El ejército mongol

sábado, 29 de septiembre de 2018

A principios del siglo XIII,en apenas veinte años levantó un imperio colosal, encadenando victorias que descansaron en su carisma personal, la elección de generales en razón de sus méritos (y no de su linaje) y el empleo sistemático del terror.Los ejércitos mongoles liderados por Gengis Kan, protagonizaron una de las expansiones militares más importantes de la historia. Conquistaron buena parte del norte de China, entonces ocupado por el reino de Xi Xia y el imperio yurchen, y destruyeron el imperio musulmán de Juarezm, situado en Asia Central. Los sucesores del conquistador mongol continuaron las conquistas, y en unos años sus ejércitos amenazaban países tan distantes entre sí como Hungría, Egipto y Japón.

A primera vista, la fulgurante expansión mongol resulta difícil de explicar. Es cierto que los pastores nómadas eran unos guerreros formidables: su estilo de vida los había convertido en excelentes jinetes y arqueros, y un clima atroz los había curtido para soportar las interminables penurias de la vida militar. Pero ninguno de los pueblos nómadas que les habían precedido como conquistadores surgidos de las estepas había tenido un éxito remotamente parecido al suyo. Gengis Kan levantó un verdadero estado armado, en el que cada hombre, tanto en tiempos de paz como de guerra, estaba movilizado desde los quince años hasta los setenta. Las mujeres también participaban con su trabajo en la producción de alimentos y en la confección de todo tipo de material bélico para las tropas.

Los mongoles eran un pueblo guerrero donde todos los hombres libres se entrenaban para la guerra desde jóvenes y con una tradición de jinetes muy poderosa y muy antigua.El ejército se componía casi exclusivamente de caballería (ligera o arqueros a caballo en un 60% y la pesada o lanceros en un 40%). La caballería ligera estaba armada al estilo usual de la caballería asiática: dos arcos compuestos (uno para distancias cortas y otro para distancias largas), dos carcaj que contenían no menos de 60 flechas, dos o tres jabalinas y una cuerda para usar como lazo.Normalmente no llevaba ningún tipo de protección, aunque a menudo llevaba una chaqueta acolchada y un pequeño escudo de mimbre forrado de cuero. En combate, sustituían su tradicional gorro de lana por un casco de cuero o en pocas ocasiones de hierro.La caballería pesada estaba mucho mejor protegida;llevaban corazas de cuero o cotas de malla laminares y cascos de acero, y sus monturas llevaban protecciones de cuero o acolchadas. El arma primaria de la caballería pesada era una lanza de más de 3,5 metros de longitud. Un sable curvado, pequeñas hachas de batalla y mazas completaban su armamento.

Los ejércitos de Gengis Kan no disfrutaron de ninguna ventaja tecnológica sobre sus predecesores. De hecho, su arma principal, el potente arco compuesto, sólo presentaba pequeñas diferencias con el usado por los escitas más de dos mil años antes. Por otra parte, la organización del ejército mongol, estructurado en unidades de 10, 100, 1.000 y 10.000 hombres, tampoco era ninguna novedad y había sido empleada por muchos pueblos nómadas, desde que los Xiong Nu, fundadores del primer imperio en Mongolia, la adoptaron por primera vez en el siglo III a.C. Formó las unidades mezclando etnias y tribus, lo que obviamente mejoró la cohesión interna del ejército en los niveles más fundamentales. Los mandos en cada nivel gozaban de cierta iniciativa, podían hasta cierto punto ejecutar sus órdenes del modo que les parecía más adecuado. Esta estructura de mando probó ser bastante flexible y efectiva, al permitir al ejército mongol atacar en masa, dividirse en pequeños grupos para rodear a sus enemigos o llevarlos a una emboscada, o dividirse en grupos pequeños de diez hombres para acabar con un ejército derrotado y en retirada.

Un elemento determinante para entender este éxito es la figura del propio Gengis Kan. Fue uno de los mejores generales de su época y se le considera, merecidamente, como uno de los grandes generales de la historia.Varios ejércitos mongoles mandados por un grupo de subordinados de talento, como Jebe, Subetei y Mujali, infligieron a estos mismos enemigos al menos media docena más de grandes derrotas. Son precisamente estos hombres quienes nos recuerdan otro ingrediente de la receta del éxito de Gengis Kan: la instauración de una meritocracia en el ejército o, lo que es lo mismo, la selección de los hombres para puestos de responsabilidad por sus cualidades personales y no por su pertenencia a la aristocracia mongol. Y le eran absolutamente fieles.

Gengis Kan implantará una durísima disciplina en su ejército eliminando uno de los principales puntos débiles de los ejércitos nómadas, que muchas tras ganar una batalla se detenían a saquear el campamento contrario, lo que mientras tanto permitía escapar a los enemigos.En 1202, justo antes de una expedición para vengarse de los tatar, que habían asesinado a su padre unos cuarenta años antes, impartió esta rotunda orden a sus tropas: «Si vencemos, que ninguno tome botín en ese momento, pues ya será repartido más tarde; y si tenemos que retirarnos, tornemos al lugar de donde hayamos partido y, formados otra vez, volvamos a atacar con brío. Todo aquel que no vuelva a la formación será decapitado». Normalmente los castigos por falta de disciplina eran colectivos;si algún soldado de una unidad de diez hombres (arban) huía en plena batalla, era ejecutado con sus compañeros. Y si era todo un arban el que huía, entonces era ajusticiada la unidad de cien soldados (yaghun) a la que pertenecía.

Los mongoles también destacaron por su gran capacidad de adaptación, demostrando una magnífica predisposición para probar nuevas estrategias a la hora de hacer frente a situaciones desconocidas para ellos. Quizás el campo en donde más se notó esta actitud fue en el de la guerra de asedio, la gran carencia de la mayoría de los ejércitos nómadas. Ciertamente, con resultados imprevistos, como en 1209, durante el asedio de gran la ciudad fortificada, Zhong-xing, la capital del reino de Xi Xia. Sin máquinas de asedio ni conocimientos técnicos, los mongoles intentaron derruir las murallas de la ciudad desviando el curso de un río para que socavara los cimientos. Las lluvias provocaron el desbordamiento del río, que acabó inundando el campamento de los mongoles, pero la determinación que éstos habían demostrado convenció al rey de Xi Xia para rendirse y entregar la capital. No obstante, será en el norte de China, en su lucha contra los yurchen, donde los mongoles se adaptaron a este tipo de guerra.Desarrollaron un potente tren de asedio por el sencillo sistema de reclutar a miles de desertores chinos, que aportaron los conocimientos e incluso las máquinas de asedio de las que los mongoles carecían. La capacidad de adaptación se combinó con la meritocracia, que no sólo se aplicaba a los mongoles: cualquiera podía servir en el ejército de Gengis Kan, desde un humilde pastor de la estepa con aptitudes para el mando hasta un desertor chino con conocimientos en la guerra de asedio.

Los mongoles formaban sus ejércitos en tres cuerpos de ejército el de la derecha o junghar, el del centro o khol donde probablemente iba los keshik (la Guardia Imperial), y el de la derecha o baraunghar. Las tropas de exploradores iban hasta 150 km delante de la fuerza principal para evitar emboscadas. Cada uno de estos cuerpos, cuando localizaban una fuerza enemiga empleaba la formación de tulughma, en la que los jaghúns (1.000) formaban en cinco líneas de profundidad. Las dos primeras eran de lanceros y las tres últimas de arqueros a caballo. Lo primero que hacían los mongoles era atacar por medio de sus arqueros a caballo. La primera fila de arqueros pasaba por entre los huecos atacaba al enemigo de frente, mientras que las dos filas últimas lo hacían por las alas. Estos arqueros nunca se quedaban sin municiones, pues los seguían de cerca camellos cargados con flechas. Estos arqueros no atacaban de manera individual contra objetivos particulares sino que en formaciones que sucesivamente avanzaban y se retiraban descargaban desde una distancia segura una lluvia de flechas sobre la formación enemiga en distintos puntos, buscando herir o matar al mayor número de enemigos al menor coste posible, hundiendo su moral y haciéndole perder la cohesión de sus unidades.Para evitar la lluvia de flechas, los enemigos, ya “ablandados“, usualmente se separaban o buscaban refugio, rompiendo sus formaciones y por lo tanto, haciéndolos más vulnerables a la carga de los lanceros armados con armaduras pesadas. Cuando consideraban que el enemigo estaba lo suficientemente debilitado, se daba la orden a los lanceros para que inicien su carga contra el enemigo para destruirle y provocar su huida.

Otro aspecto muy importante en la organización militar de Gengis Kan son las comunicaciones, a las que dedicó una atención especial. Construyó yans o puntos de posta para los mensajeros, con comida, bebida y caballos de repuesto. La superior movilidad de los mongoles junto con la velocidad de la caballería, dio lugar a una compleja y eficaz red de inteligencia y comunicaciones, que les permitió a los mongoles siempre contar con el campo de batalla a su favor. Cada jinete mongol llevaba consigo varios caballos por lo que podía cambiar de animal en cuanto este se cansaba, pudiendo recorrer en un día entre 80 a 110 km, algo impensable para los demás ejércitos de su tiempo. A veces los ejércitos mongoles se presentaban semanas antes de lo esperado por el enemigo, atacándoles por sorpresa.

Sin embargo, el componente más polémico del estilo de guerra mongol fue el terror, su forma de una guerra psicológica, para hacer cundir el pánico entre los habitantes de otros territorios. En sus conquistas de Estados sedentarios, Gengis Kan aplicó premeditadamente una política del miedo, difundido a través de la violencia. Cuanto más se resistía una zona, más cruel era la actuación de los mongoles.Desde luego, los mongoles no fueron los primeros en pasar a cuchillo a todos los habitantes de una ciudad, ni serían los últimos, pero es probable que nadie lo hubiera hecho antes a semejante escala.Superados ampliamente en número por las poblaciones sometidas, no podían permitirse el lujo de dejar fuertes guarniciones para vigilar las zonas problemáticas, por lo que para ellos tenía sentido arrasarlas por completo. Las zonas conquistadas por los ejércitos de Gengis Kan, especialmente el norte de China y el Imperio juarezmio, perdieron una parte significativa de su población. Otra de las ventajas estratégicas fundamentales del ejército mongol era el desconocimiento que sus enemigos tenían de ellos, siendo muy difícil para sus adversarios calcular cual era su número.Para ello, utilizaban estratagemas como montar muñecos en los caballos sobrantes. Eso, unido a la gran movilidad de los ejércitos esteparios, ponía el factor sorpresa siempre de su lado.

El sistema mongol de logística se destacaba por ser móvil y práctico. La mayoría de unidades eran autosuficientes a corto plazo.Como ya hemos indicado,cada jinete mongol contaba con tres o cuatro caballos,en su mayoría yeguas, de modo que podían subsistir a base de su leche cuando surgía la necesidad. En casos de extrema necesidad, el guerrero mongol era capaz de beber cierta cantidad de sangre de sus caballos.Cada guerrero era responsable de su propia alimentación y equipamiento, reduciendo el tamaño del suministro y eliminando la necesidad de montar un campamento. Durante la marcha, la comida más común de los mongoles era la carne seca o “Borts“, un tipo de carne deshidratada cortada en largas tiras que todavía es común en la cocina de Mongolia. Es ligero, fácil de transportar, puede durar años y se puede cocinar con agua. No obstante, el ejército mongol aprovechaba al máximo la tierra, llevando consigo medios para cazar, pescar y recolectar. 

El caudillo mongol sentó las bases del nuevo imperio, creando una administración basada en consejeros y funcionarios procedentes de los territorios conquistados que dio continuidad a aquel inmenso Estado. De esta forma, evitó que sus conquistas fueran simplemente una gigantesca operación de saqueo y logró que se convirtieran en la base de lo que, al cabo de unas pocas décadas, bajo el gobierno de su nieto Mongke Kan, llegó a ser el Imperio terrestre más extenso de la historia.

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