Aunque ya es mencionado por Homero en la Ilíada, el linothorax fue la armadura más popular en Grecia entre finales del siglo VI a. C. y el siglo V a. C., desde la época de las guerras médicas hasta la guerra del Peloponeso y se volvió popular nuevamente gracias a las reformas del general ateniense Ifícrates a mediados del siglo IV a. C. Pero su gran difusión vendrá de ka mano de los en los ejércitos de Filipo II de Macedonia y su hijo Alejandro. No obstante, este tipo de protección pasiva no será utilizado exclusivamente por los griegas, sino también por otros combatientes a lo largo de todo el mediterráneo, como los soldados libio-fenicios, ya que la impedimenta normal de los soldados púnicos era la panoplia griega, influenciados, sin duda, por los mercenarios griegos y por el gusto hacia toda la cultura helenista. Como elemento de defensa pasiva, la infantería macedonia portaba una coraza de tela rígida (permitían cubrir el bajo vientre y las piernas sin estorbar el movimiento); el calor, las rozaduras, el peso excesivo y el agotamiento, podía anular las ventajas de la coraza. De ahí que el linothorax hubiera desplazado a la coraza de bronce, al conseguir una dureza elevada disminuyendo el peso final, a base de láminas de lino encoladas y endurecidas con vinagre y sal, reforzadas en ocasiones con escamas de bronce, lo que la hacía mucho más liviana y fresca a la par que efectiva.
Pero, exactamente ¿que es un Linotorax?. Se trata de una coraza confeccionada a partir de materiales orgánicos, que era fabricada con varias capas de lino, entre 12 y 20 normalmente pegadas con cola animal, o una clase de resina flexible que podrían alcanzaban un grosor de 5 mm Algunas de estas corazas podían incluir placas de bronce entre las láminas de lino. El mejor ejemplar que podemos contemplar hoy día es el que aparece en el famoso Mosaico de Alejandro en la batalla de Isos. En él se aprecia un magnífico linothorax, ceñido como era habitual por encima de un exomis de manga corta, prenda que dependía de la estación del año. Estos coseletes estaban confeccionados con varias capas de lino encoladas unas sobre otras, con una capa externa de color que es la que apreciamos. Las capas interiores eran más gruesas y ásperas que el resto, y el peso podía rondar los seis kilogramos en función de la cantidad de refuerzos metálicos que incorporara, mucho más ligero por tanto que las corazas de metal, e incluso más ligera que las de cuero endurecido, de ahí que el monarca aparezca con ella y no con otra de metal, aún siendo más caras, pero con un peso entre los 11 y 13,5 kg. y mucho más calurosas.
En la parte baja se incluían los habituales pteryges ( que podemos traducir como plumas, la pieza decorativa que cae de la cintura de la armadura,generalmente hecha de cuero y que llevaba piezas metálicas y en casos especiales joyas para adornarlo), así como entre hombros y bíceps, alas o tiras también de lino o de cuero endurecido, que protegían el brazo alto y sobre todo el bajo vientre y que por su flexibilidad y holgura facilitaban el movimiento. Como vemos en el Mosaico, estos linothorakes podían incluir algún tipo de decoración, como esta Gorgona, y en ocasiones piezas de refuerzo, normalmente escamas de metal, aumentando así su capacidad defensiva sin aumentar mucho su peso final. De este modo, el metal disminuía la capacidad de penetración de las armas enemigas, mientras que el lino servía además para amortiguar los golpes.
Se ha afirmado a menudo que una de las razones principales para el cambio de la armadura de bronce de los primeros griegos por el linotórax se debió a lo asequible del lino usado en su fabricación, frente al costoso bronce; esto sin embargo es falso, dado que el coste del lino en el mundo antiguo era también elevado, aunque no tanto como el del bronce. El linotórax permitía cubrir el bajo vientre y las piernas sin estorbar el movimiento, resultando más ligera y cómoda que las de metal y dando una protección razonable buena contra flechas y espadas.
Es obvio que los elementos metálicos eran más costosos e incómodos, pero debían ser lo suficientemente gruesos para evitar los golpes penetrantes. Los elementos de cuero o tejidos eran mucho más baratos y ligeros, también menos calurosas, y ofrecían buena protección ante golpes tajantes, pero son presumiblemente débiles ante los perforantes, y gran parte lo eran (jabalinas, lanzas, flechas, golpes rectos de espadas y puñales). Pese a que suscita ciertas dudas, un estudio reciente sobre la resistencia de estos linothorakes, dirigido por el profesor G. Aldrete, llega a la conclusión de que estas corazas eran extremadamente resistentes, también a los impactos penetrantes, más aún que algunas corazas de metal.
La disminución del uso del linotórax, alrededor del final del siglo III a. C., parece tener correlación directa con el aumento del empleo de la malla, o cota de malla.
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