La batalla de Sitka y la América rusa

martes, 20 de agosto de 2019

La colonización rusa de América fue una continuación lógica de la conquista de Siberia ya que,al fin y al cabo, Alaska y aún más sus numerosas islas están más cerca de las costas pacíficas de Rusia que del resto de Norte América, epicentro de la colonización Europea en la zona. En el siglo XVIII el Imperio ruso ávido de nuevas tierras fundó varios fuertes y factorías, que se dedicaban principalmente al comercio de pieles, en la costa americana del Pacífico llegando hasta Alta California. La primera llegada de los buques rusos a Alaska, oficialmente confirmada, data de abril de 1732. El 5 de abril de ese año, Iván Fiódorov, Mijaíl Gvózdev y Kondrati Moshkov a bordo del navío Sviatói Gavriil (San Gabriel), partieron del cabo Dezhneva, arribando rápidamente al cabo del Príncipe de Gales, ya en las costas alaskeñas, que cartografiaron antes de volver de regreso. Desde 1743 los comerciantes de pieles realizaban con regularidad pequeñas expediciones y establecían asentamientos temporales. La primera colonia rusa se fundó en los años 80 del siglo XVIII en la bahía de los Tres Santos.

Aleksandr Baranov,primer gobernador ruso de Alaska, visitó la isla de Sheetʼká Xʼáat’i (actual isla de Baranof) a bordo de la Ekaterina por primera vez en 1795 mientras buscaba nuevos terrenos de caza para nutrias marinas. Toda la zona estaba habitada por los Kiks.ádi, clan indígena de los Tlingit que ocupaban estas tierras desde hacía unos 11.000 años. Baranov rápidamente pagó a los indígenas una suma por los derechos sobre la tierra para evitar que otros «intrusos» realicen el comercio en la isla. Desde 1799 hasta 1818, Baranov, gracias a la intervención de Nikolái Rezánov, se convirtió en administrador jefe de la influyente Compañía Ruso-Americana y administró todos los intereses de la compañía en la América rusa, incluidos los de las islas Kuriles y las islas Aleutianas. La actividad en la región floreció con el auge del comercio de las pieles de las nutrias marinas y de las focas.

Durante el reinado del Zar Pablo I se consolidó la presencia rusa en Alaska y en julio de 1799 Baranov fundó fuerte San Mikhail (conocido hoy como Starrigavan Bay o «Puerto Viejo»). El puesto de avanzada consistía en un gran almacén, una herrería, un cobertizo para el ganado, cuarteles,casa de bloques, casa de baños, cuartos para los cazadores y una residencia para Baranov, todo ello rodeado por una empalizada defensiva. Aunque los Koloshi (el nombre ruso para los Tlingit) inicialmente dieron la bienvenida a los recién llegados, su animosidad hacia los rusos creció en un tiempo relativamente corto. Se opusieron a la costumbre de los comerciantes rusos de tomar a las mujeres nativas como sus esposas y otros clanes Tlingit se burlaban de ellos considerando a los «Sitkas» como los kalga o esclavos de los forasteros. Ademas, la competencia entre los dos grupos por los recursos de la isla también se intensificaba al mismo tiempo que los Kiks.ádi entendían que la presencia continua de los rusos exigía su lealtad al Zar y que, por lo tanto,los rusos esperaban de ellos que proporcionaran mano de obra gratuita a la Compañía.

Pero a pesar de varios ataques infructuosos de los Tlingit contra el puesto durante el invierno de 1799, los negocios de los rusos pronto prosperaron. Asuntos urgentes requerían que Baranov regresara a Kodiak (entonces capital de la América rusa) en 1800, por lo que Vasilii G. Medvednikov quederá al mando del fuerte, con 25 rusos y 55 Aleuts. En la primavera de 1802, la población del reducto San Miguel seguía creciendo y ya incluía a 29 rusos, 3 desertores británicos, 200 aleuts y algunas mujeres Kodiak. Se rumoreaba que los británicos (bajo los auspicios de la Compañía de la Bahía de Hudson) habían entregado mosquetes y pólvora a los clanes Tlingit del norte en Angoon en 1801 a cambio de derechos exclusivos de comercio de pieles.

En junio de 1802 un grupo de guerreros Tlingit liderados por Skautlelt (Shḵ’awulyéil) y Kotleian atacaron el fuerte ruso, saquearon las pieles de nutria marina y quemaron el asentamiento, incluida una nave en construcción. Algunos rusos y aleutianos que habían estado lejos o que habían huido al bosque transmitieron noticias del ataque. El Capitán británico Barber, del HMS Unicornio logró rescatar a 3 rusos, 20 aliados nativos y muchas de las pieles. El Unicornio zarpó para Kodiak, donde entregó a los supervivientes y la noticia del ataque a Baranov, el 24 de junio. Pero Barber también hizo su negocio, ya que consiguió un rescate de 10,000 rublos por el retorno de los colonos, apenas un 20% de su demanda inicial.

Después de la victoria el Chamán Tlingit Stoonook, seguro de que los rusos volverían pronto,decidió construir una nueva fortificación capaz de resistir el fuego de cañones y que dispusiese de un amplio suministro de agua. A pesar de la fuerte oposición, prevaleció la voluntad del chamán y los Kiks.ádi hicieron los preparativos para la guerra enviando mensajes a sus aliados solicitando ayuda, pero ninguno respondió. Deberían enfrentarse a la flota rusa por su cuenta. Construyeron el Shís’gi Noow, el «Fuerte de los Jóvenes Plantones»,de aproximadamente 73 por 50 metros cerca de la desembocadura del río; se esperaba que las aguas poco profundas evitarían que los barcos rusos atacaran la fortificación a corta distancia. Se utilizaron unos 1.000 troncos de abeto de la zona en la construcción de 14 barabaras y la empalizada que rodeaba todo el complejo. La Barabara es la casa tradicional de las tribus Aleut y Yup’ik. Esta no es realmente una palabra Aleut o Yup’ik, sino que proviene de una palabra siberiana indígena que significa «casa» y fue utilizada por los exploradores rusos para referirse a cualquier tipo de hogar nativo. La gente de Aleut llamaba a sus hogares ulax en su propio idioma. También se les conoce como «casas de tierra» o «casas de montaña» en inglés. El plan de batalla de Kiks.ádi era simple: medirían la fuerza y las intenciones de los rusos en Noow Tlein, luego se retiraban estratégicamente a la seguridad del nuevo fuerte. Baranov regresó a Sitka a finales de septiembre de 1804 a bordo del buque de guerra Neva bajo el mando del teniente comandante Yuri Feodorovich Lisyansky. El Neva estaba acompañado por el Ermak y otros dos barcos más pequeños, armados y tripulados por 150 promyshlenniks (comerciantes de pieles), junto unos 400 Aleuts en 250 baidarkas.

Dibujo en planta y alzado del fuerte Tlingit Shis’kí Noow por Yuri Lisyansky después de la Batalla de Sitka en 1804. El río Indian fluye a través de la esquina superior derecha del dibujo de Lisyansky

Los rusos desembarcaron el 29 de septiembre en un lugar que Lisyansky denominó como «Novo-Arkhangel’skaya Mikhailovskaya» o «Nuevo Arcángel San Miguel», una referencia a la ciudad más grande de la región donde había nacido el Gobernador Baranov. El gobernador mandó inmediatamente a varios emisarios al asentamiento Tlingit con ofertas de negociación y todos los fueron rechazados. Los Tlingit simplemente esperaban entretener a los rusos el tiempo suficiente para permitir que sus guerreros abandonaran su aldea invernal y ocuparan el «fuerte de retoños» sin que la flota enemiga lo notara. Sin embargo, cuando los Kiks.ádi enviaron un pequeño grupo armado para recuperar sus reservas de pólvora de una isla en la cercana Shaaseiyi Aan (Bahía de Jamestown), el grupo, que optó por no esperar la cobertura de la oscuridad, en lugar de regresar a la luz del día, fue descubierto y se produjo un breve tiroteo con los rusos. Una salva golpeó la canoa en la que los Tlingit transportaban la pólvora causando que explotara. Cuando se disipó el humo, fue evidente que ninguno de los grupos que incluían a jóvenes de cada familia, todos los futuros líderes del Clan y un anciano muy respetado, habían sobrevivieron al combate. Los emisarios de Baranov notificaron a los Tlingit que los barcos rusos pronto comenzarían a disparar contra el nuevo fuerte.

Alrededor del 1 de octubre de 1804, el Neva fue remolcado por el Aleut desde Krestof Sound hasta los bancos de arena cerca de la desembocadura del río Indian, donde se encontraba el fuerte de los Tingit. Un grupo de desembarco ruso de unos 150 hombres dirigido por Baranov asaltó el fuerte siendo recibidos por un nutrido fuego de fusileria. Los aleutianos entraron en pánico y rompieron filas, retirándose a la orilla donde esperaban sus baidarkas. Los guerreros Kiks.ádi, liderados por su nuevo Jefe de Guerra Ḵʼalyaan (Katlian), con una máscara de Cuervo salieron de Shis’kí Noow y contraatacaron a la fuerza invasora entrando en combate cuerpo a cuerpo; una segunda ola de Tlingit emergió de los bosques adyacentes en una maniobra de pinza que pilló completamente por sorpresa a los rusos. Baranov resultó gravemente herido y sus tropas se tuvieron que replegar a la orilla del mar apoyados por el Neva que abrió fuego para cubrir la retirada. Doce de los atacantes murieron y muchos otros resultaron heridos durante el tumulto viendose los rusos obligados a abandonar varias pequeñas piezas de artillería en la playa. Esa noche, los Tlingit celebraron haber rechazado el ataque ruso.

Al día siguiente, dado que las heridas en combate de Baranov le impedían continuar la batalla, el teniente comandante Lisyansky asumió el mando y ordenó a sus barcos que comenzaran a bombardear la posición de los Tlingit en la costa. Comenzaron con disparos de distancia para intentar determinar el rango de disparo óptimo. Incapaces de penetrar los muros del fuerte, los rusos dejaron de disparar a primera hora de la tarde y enviaron a un mensajero a tierra bajo una bandera de tregua. Para gran diversión de los Kiks.ádi, el mensaje exigía su rendición, que estos rechazaron de plano, respondiendo los Tlingit con su propia demanda de rendición a los rusos, que también rechazaron tal posibilidad. El bombardeo ruso se reanudó entonces hasta el anochecer. Los Kiks.ádi se reunieron entonces para considerar su situación; todos creían que los rusos habían sufrido demasiadas pérdidas el día anterior para montar otro ataque por tierra digno de tener en consideración. El objetivo de los Tlingit había sido aguantar el tiempo suficiente para permitir que los clanes del norte llegaran y reforzaran sus tropas, pero la escasez de pólvora limitaba su capacidad para permanecer bajo asedio por mucho tiempo, un factor que hacía que la victoria final pareciera menos probable. Los Tlingit concluyeron que era necesario un cambio de táctica y en lugar de sufrir la ignominia de una derrota en campo abierto, decidieron que el Clan desaparecería en el bosque circundante donde sentían que los rusos no podían enfrentarse a ellos y se establecerían en un nuevo asentamiento en la parte norte de la isla.

Amaneció el tercer día con la reanudación del bombardeo del Neva y del resto de la flota rusa, que se prolongó durante todo el día. Los Kiks.ádi respondieron esta vez con ofertas de una tregua, intercambios de rehenes, promesas de más conversaciones e incluso la posibilidad de rendirse. Sin el conocimiento de los rusos, los ancianos y los niños pequeños del Clan ya habían comenzado el traslado a G̱aajaa Héen (Old Sitka). Al caer la noche, los Jefes de la Casa se reunieron nuevamente para discutir su plan de escape decidiendo que las madres con niños pequeños debían partir por la mañana. El cuarto día de asedió amaneció con el fuego de los cañones navales rusos, deteniéndose periódicamente para permitir esporádicas ofertas de paz a los Kiks.ádi, que a su vez fueron rechazadas hasta que esa misma tarde los Tlingits comunicaron que accederían a las demandas rusas de evacuar a Shís’gi Noow al día siguiente. Una vez que el sol se había puesto, los nativos tuvieron su última reunión en el fuerte. Los ancianos elogiaron a los miembros de su clan que habían defendido la patria Kiks.ádi contra un enemigo formidable y el Clan se reunió para una última canción, una que terminó con un fuerte tambor y un lamento de angustia que los rusos interpretaron como un signo de su rendición. Luego, los Tlingit partieron sin ser detectados bajo la cobertura de la oscuridad.

Los rusos desembarcaron un gran contingente de tropas para asegurar la cabeza de playa y reconocer el área alrededor de Shís’gi Noow pero para su sorpresa, no pudieron encontrar a nativo alguno;los Tlingit se habían embarcado en lo que ahora se conoce como la «Marcha de Supervivencia de Sitka Kiks.ádi». El 8 de octubre, el capitán Lisianski visitó la fortificación abandonada de los Tlingit, en la que estimó que vivían ochocientos hombres. El fuerte fue arrasado para impedir la posibilidad de que se usara como un bastión contra los rusos y sus aliados en el futuro y la flota rusa salió de Sitka Sound el 10 de noviembre. Varios guerreros permanecieron en las cercanías de Noow Tlein después de la batalla para acosar a los colonos rusos y evitar que persiguieran a los Kiks.ádi durante su migración hacia el norte. Poco después, ocho cazadores Aleut murieron en Jamestown Bay y otro recibió un disparo en el bosque adyacente a Nuevo Arcángel. A partir de ese momento, las partidas de caza rusas debían de permanecer siempre atentas a la posibilidad de un ataque. Los Kiks.ádi animaron a otros clanes Tlingit a evitar el contacto con los rusos por cualquier medio posible.

Los rusos construyeron una fortaleza propia armada con 32 cañones para la defensa contra los ataques de Tlingit. Para el verano de 1805, se habían erigido un total de 8 edificios dentro del complejo, incluidos talleres, cuarteles y la nueva residencia del Gobernador. Aparte de sus expediciones anuales a «Herring Rock», cerca de la desembocadura del río Indian, los Kiks.ádi, en general, se mantuvieron alejados del asentamiento en constante expansión hasta 1821, cuando los rusos, para poner fin a los ataques esporádicos en la aldea, invitaron a los Tlingit a regresar a Sitka, que fue designada como la nueva capital de la América rusa en 1808. Baranov trasladó allí la sede de la Compañía Rusa de América, que hasta entonces había estado en Kodiak y desde allí amplió el área de influencia rusa. Durante el gobierno de Baránov, misioneros rusos ortodoxos operaron en América rusa y muchos de ellos denunciaron la crueldad y explotación de los nativos por los comerciantes de pieles rusos.

América rusa en 1860

A los Tlingit que decidieron regresar se les permitió residir en una parte de la aldea justo debajo de la empalizada, fuertemente custodiada, en «Blockhouse Hill» ; un área conocida como Ranche hasta alrededor de 1965. Los Kiks.ádi suministraron a los rusos alimentos y pieles de nutria, mientras que los colonos introdujeron a los Tlingit en los diversos aspectos de la cultura rusa y la Iglesia Ortodoxa Rusa. Los actos ocasionales de agresión Tlingit continuaron hasta 1858, con un levantamiento significativo en 1855 que fue reprimido rápidamente.

Pero Rusia, como otras grandes potencias antes que ella, tampoco se veía con fuerzas para conservar esos territorios, tan distantes y tan codiciados por los británicos y los estadounidenses, sobre todo por los enormes costes pecuniarios y humanos que requería la tarea. El general gobernador de Siberia Oriental, Nikolái Muraviov-Amurski, fue el primero en sugerir vender Alaska en 1853, justo en vísperas de la Guerra de Crimea que Rusia perdió tres años más tarde. El funcionario presentó al emperador Nicolás I una nota donde instaba a centrarse en el Lejano Oriente y subrayaba la importancia de mantener buenas relaciones con EEUU. Indicaba que tarde o temprano Rusia debería conceder Alaska a EEUU porque era incapaz de defender ese territorio. En aquel momento en Alaska vivían entre 600 y 800 rusos, 1.900 criollos y 5.000 aleutas, además de 40.000 indígenas tlingit que no se reconocían súbditos de Rusia. La propuesta de Muraviov-Amurski fue acogida favorablemente, sobre todo por Konstantín, el hermano menor del nuevo emperador, Alejandro II. Las arcas del Estado estaban devastadas por la guerra y vender la lejana Alaska a muchos les parecía una buena solución. Las negociaciones comenzaron el 28 de diciembre de 1866. El 30 de marzo de 1867, ahora festivo en Alaska, el acuerdo fue firmado y los 1.519.000 kilómetros cuadrados de las colonias americanas rusas pasaron a ser soberanía de EEUU.

El Senado estadounidense ratificó el convenio por un solo voto de diferencia: en aquellos tiempos, las ricas reservas minerales del territorio eran todavía desconocidas y pocos en EEUU eran partidarios de adquirir ese “parque natural para osos polares”. Entonces fue cuando Alaska recibió su nombre oficial de boca del senador Charles Sumner quien recurrió a la denominación aleuta de esas tierras en el discurso que pronunció para convencer a sus colegas.El 1 de agosto del mismo año, Rusia recibió de EEUU un cheque de 7,2 millones de dólares con el que se cerró el trato. La ceremonia tuvo lugar el 18 de octubre en la ciudad de Novoarjánguelsk, ahora Sitka, y se clausuró con la izada de bandera estadounidense. Con la compra, EEUU adquirió no solo los territorios sino también todos los bienes inmuebles y los archivos coloniales.

Después de eso, se liquidaron todas las tenencias de las participaciones de la compañía ruso-estadounidense. Tras la transferencia, muchos ancianos de la tribu local Tlingit sostuvieron que «Castle Hill» era la única tierra que Rusia tenía derecho a vender. Las reclamaciones de tierras nativas no se abordaron hasta la segunda mitad del siglo XX, con la firma del Acta de Liquidación de Reclamaciones de Nativos de Alaska. La isla de Baranof, en el archipiélago de Alexander, en Alaska, fue nombrada en honor del gobernador. Hoy en día, el 10% de los habitantes de Alaska son de origen ruso y el 13% profesan la fe ortodoxa. Solo el 3% dominan el idioma de sus antepasados. Una herencia modesta pero aún viva de lo que fue la América rusa.

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