El nacimiento de Jesús de Nazaret

sábado, 22 de diciembre de 2018

Los evangelios de Mateo y Lucas nos cuentan los prodigios que rodearon el milagroso nacimiento de Jesús de Nazaret: «Estando desposada María, su madre, con José, antes de que conviviesen, se halló haber concebido María del Espíritu Santo. José, su esposo, siendo justo, no quiso denunciarla y resolvió repudiarla en secreto. Mientras reflexionaba sobre esto, he aquí que se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir en tu casa a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús, porque salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que el Señor había anunciado por el profeta, que dice: «He aquí que una virgen concebirá y parirá un hijo, y que se le pondrá por nombre Emmanuel, que quiere decir Dios con nosotros.» Al despertar José de su sueño hizo como el ángel del Señor le había mandado, recibiendo en casa a su esposa, la cual, sin que él antes la conociese, dio a luz un hijo y le puso por nombre Jesús» (Mt 1,18-25).

Sin embargo,en los evangelios de Marcos y de Juan no se cita ni una sola línea de este fundamental acontecimiento sobrenatural. De hecho, Marcos y Juan no se interesan por otra cosa que no sea la vida pública de Jesús asumiendo ya, a sus treinta años (otro hecho que actualmente se esta discutiendo por los historiadores que lo sitúan en la cuarentena), el papel mesiánico. Resulta totalmente absurdo; ¿cómo iban a dejar de mencionar el relato del nacimiento divino de Jesús dos evangelistas que no pierden ocasión de referir sus hechos milagrosos?. Tal como ya observó con agudeza el erudito Alfred Loisy, especialista en estudios bíblicos e historiador de la religiones, «para descartar los relatos del nacimiento milagroso y de la concepción virginal, basta con comprobar que fueron ignorados por Marcos y Pablo, y que el de Mateo y el de Lucas no concuerdan entre sí, presentando ambos todos los caracteres de una pura invención.

Con el desarrollo de las tradiciones asociadas a la esterilidad y de los cultos destinados a su efecto contrario, la fecundidad, surgió de manera lógica y natural la leyenda de la intervención divina reparadora. Puesto que hacer parir a una mujer estéril sólo podía lograrlo una intervención divina directa, no se requirió demasiada imaginación para invertir los términos de la ecuación y pasar a considerar al primer hijo de una mujer estéril como a un ser especialmente tocado por Dios, una señal que será aprovechada por los biógrafos antiguos para recalcar la «proximidad divina» de algún personaje notable mediante la argucia de añadir a su curriculum el dato de proceder de una madre estéril.Para completar la escenificación de la «señal divina» se elaboraron los episodios de la «anunciación» en los que un ser celestial, en sueños o en vivo, anunciaba la concepción milagrosa. Por regla general, desde muy antiguo, cuando el personaje anunciado era de primer orden, la madre siempre era fecundada directamente por Dios mediante algún procedimiento milagroso, conformando con toda claridad el mito de la concepción virginal, especialmente asociado a la concepción de los dios-Sol. Aquellos que devinieron el centro de alguna religión y que acabaron siendo adorados como «hijos de Dios», Buda, Krisna, Confucio o Lao-Tsé, fueron mitificados para la posteridad como hijos de una virgen. Jesús, aparecido mucho después que ellos, aunque sujeto a un papel equivalente al de sus antecesores.

Los relatos sobre anunciaciones a las madres de grandes personajes aparecen en todas las culturas antiguas del mundo. Así, por ejemplo, en China, son prototípicas las leyendas acerca de la anunciación a la madre del emperador Chin-Nung o a la de Siuen-Wuti; a la de Sotoktaïs en Japón; a la de Stanta (encarnación del dios Lug) en Irlanda; a la del dios Quetzalcoatl en México; a la del dios Vishnú (encarnado en el hijo de Nabhi) en India; a la de Apolonio de Tiana (encarnación del dios Proteo) en Grecia; a la de Zoroastro o Zaratustra, reformador religioso del mazdeísmo, en Persia; a la de las madres de los faraones egipcios (así, por ejemplo, en el templo de Luxor aún puede verse al mensajero de los dioses Thot anunciando a la reina Maud su futura maternidad por la gracia del dios supremo Amón)… y la lista podría ser interminable. Este tipo de leyendas paganas también se incorporaron a la Biblia, en relatos como los del nacimiento de Sansón, Samuel o Juan el Bautista y culminaron con su adaptación, bastante tardía, a la narración del nacimiento de Jesús.

El parecido de las leyendas entre unos y otros es tan profundo como lo resalta la anécdota referida, en el siglo XVIII, por el padre agustino Giorgi, un notable experto en orientalismo: «Cuando observé que este pueblo ya poseía un dios bajado del cielo, nacido de una virgen de familia real, y muerto para redimir el género humano, mi alma se turbó y permanecí muy confuso. Puedo añadir que los tibetanos contestaron los ofrecimientos de los misioneros, diciendo: ¿para qué nos vamos a convertir al cristianismo? Si ya tenemos unas creencias idénticas a las vuestras, y que además son mucho más antiguas».

Alejandro Magno: de Gaugamela, a la India

Alejandro Magno: de Gaugamela, a la India

Al atardecer del primero de octubre del 331 a.C, Alejandro, rey de Macedonia tenía en sus manos el mayor y más poderoso imperio del momento. Sobre el campo de batalla de Gaugamela, a poco más de veinte kilómetros del actual Mosul, yacían los restos del último gran...

Alejandro Magno: de Pela a Gaugamela

Alejandro Magno: de Pela a Gaugamela

La valoración de la figura de Alejandro III de Macedonia es inseparable de la imagen contradictoria que las fuentes antiguas nos han transmitido, la mayoría de las veces en un estilo que ralla la hagiografía. El retrato antiguo de Alejandro contiene tantos elementos...

Viajar en el mundo antiguo

Viajar en el mundo antiguo

Emprender cualquier tipo de viaje en el mundo antiguo fue casi siempre sinónimo de emprender una auténtica aventura. Acostumbrados como estamos a nuestro mundo actual, que se nos ha quedado pequeño, donde viajar es algo cómodo, fácil y seguro, no nos resulta sencillo...

La rebelión Jonia

La rebelión Jonia

La pequeña flotilla ateniense de veinte naves dejaba atrás ya la bahía de Falero, de donde habían zarpado minutos antes, en un día radiante de primavera del 498 a.C., rumbo a Mileto donde los rebeldes jonios se habían alzado contra sus señores persas. La aun joven...

Las Termópilas

Las Termópilas

Cuando a mediados de agosto del 490 a.C. el rey Leónidas de Esparta observó en el horizonte, al norte, una gran polvareda cada vez más densa, supo que el ejército del Gran Rey se aproximaba. Tras la polvareda la propia tierra,...

Tabernas romanas

Tabernas romanas

Como en tantas otras cosas de la vida diaria, también los antiguos romanos disponían en sus ciudades de establecimientos de “comida rápida”. A los romanos, gente eminentemente práctica, no les gustaba perder el tiempo y como sucede en la actualidad, disponían de...

Los fenicios

Los fenicios

Los fenicios, ¿fueron grandes comerciantes que jugaron un papel clave como intermediarios entre el mundo oriental y el mundo mediterráneo? o, por el contrario ¿astutos comerciantes que aprovechaban cualquier oportunidad para enriquecerse, incluso practicando la...

Spintria, las monedas de los burdeles romanos

Spintria, las monedas de los burdeles romanos

En la antigua Roma, las relaciones matrimoniales eran entendidas como un contrato por intereses familiares y como un mecanismo para engendrar hijos legítimos que heredasen la propiedad y la situación de sus padres. El placer sexual se buscaba en lugares fuera del...

Democracia e imperialismo en la Atenas de Pericles

Democracia e imperialismo en la Atenas de Pericles

Mucho se ha hablado del imperialismo Espartano y poco del Ateniense. Entre la Paz de los Treinta Años (445 a.C.) y el estallido de la Guerra del Peloponeso (431 a.C.), Atenas culminó una época de apogeo en la que la pólis ática gozó de un período de estabilidad...

El gobernador romano

El gobernador romano

El cargo de gobernador de una provincia era un premio que solo recibían aquellos que tenían éxito en la ferozmente competitiva vida pública de la república romana. Los mandos provinciales eran muy codiciados por muchos senadores ambiciosos y por un montón de senadores...

La familia en el Antiguo Egipto

La familia en el Antiguo Egipto

Para los egipcios, el matrimonio era el estado natural de un hombre y una mujer. Pero el concepto de matrimonio actual no se parece al de los egipcios, ya que no existía ninguna regulación jurídica o religiosa que formalizara dicha unión; para formar una familia solo...

Paul Emil von Lettow-Vorbeck, el león de África.

Paul Emil von Lettow-Vorbeck, el león de África.

El teniente coronel Paul Emil von Lettow-Vorbeck, el “Lawrence de Arabia alemán”, en realidad mucho más capaz militarmente que el propio Lawrence de Arabia, durante los cuatro años en los que se desarrolló la Primera Guerra Mundial, se convirtió en la...

2 Comentarios

  1. Luis

    Para los tibetanos y su religión, budista tibetana, la vida es sufrimiento, para ellos es prácticamente un error el solo hecho de nacer en este mundo, para salir de esto se debe alcanzar la iluminación y eso se logra eliminando los deseos, pero está el problema de la reencarnación en la cual creen. Es decir que tu sufrimiento nunca termina.

    Para el cristianismo, tu existencia como persona individual es sagrada por el amor (Dios) y para el amor (Tu prójimo).

    Saludos,

    Responder
  2. Luis

    Para los tibetanos y su religión, budista tibetana, la vida es sufrimiento, para ellos es prácticamente un error el solo hecho de nacer en este mundo, para salir de esto se debe alcanzar la iluminación y eso se logra eliminando los deseos, pero está el problema de la reencarnación en la cual creen. Es decir que tu sufrimiento del cual quieres escapar nunca termina.

    Para el cristianismo, tu existencia como persona individual es sagrada por el amor (Dios) y para el amor (Tu prójimo) y por tanto no solo no intenta escapar sino que acepta el sufrimiento como vía de purificación de su existencia.

    Saludos,

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *