje y proporcionar información a los miembros del SED y a los asesores soviéticos asignados directamente dentro de la organización de la IWF. En agosto de 1951, Markus Wolf fue contratado en la IWF como Subjefe de Análisis. Una de las principales tareas del MfS era el espionaje extranjero, que era principalmente responsabilidad del HVA o Dirección Principal de Reconocimiento. Dirigida por Markus Wolf desde 1952 hasta 1986 ( a partir de entonces por Werner Grossmann) logró un rotundo éxito al infiltrar a sus espías en el gobierno, los círculos políticos, militares y empresariales de la Alemania Occidental. El caso más conocido será el de Günter Guillaume, que condujo a la caída del canciller de Alemania Occidental Willy Brandt en mayo de 1974.
En 1986, Wolf se retiró y fue sucedido por Werner Grossmann. Wolf fue conocido durante décadas como «el espía sin rostro» de la Guerra Fría, ya que Occidente no dispuso de una fotografía suya hasta bien entrada la década de 1980. Tras la reunificación alemana huyó a la URSS en 1990. En 1991 se entregó a las autoridades de la República Federal Alemana, siendo juzgado y condenado en varios procesos, aunque finalmente no ingresó en prisión ya que, principalmente, sus actividades habían sido realizadas en otros países. Markus Wolf murió mientras dormía en su casa de Berlín el 9 de noviembre de 2006 a los 83 años de edad.
Las operaciones del HVA se dirigieron principalmente a Alemania Occidental y Berlín Occidental,donde sus espías infiltraron instituciones públicas, partidos políticos y oficinas gubernamentales, realizando sistemáticamente espionaje industrial y técnico en empresas de Alemania Occidental. En 1989, el HVA contaba con un personal a tiempo completo de 4,600 agentes más 13,400 colaboradores no oficiales en la RDA y otros 1,500 en Alemania Occidental. El HVA había estado actuando como parte del aparato general de MfS, tanto en sus políticas de persecución dentro de la RDA como en sus operaciones en el exterior.
Mielke era un misántropo astuto, grosero e inculto, un torturador y un asesino que nunca tuvo que responder por ello en los tribunales. Como buen jefe de espías, su propia carrera comenzó con una mentira: «trabajador de la madera» escribirá el joven comunista en los años veinte en una tarjeta de afiliación para el KPD, el partido comunista alemán, como profesión de su padre aunque en realidad su padre no era proletario sino un artesano. Pero Mielke junior ya se había dado cuenta de que un trasfondo pequeñoburgués no promovería su ascenso entre los comunistas con conciencia de clase. El 9 de agosto de 1931 participó en el asesinato de dos oficiales de la Landespolizei de Berlín, Paul Anlauf y Franz Lenck. El capitán Anlauf había dirigido numerosas redadas contra los mítines organizados por el Partido comunista. A consecuencia del atentado, tuvo que huir de Alemania y marchar al exilio, poco tiempo antes de la llegada al poder de los nazis.
Después de pasar por Amberes, se trasladó a la Unión Soviética, donde entró al servicio del NKVD. Participó en la Guerra Civil Española como uno de los agentes secretos soviéticos que actuaron en la zona republicana, integrado en el Servicio de Información Militar (SIM) y tras la derrota de los republicanos en 1939 Mielke fue internado en Francia donde sobrevivió como miembro de la Organización Todt (OT) construyendo los bunkers del muro del Atlántico de Hitler mientras otros camaradas languidecían en el campo de concentración. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial volvió a Alemania, instalándose en la zona de ocupación soviética que más tarde se convertiría en la RDA. Mielke se convirtió en un protegido del general soviético Ivan Serov, que lo situó como adjunto de Wilhelm Zaisser al frente de una nueva policía secreta alemana para la zona soviética, el Kommissariat 5. Así pues Mielke se convirtió en Secretario de Estado bajo el primer ministro de la Stasi, Zaisser poco después de la fundación de la RDA y se trasladó al Comité Central de la SED.
Después del levantamiento popular del 17 de junio de 1953, Mielke se benefició de la lucha de poder entre su jefe Zaisser y el jefe del SED Walter Ulbricht. Tras el cese de Zaisser, el MfS será rebajado a departamento del Ministerio del Interior, pero la estructura y el personal de gestión permanecieron prácticamente intactos. En 1957 Mielke pasó a dirigir la Stasi. De acuerdo al historiador John Koehler, Mielke convirtió a la Stasi «en un instrumento para la opresión de la población de Alemania oriental como también en uno de los servicios de inteligencia más efectivos del mundo». En su momento de mayor apogeo, la Stasi llegó a emplear a más de 85.000 agentes a tiempo completo y a otros 170 000 colaboradores informales que manejaban información de millones de personas. Sus tentáculos se extendían sobre Alemania occidental a través del Hauptverwaltung Aufklärung (HVA) o Primera Administración de Reconocimiento ( el servicio de espionaje exterior de la Stasi).
Durante esa época Mielke también desempeñó el cargo de presidente de la asociación deportiva SV Dynamo, compuesta por miembros de los cuerpos de seguridad de la Alemania oriental. Tras la caída del muro de Berlín en noviembre de 1989, Mielke dimitió de todos sus cargos públicos mientras se desmoronaba la RDA y la Stasi era reestructurada. Ni era un político dotado ni ciertamente era un maestro espía y ni siquiera una mente particularmente brillante. Sin embargo, permaneció más tiempo que nadie antes ni después de él, más de 32 años, de 1957 a 1989, al frente del Ministerio de Seguridad del Estado. Después de la Reunificación alemana, en 1991 fue juzgado por el asesinato de los dos oficiales de policía en 1931. En los archivos de la policía de Berlín habían sobrevivido a la guerra mundial las confesiones de varios testigos que incriminaban a Mielke. Aunque la defensa argumentó que las confesiones de los testigos se habían realizado bajo torturas de los nazis, el juez concedió el beneficio de la duda y permitió su uso. En 1993 fue condenado a seis años de cárcel, pero en 1995 fue liberado de prisión debido a su débil estado de salud falleciendo en Berlín en 2000, a los 92 años de edad.
La Stasi era Mielke y Mielke era la Stasi. «Camaradas, tenemos que saber todo» fue su credo. La repetición del 17 de junio 1953, una situación contrarrevolucionaria debía evitarse a toda costa. Este trauma del SED dio luz verde a Mielke para el establecimiento de una de vigilancia total. La agitación interna en Polonia y Hungría, así como los comentarios críticos de los intelectuales dentro del propio partido llevaron a un cambio de rumbo dentro del MfS, centrándose la atención cada vez más en la represión de las fuerzas internas de oposición. Esto se reflejó en la «doctrina de la desviación político-ideológico» (PID) que atribuye todas las formas de oposición interna a la influencia del «enemigo imperialista» y que por ende, justificará la presencia creciente de la seguridad del Estado en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Este control interno se vio favorecido por la construcción del Muro de Berlín (13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989) que impidió, físicamente, la migración de opositores.
En la década de 1970, el MfS cambió sus actividades abiertamente represoras por métodos más «más suaves», menos evidentes. La dirección de la RDA no quería comprometer sus intentos de obtener reconocimiento internacional por lo que la persecución y la represión debían ocultarse. La RDA había anunciado su intención de respetar los derechos humanos, tanto en el tratado básico con la República Federal de Alemania como con la adhesión a la Carta de la ONU y la firma del Acta Final de Helsinki. De esta manera, la Stasi ahora se centró más en la vigilancia preventiva y la llamada «demolición psíquica», usando la manipulación y los rumores en sus intentos de intimidar sistemáticamente a individuos o grupos, arruinar su reputación, aislarlos o criminalizarlos. Las amistades se destruían y las carreras profesionales se arruinaban sin que las víctimas se dieran cuenta de por qué. Sin embargo, este cambio en los métodos no condujo a ninguna disminución en la presión represiva ejercida siendo el objetivo el mismo: evitar el desarrollo de ideas y conductas disidentes.
En mayo de 1971, Walter Ulbricht fue derrocado por Erich Honecker, sin embargo el incombustible Ministro de Seguridad del Estado Mielke fue elegido por primera vez como candidato y cinco años más tarde como miembro con voto del Politburó. El crecimiento más importante también se producirá en este momento. En vista de la política de distensión y de los crecientes contactos entre Occidente y Oriente, el MfS, temiendo lo que veía como una enorme amenaza de «influencias hostiles», desarrolló gran número de nuevas justificaciones para la vigilancia. Para 1989, la Seguridad del Estado tenía alrededor de 91,000 empleados a tiempo completo. En la década de 1980, la Stasi entrenó repetidamente a terroristas de varios países, entre ellos de la Fracción del Ejército Rojo en el manejo de armas y explosivos. Los colaboradores no oficiales (IMs) fueron el «arma clave» de la Stasi; con su ayuda, el MfS espió a la población e intentó recopilar información sobre sus estados de ánimo y sobre cualquier intento de «subversión». La contratación de empleados no oficiales (MI) se denominó «publicidad» en la jerga de la Stasi. Mediante declaraciones escritas u orales, los colaboradores se comprometían a trabajar al amparo del MfS. Informaron sobre todas las áreas de la sociedad, se infiltraron en grupos de la oposición y proporcionaron incluso la información más íntima sobre sus colegas, amigos o compañeros. También desempeñaron un papel activo en las actividades de la Seguridad del Estado en el campo de la llamada «demolición psíquica».
Los colaboradores tenían muchos motivos diferentes, que iban desde la convicción política, el sentido del deber, hasta el miedo a las represalias. Algunos esperaban ventajas profesionales o materiales. En el caso de los jóvenes colaboradores, a menudo era un anhelo de reconocimiento o una sensación de seguridad lo que los hacía susceptibles de ser contratados por el MfS. La gran mayoría de los empleados no oficiales trabajaban en el país pero se estima que el MfS (incluido el HVA) empleó a unas 3.000 empleados no oficiales en el «área operativa» de la República Federal y de 300 a 400 IM en el Oeste.
En 1989, la Seguridad del Estado contaba con aproximadamente 189,000 colaboradores no oficiales, ¡uno por cada 90 ciudadanos de la RDA¡. Bajo la dirección de la Stasi, un total de 33,000 presos políticos de la RDA fueron deportados a Alemania Occidental entre 1964 y 1989 mediante las denominadas «transacciones libres de prisioneros», previo pago, per cápita, de entre 40,000 DM y 95,000 DM. Era una buena fuente de obtención de divisas extrangeras de las que la Stasi estaba siempre tan necesitada para financiar sus operaciones en el exterior. Durante la década de los 80, la Stasi mantuvo intensos contactos y financió y entreno a terroristas internacionales (Carlos «chacal», entre otros).El Servicio de Seguridad del Estado de la RDA estuvo involucrado en actividades terroristas internacionales a través del grupos terrorista de izquierda revolucionaria. Participó de esta forma en el atentado del 25 de agosto de 1983 con bomba en el centro cultural Maison de France en la Kurfürstendamm de Berlín. Un hombre fue asesinado y 23 fueron gravemente heridos destruyendo los dos pisos superiores de la casa donde se encontraba el Consulado General de Francia.
El Teniente Coronel Helmut Voigt, en ese momento jefe del departamento XXII (lucha contra terrorista), fue condenado en 1994 a cuatro años de prisión por este asesinato. La Stasi también participó activamente en el atentado con una bomba de clavos en la discoteca «La Belle» en Berlín-Schöneberg, en la noche del 4 al 5 de abril de 1986; esta discoteca era frecuentada por los soldados de las fuerzas armadas de Estados Unidosa. Tres personas murieron y cientos de fueron heridas. El espía de la Stasi Yasser C., un estudiante palestino de la Universidad Técnica de Berlín (alias Alba) había atentado contra tres objetivos, incluida «La Belle». Una prostituta con conexiones con la Stasi, Verena C., había colocado la bomba. Pero la Stasi no sólo apoyaba y financiaba a grupos terroristas de izquierda. Ayudaron a huír a extremistas de derecha de la Alemana Occidental a la RDA. Así, ayudaron a el neonazi Odfried Hepp (que había cometido varios ataques terroristas y robos de bancos en Alemania con un grupo terrorista de extrema derecha en 1982) ayudó a escapar de la República Federal. Incluso ayudaron a huir a el extremista de derechas y traficante de armas alemán Udo Albrecht Ambos se convirtieron en empleados de la seguridad estatal de la RDA.
La evidente y repentina desintegración del poder del SED dejó al personal de MfS aturdido y confuso. La República Democrática de Alemania y sus distintas agencias no desaparecieron inmediatamente después de la caída del Muro de Berlín. Tras la dimisión de Willi Stoph el 07 de noviembre, la Cámara Popular de la RDA elegía, el 18 de noviembre de 1989, a Hans Modrow como nuevo Presidente del Consejo de Ministros de la RDA; inmediatamente el MfS pasó a denominarse Oficina de Seguridad Nacional o Amt für Nationale Sicherheit (AfNS). El nuevo Ministro, Wolfgang Schwanitz, era viceministro con Mielke. En este momento se planeó una reducción del aparato. Así, la Stasi simplemente cambió de nombre. Cambiar todo para que nada cambie. 17 días más tarde, en la mañana del 4 de diciembre de 1989, la oficina de distrito de AfNS en Erfurt fue ocupada por ciudadanos tras conocerse que los archivos de la Stasi estaban siendo destruidos. Las oficinas del distrito en Leipzig, Suhl y Rostock fueron también ocupadas la tarde del mismo día.
De esta manera durante algunas semanas posteriores al hundimiento de la RDA, muchos miembros del personal de la Stasi permanecieron en sus oficinas, intentando destruir pruebas que podría llevarlos a la cárcel o exponer a sus espías en países extranjeros. Pero se encontraron con dificultades técnicas. Como buena organización alemana, la Stasi era una organización a la que le encantaba guardar documentos; poseía pocas trituradoras de papeles, y las que tenía eran de mala calidad, típico de Alemania Oriental, y rápidamente se rompían. Así que miles de documentos se rompían a mano a toda prisa y se metían en bolsas. El plan era quemarlos o destruirlos químicamente más tarde. El día que cayó el Muro, la sede de la policía secreta se llenó de agentes que se afanaban en destruir documentos. Tanto trabajo tenían que la máquina que trituraba los papeles se rompió. ¿Qué hicieron? Mandar a un agente al Oeste, a que comprara una máquina nueva.
Con el establecimiento de guardias de ciudadanos y comités ciudadanos comenzó la disolución forzosa de los AfNS y los acontecimientos precipitaron un cambio de planes. El 13 de enero de 1990, el gobierno interino de la RDA votó a favor de disolver por completo la Seguridad del Estado, cumpliendo así una de las principales demandas de los ciudadanos de la RDA. El 15 de enero de 1990 miles de manifestantes toman la sede de la Stasi en Berlín. No hallan oposición alguna.Un par de ventanas quedan reducidas a añicos, sillas y mesas son volcadas pero no se registra ningún tipo de violencia física, no se oye ningún disparo. Miles de manifestantes se agolpan en el amplio recinto del barrio de Lichtenberg, zona prohibida durante décadas.A través de medios pacíficos, el pueblo se apodera de un aparato represión que hizo de la información una herramienta de control y que había tenido como principal objetivo la vigilancia de su propia población.
La tarde del 15 de enero, miles de personas se reúnen delante de la entrada principal del complejo de la Stasi y reclaman que les dejen entrar. La emisora de televisión de la RDA informa en directo. Se suceden escenas que recuerdan a las vividas anteriormente, en diciembre en Leipzig y en otras ciudades, ante otros edificios de la Stasi. Los defensores de los derechos civiles hacen llamamientos a mantener la calma: «¡Que los culpables respondan por sus actos, pero ninguna violencia!», es la consigna.El asalto pone punto final a una larga lista de ocupaciones en toda la RDA. Se producen algunos daños materiales, por todos lados hay cajas vacías y montones de papeles. Sin embargo, la gente no organiza ningún tipo de alboroto.
El 23 de febrero de 1990, la Mesa Redonda de Ciudadanos aprobó la disolución de la HVA, el servicio de inteligencia exterior de la Stasi. El el 26 de febrero se decidió la destrucción de casi todos los archivos y soportes de datos del HVA. Sin embargo, los archivos cayeron en manos de la CIA (más tarde se conoció a estos documentos bajo el nombre de «Rosewood Files» y la CIA los cedió al gobierno federal alemán para que los copiara). El 31 de marzo de 1990 todos los empleados de la Stasi fueron despedidos. Finalmente, el Consejo de Ministros recomendó el 16 de mayo de 1990 formar un comité especial «Disolución del MfS», que año y medio después se convirtió en la autoridad del Comisionado Federal para los documentos del Servicio de Seguridad del Estado de la antigua RDA.
Pero esto no desanimo a los concienzudos alemanes, estos del oeste y así, el organismo oficial federal formó un equipo en Baviera con el objetivo de reconstruir los documentos rotos a mano. Al ritmo actual, se necesitarían siglos para reconstruir los documentos, por lo que decidieron recurrir a la tecnología. Las computadoras son más rápidas más baratas y pueden relacionar y recordar cosas que los seres humanos no pueden, razonaron con lógica teutona y se pusieron manos a la obra, construyendo una computadora (por las mismas personas que inventaron el mp3 ) por expertos del Instituto Fraunhofer, en Berlín.
Así, los trozos de papel roto de todas las formas y tamaños se sacan de los sacos, se planchan y se escanean.A cada pieza, por pequeña que sea, se le asigna un fichero en el que se adjunta cualquier tipo de información sobre, por ejemplo, el color del papel, escrituras a mano o a máquina impresas en él, y cualquier acrónimo que pueda ser significativo y permita que se lo pueda relacionar a una oficina concreta de la Stasi. A partir de ahí se pone en funcionamiento un complejo programa matemático que relaciona esa información y la forma del papel con otros fragmentos entre los millones de ellos. Se salvaron unos 112 kilómetros de actas, con unos 39 millones de archivos.Junto a los archivos e informes por escrito, se conservaron unos 1,4 millones de fotos, 164.000 grabaciones y 7.800 disquetes. Desde que se abrieron a la consulta pública en 1991, 1,6 millones de personas han solicitado acceder al material acumulado por la «Stasi», en su mayoría gente que se sintió «espiada». El primer año (1992), el cómputo de solicitudes de consultas superó las 40.000 mensuales, cantidad que bajó progresivamente hasta las cerca de 20.000 por mes durante los cinco años siguientes. Tanto si se trata de economía, como de cultura o deporte, los expedientes de la Stasi son una fuente de información muy valiosa. Con la ayuda de las actas, se tiene la posibilidad de desmontar las leyendas que sobre aquella época se han venido construyendo. También se pueden confrontar las mentiras históricas y esa tendencia tan extendida de relativizar lo sucedido en la época de la RDA.
El 18 de marzo de 1990, se celebrarán en la República Democrática Alemana las primeras elecciones libres,sin el monopolio político ejercido por el Partido Socialista Unificado de Alemania y el Frente Nacional de Alemania Democrática. Celebradas en el contexto inmediatamente posterior a la caída del muro de Berlín, estas elecciones significaron la llegada al poder de un gobierno de coalición liderado por los demócrata-cristianos de la CDU, y en el que también entraron los socialdemócratas y los liberales. Poco después de la elección, el 12 de abril, Lothar de Maizière fue elegido primer ministro de la RDA (con 265 votos a favor y 108 en contra) por la Volkskammer o Cámara Popular gracias al apoyo de esta coalición.
El 5 de abril de 1990, el nuevo Volkskammer eligió a la demócrata-cristiana Sabine Bergmann-Pohl como nueva presidenta del parlamento; como el antiguo Consejo de Estado había sido disuelto, esto la convirtió en la nueva jefa de estado de la Alemania Oriental, con carácter interino. El 20 de septiembre el Parlamento votó a favor de disolver la Alemania Oriental y unificar su territorio con la Alemania Occidental, poniendo así fin a la existencia de la República Democrática Alemana, que había existido durante 40 años. El tratado de unificación fue aprobado en una votación de 442 frente a 47 por el Bundestag de la Alemania occidental y por un margen de 299-80 en la Volkskammer, entrando en vigor el 3 de octubre y dando paso a la Reunificación de Alemania. La Ley de Rehabilitación de las víctimas de la Stasi entró en vigor en 1992 y estableció la derogación de las medidas punitivas y la privación de libertad aplicadas por el MfS.Asimismo, establecía pagos de compensación complementarios a la rehabilitación penal. Sin embargo, estas compensaciones fueron bastante escasas mientras que los ex agentess del Ministerio de Seguridad del Estado reciben una pensión por su trabajo represor en el régimen de terror de la Stasi.
En el momento del colapso de la RDA, todavía había alrededor de 2000 espías de MfS activos en la República Federal de Alemania, según lo revelado por la evaluación publicada de los llamados archivos de Rosewood en marzo de 2004.
Aun hoy en día y muy a menudo, los archivos de la Stasi nos revelan cosas curiosas; así en 2018, el director del archivo de la Stasi, Konrad Felber anunciaba que había sido hallado un carné que perteneció al actual presidente ruso, Vladímir Putin, cuando estuvo destinado en Dresde como agente del Comité de Seguridad del Estado de la Unión Soviética (KGB). El hallazgo fue casual mientras se buscaba, por solicitud de la prensa, información sobre los miembros de la Stasi en Dresde. El nombre de Putin no figuraba en los registros de entrega de documentos a militares o agentes soviéticos. El carné indica que el órgano emisor fue la «administración del distrito» de Dresde y su fecha de validez era desde diciembre de 1985 hasta 1989. Aunque técnicamente eso no signifique que trabajase para la Stasi. Putin, que se licenció como jurista, estudió en la escuela de los servicios secretos y aprendió alemán, llegando a la RDA como agente del KGB en 1985, el año cuando Mijaíl Gorbachov se convirtió en el líder de la URSS y comenzó el proceso de reformas conocido como la perestroika. La misión del joven agente, que entonces tenía 33 años, era reclutar informadores para desenmascarar posibles conspiraciones y células disidentes. Por tanto, con el objetivo de facilitar sus movimientos dentro de la RDA, era lógico que la Stasi le dotase de un documento ante el que todo alemán oriental se cuadraria inmediatamente.
Putin, que estando en la RDA alcanzó el grado de teniente coronel, fue testigo directo de cómo miles de manifestantes asaltaron la sede de la Stasi en Dresde el 5 de diciembre de 1989, durante los acontecimientos que acabaron con la caída del régimen comunista y propiciaron después la reunificación alemana.
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