Durante la Primera Guerra Mundial, los ingleses temían las consecuencias de una batalla campal con la flota alemana a menos que se librara con ventaja para ellos y en unas circunstancias estrictamente controladas por ellos.Mientras tanto, los británicos utilizaron una poderosa combinación de campos de minas, destructores y acorazados pre-dreadnoughts de la Flota del Canal con base en el Medway, que bloqueaba eficazmente el canal de la Mancha. La Flota de Alta Mar alemana quedaría confinada al mar del Norte; en consecuencia esta zona se convertiría en un área de aguas disputadas, sin que ningún bando consiguiera ejercer un verdadero dominio sobre ella. Pero el resto de los océanos del mundo seguirían siendo relativamente seguros para el comercio y las expediciones militares de los ingleses, excepto por los actos de depredación que pudieran hacer los barcos corsarios alemanes. En vista de semejante situación, muchos oficiales británicos se mostraron sorprendidos ante la que consideraron actitud pasiva de la marina alemana. Pero los alemanes no estaban dispuestos a sacrificar sus cruceros de batalla y sus tripulantes en una aventura especulativa y esperaban a que los ingleses hicieran alguna estupidez.
La desmoralización entre la oficialidad de la Royal Navy se vio exacerbada por las dificultadas encontradas con los barcos corsarios alemanes, los cruceros ligeros Dresden, Leipzig y Karlsruhe, y por la amenaza del Escuadrón de Cruceros de Asia Oriental, al mando del ingenioso vicealmirante Maximilian von Spee, formado por dos cruceros acorazados, el Scharnhorst y el Gneisenau, acompañados por los cruceros ligeros Nürnberg, Emden, Leipzig y Dresden. Con la ayuda de una colección de barcos carboneros y de abastecimiento, estos buques causarían estragos en todo el océano Pacífico durante varios meses, hostigando el tráfico marítimo y amenazando los convoyes de tropas enviados desde Australia y Nueva Zelanda. La flota alemana del vicealmirante von Spee era inferior en número y potencia de fuego, por lo que rehuyó el combate directo con la escuadra británica y decidió atacar el tráfico marítimo en una clásica guerra de corso por el todo el Pacífico. Von Spee había dividido sus fuerzas y tras unos meses de actividad decidió reunir a sus buques para tratar de llegar a Europa. El primer encuentro tuvo lugar el 12 de Octubre en la Isla de Pascua, donde los cruceros acorazados SMS Scharnhorst y SMS Geneisenau se encontraron con los cruceros ligeros SMS Nürnberg, SMS Dresden y SMS Leipzig y todos juntos, se dirigieron hacia Valparaiso llegando el 30 de Octubre.
La escuadra británica, fondeada en las islas Malvinas al mando del contraalmirante sir Christopher Cradock, recibió la orden de partir e interceptar a las fuerzas alemanas antes de que llegaran al Atlántico sur vía Cabo de Hornos. Los comunicados del Almirantazgo indujeron a Craddock a tomar una serie de decisiones precipitadas, buscando el enfrentamiento con un escuadrón alemán que a todas luces era más fuerte y más capaz, una vez producido el contacto, de utilizar su superioridad en materia de velocidad y armamento. Cradock dejó atrás al obsoleto acorazado pre-dreadnought HMS Canopus y conocedor que su escuadra era inferior a la de von Spee solicitó refuerzos que le fueron negados. A pesar de ello, salió el 22 de Octubre para cumplir con su deber; su escuadra estaba compuesta por los cruceros acorazados HMS Good Hope y HMS Monmouth, el crucero ligero HMS Glasgow y el crucero auxiliar HMS Otranto. Cradock envió al HMS Glasgow al puerto de Coronel, en Chile, para entregar y recoger despachos del Almirantazgo de manos del cónsul británico. Este buque entró en puerto el 31 de Octubre y se encontró con el buque de aprovisionamiento Göttingen que rápidamente radió a von Spee la llegada del crucero ligero. Los británicos interceptaron este radiomensaje y sospecharon que algún buque alemán se encontraba en la zona. Von Spee había ordenado que el SMS Leipzig se encargara del tráfico inalámbrico y los británicos no sospecharon que el grueso de la escuadra alemana se encontraba en Valparaiso y que se hizo a la mar nada más saber de la posición del HMS Glasgow. Por su parte von Spee ignoraba que Cradock y su escuadra se encontraban mar adentro de Coronel esperando al HMS Glasgow y el correo. La sorpresa fue doble, a las 16:40 del 1 de Noviembre de 1914, cuando ambas escuadras se encontraron a unas 40 millas mar adentro pensando cada almirante que se enfrentaban a un solitario buque. Desde las 16:40 y las 18:50 maniobraron una frente a la otra, Cradock tratando de romper el contacto y von Spee esperando encontrarse entre dos luces al ocaso.
Al principio sólo los cañones de gran calibre de los cruceros acorazados empezaron a disparar a unos 11.000 mts y cuando el rango cayó a los 6.000 mts, sobre las 19:30, los HMS Good Hope y HMS Monmouth estaban en llamas. EL pañol delantero del HMS Good Hop, estalló a las 19.50 y el buque se partió en dos, hundiéndose rápidamente. El SMS Scharnhorst cañoneaba al HMS Monmouth, incapaz de devolver el fuego y el SMS Geneisenau, junto a los cruceros ligeros SMS Leipzig y SMS Dresden, trataba de dar caza al HMS Glasgow; el crucero que era incapaz de impactar contra los buques alemanes por encontrarse sus armas fuera de rango, con cada salva suya daba resolución de tiro a sus perseguidores. Cambió de rumbo y se dirigió al sur escapando del combate.El SMS Nürnberg que al ser el más lento de todas las fuerzas de von Spee no había participado en la batalla, se encontró con el silencioso HMS Monmuoth que se hundía lentamente pero que aún navegaba tratando de embarrancar en la costa chilena; envió una señal de rendición al HMS Monmouth que fue rechazada y a continuación empezó a cañonearlo hasta que se hundió. A las 22:15 von Spee, que no sabía que el HMS Good Hope se había hundido, creyó que se había dirigido al sur escapando para reunirse con el HMS Canopus. Ignoraba que estaba fondeado aún en las Malvinas, y en la oscuridad de la noche dio por finalizado el combate y se retiro hacia Valparaiso otra vez.
El enfrentamiento sería muy breve. En su impotencia, Craddock intentó acercarse para que sus barcos, peor armados, tuvieran una mínima posibilidad de infligir daños al adversario, pero todo fue en vano, como observó el teniente Knoop desde el Scharnhorst.
«En la mayor parte de los casos el impacto de una bomba detonante venía seguido de un incendio. Observé en dos ocasiones lo que pensé que era una explosión de la munición. Las llamas prendían de inmediato en cuanto explotaban las bombas detonantes y los incendios que provocaban podían diferenciarse de cualquier otro por sus dimensiones y su perfil. Algunos impactos, probablemente sobre cubierta, lanzaban surtidores de chispas por una zona amplísima. Cuando el objeto del impacto era el blindaje, se observaban nubes negras de contornos muy nítidos. Los impactos eran tan frecuentes que resultaba imposible anotarlos en orden cronológico. El Good Hope recibió varios impactos graves en la proa, en el puente superior, en el mástil a unos nueve metros del puente, en la parte posterior del tope, siendo alcanzado también repetidamente en la parte central del buque, con el consiguiente estallido de incendios. La batería de popa fue alcanzada varias veces y se desencadenaron los consabidos incendios. Las llamas del interior del buque podían verse a través de las portillas. Dos proyectiles alcanzaron el barco cerca de la torreta de popa. El Monmouth fue alcanzado en la torreta de proa de las piezas de seis pulgadas. La bomba detonante hizo saltar la techumbre por los aires. Una terrible explosión de cargas debió de volar entonces toda la torreta del castillo de proa, pues desapareció por completo. Observé que muchas bombas daban en la parte central del buque. Una gigantesca columna de humo, casi tan alta como el mástil y de casi veinte o treinta metros de ancho, se levantó de repente por la banda de estribor. En total se contaron entre treinta y cuarenta impactos. A veces había tres o cuatro incendios ardiendo simultáneamente«.
Teniente Ernst Knoop, buque Scharnhorst,
Escuadrón de Cruceros de Asia Oriental de la Marina Imperial.
Fue una batalla cruel en la que fueron hundidos el Good Hope y el Monmouth, con la pérdida de todos sus tripulantes,incluido el propio Cradock. Al Otranto le dijeron de inmediato que se diera a la fuga, mientras que el Glasgow tuvo suerte y escapó de la quema sufriendo solo algunos daños menores. En el bando alemán sólo se contabilizaron 3 heridos. La batalla de Coronel puso de manifiesto las brutales consecuencias de una batalla naval desigual. Cradock no habría debido presentar batalla ante unos buques que eran más rápidos y llevaban unos cañones más pesados. El Almirantazgo le había ordenado concentrarse en la flotilla de Spee, pero de un modo un tanto ambiguo, pues no especificaba si debía intentar destruirla o no. Le advirtió que no entrara en combate sin el anticuado acorazado Canopus, pero este era tan lento que cuando Cradock abandonó el Atlántico sur para entrar en el Pacífico lo dejó atrás. Cuando por fin el Almirantazgo le ordenó esperar, envió el aviso dos días después de que se hubiera producido la batalla. Pero también puso de manifiesto que Von Spee estaba condenado al fracaso;lejos de su base, con unos recursos limitados, y surcando unos mares plagados de enemigos a su alrededor, su actuación fue un tributo al espíritu que había sido engendrado en el seno de la marina alemana. Consciente de que tenía pocas posibilidades de regresar a Alemania, consideró su deber maximizar los daños que pudiera infligir al enemigo antes de que se produjera la inevitable venganza de los ingleses que no tardaría mucho en llegar. La humillante derrota de la Royal Navy encendió los ánimos de venganza en Londres que organizó una fuerza, que le había sido negada a Cradock, para dirigirse hacia las Malvinas y destruir a von Spee. El 8 de Diciembre de 1914 tuvo lugar la Batalla de las Malvinas donde von Spee y muchos de sus hombres perecieron.
El SMS Dresden protagonizó entonces una cinematográfica fuga de las Malvinas, perseguido por navíos ingleses, escondiéndose en los recovecos de canales y fiordos de la Patagonia chilena. La historia no termina con su hundimiento acosado por sus perseguidores ingleses en Juan Fernández el 14 de diciembre de 1914; los marinos alemanes fueron retenidos en la isla Quiriquina durante cuatro años por las autoridades chilenas, en virtud de los acuerdos internacionales sobre internamiento de combatientes.Allí la marinería germana se dedicó al cultivo de hortalizas, la crianza de aves de corral y el tallado en madera en la expectativa del fin del conflicto para ser repatriados. Así ocurrió, en efecto, de los 360 retenidos, 300 regresaron a Europa y los sesenta restantes decidieron quedarse en Chile. Los fines de semana eran acogidos por familias de Penco, cuando la armada chilena comenzó a conceder libertad restringida a los cautivos. Uno de esos marinos retenidos en la isla Quiriquina era el entonces teniente Wilhelm Franz Canaris, quien posteriormente llegaría ser vicealmirante de la Marina alemana y Jede del Abwher alemán (inteligencia militar) durante el periodo nazionalsocialista, entre 1935 y 1944. Canaris fue primero que se fugó uno de esos fines de semana libres. Viajó a Osorno, donde una familia de colonos le consiguió un pasaporte con el nombre de Reid Rosas.De allí cruzó a Argentina y en Buenos Aires se embarcó de vuelta a Europa.
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