Durante casi veinte años, soviéticos y alemanes colaboraron económica y militarmente y se repartieron Europa del este en áreas de influencia. Dos países que saldrán como los parias de Europa tras la Primera Guerra Mundial iniciarán una cooperación que continuará, enormemente ampliada, con Hitler en la Cancillería del Reich.
Mientras que la cooperación militar soviético-alemana entre 1922 y 1933 a menudo se olvida, tuvo un impacto decisivo en los orígenes y el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Alemania reconstruyó su ejército destrozado en cuatro bases secretas escondidas en Rusia. A cambio, el Reichswehr envió hombres para enseñar y entrenar al joven cuerpo de oficiales soviéticos. Sin embargo, el aspecto más importante de la cooperación soviético-alemana fue su componente tecnológico. Juntos, los dos estados construyeron una red de laboratorios, talleres y terrenos de prueba en los que desarrollaron lo que se convirtieron en los principales sistemas de armas de la Segunda Guerra Mundial. Sin los resultados técnicos de esta cooperación, Hitler no habría podido lanzar sus guerras de conquista.
soldados ondean la bandera roja en Berlín,9 de noviembre de 1918 |
La República alemana de Weimar intentaba reponerse de las enormes consecuencias del trauma de la derrota militar y la frustrada revolución marxista. La asfixia es general. Las formaciones políticas moderadas son incapaces de evitar una intensa inclinación a la derecha de unas élites dirigentes, muy tradicionales, que añoran un régimen fuerte y temerosas de un muy posible triunfo de la revolución. Los asesinatos políticos se alternan con los intentos militares por hacerse con el control del Estado, cobrando cada vez mayor impulso las formaciones paramilitares financiadas por la industria. En el ámbito económico, la situación es desastrosa; los países europeos, con una Francia agria y revanchista a la cabeza, intentan obtener a cualquier precio el pago de las reparaciones de guerra. Estas obligaciones impuestas por los vencedores, amenazan con aplastar la antaño potente economía alemana.
En noviembre de 1920 termina la guerra civil rusa; el país, organizado en base a un sistema colectivista, comienza la difícil reconstrucción en base a una economía arruinada y paralizada. En Marzo de 1921, mientras millones de personas están amenazadas de muerte por inanición, el gobierno soviético decide dar un giro a sus planteamientos y solicita ayuda material y asesoramiento a occidente; la Europa capitalista exige entonces el pago de las compensaciones por los bienes perdidos en la revolución y las nacionalizaciones posteriores y por vez primera, invitan a los soviéticos a una mesa de conferencias en la que solucionar de una manera definitiva y satisfactoria a sus pretensiones el problema de las compensaciones. Los países europeos piensan en la Unión soviética como en un campo de inagotables recursos que explotar, con los que Rusia pagaría sus deudas; pero Moscú no esta dispuesta a admitir semejante intromisión en su soberanía y acude a la conferencia con la firme determinación de logar un acuerdo con Alemania, al margen de las potencias occidentales.
Aunque el ejercito alemán había salido incólume de la derrota de 1918, las condiciones que se le imponen por parte de los aliados suponen, sobre el papel, prácticamente el desarme de Alemania: un ejercito reducido a 100.000 hombres, prohibición de fabricación de aviones y carros de combate, supresión del Estado Mayor General y un mantenimiento simbólico de una marina de guerra, impedida también a fabricar submarinos y buques por encima de un determinado tonelaje. Así pues, Jefes y Oficiales verán en la instauración de la Republica un simple hecho pasajero, con el que han de convivir mientras se recupera el poderío militar.
Hans von Seeckt |
Conferencia de Génova 10 de abril a 19 de mayo de 1922 |
A su paso por Berlín camino de la Conferencia de Génova la delegación soviética encabezada por Chicherín, intenta lograr un tratado bilateral con Alemania, cuyo borrador estaba ya preparado según las líneas de trabajo marcadas en los contactos secretos anteriores. Pero Walter von Rathenau, ministro alemán de Asuntos Exteriores no abandona su posición de acercamiento a occidente, demorando el acuerdo. Ya en Génova, donde se va a celebrar la conferencia (abril de 1922) , la delegación soviética vuelve hacia Alemania su mirada y en la madrugada del 16 de abril vuelve a proponer a Alemania la firma del acuerdo (en la forma del borrador ya existente). Esta vez las reticencias de Rathenau son superadas por la intervención personal del Canciller Wirth y a las cinco de la tarde se celebra la breve ceremonia de firma. El Tratado de Rapallo garantizaba la renuncia a toda posible reclamación y la reanudación de las relaciones diplomáticas y consulares entre Alemania y la Unión Soviética, con lo que la Republica de Weimar se convertían en el primer país occidental en reconocer oficialmente a la Unión Soviética.
Miembros de las delegaciones asistentes al tratado de Rapallo |
Tras la elección de von Hindemburg como Presidente del Reich el 26 de abril de 1926 y la sustitución posterior del general Seeckt por el general Wilhelm Heye al frente del Alto Mando de la Reichswher, continuará la cooperación con Rusia, demasiado importante para abandonarla. La mayoría de estas empresas fracasaron en las difíciles circunstancias económicas de la Rusia soviética temprana. El más importante de estos arreglos, una instalación masiva de producción de aviones de Junkers fuera de Moscú, no cumplió con las expectativas de ninguno de los dos bandos, aunque se convirtió en una de las instalaciones de aviones más productivas de la Unión Soviética. En diciembre de 1926, después de pérdidas financieras masivas, Junkers filtró detalles sobre el programa alemán en Rusia a los miembros del Reichstag, el parlamento alemán. El 3 de diciembre de 1926, el escándalo se hizo público cuando apareció un titular de siete líneas en el Manchester Guardian, que proclamaba: «¡Cargas de municiones desde Rusia a Alemania! Plan secreto entre los oficiales de Reichswehr y los soviéticos [s]. DIVULGACIONES INICIALES … «El gobierno alemán, en gran parte ignorante de los actuales esfuerzos del Reichswehr en la Unión Soviética, cayó en desgracia después de un voto de desconfianza en el Reichstag.
El escándalo pareció deshacer las grandes esperanzas que los ejércitos alemán y soviético habían invertido en la cooperación. Pero, en cambio, la relación militar soviético-alemana tomó una nueva vida. Comenzando en 1925 y creciendo rápidamente después del escándalo de los Junkers, los dos ejércitos establecieron una serie de bases militares secretas en las cuales los oficiales alemanes y soviéticos vivían, estudiaban y entrenaron uno al lado del otro. Equipos de ingenieros y científicos trabajaron en nuevos sistemas de armas y equipos militares estadounidenses, británicos y franceses de ingeniería inversa. Dos de estas bases se dedicaron a la producción de armas químicas, una para el entrenamiento de aviación y otra para la guerra blindada. Estas bases ayudaron a modernizar el Ejército Rojo y jugaron un papel central en el desarrollo de las tecnologías militares que permitirían el renacimiento del ejército alemán bajo Hitler.
El número de oficiales alemanes que fue formado en Rusia fue reducido, estando los mejores resultados en la Escuela de instrucción de vuelo de Lípetsk, donde entre 1925 y 1933 se formaron unos 120 pilotos de combate y unos 100 observadores. Recibirán instrucción en Rusia oficiales de estado mayor como Sperrle, Jeschonnek y Student, todos ellos con puestos muy importantes posteriormente en la Luftwaffe. Por su parte, la escuela de carros de combate de Kazan y la de guerra química de Volsk no entrarán en funcionamiento hasta 1929; la primera sólo tenia un instructor y diez alumnos alemanes, sin embargo, los experimentos allí realizados con carros alemanes y británicos llevarán al desarrollo de los panzer III y IV, que mas adelante constituirán la espina dorsal de las divisiones panzer durante la Segunda Guerra Mundial.
Será el acuerdo de Múnich (30 de septiembre de 1938) quien lo cambie todo. En Marzo de 1939 Hitler recobraba el Memelland para Alemania volviendo el Alto Mando alemán la vista sobre Polonia, a pesar del pacto de no agresión por diez años firmado el 26 de enero de 1934 y de la descarada complicidad polaca en el reparto de Checoslovaquia. El nuevo objetivo de Hitler era acabar para siempre con el estado polaca y recobrar Danzing, Posen, la Alta Silesia y la Prusia Occidental. Ante la neutralidad, por no decir pasividad, de las potencias occidentales, la actitud hacia Alemania en el Kremlin también cambiará y así, el 3 de mayo de 1939 Stalin sustituirá a Maxim Litvinov, su Ministro de Asuntos Exteriores (judío), por Vyacheslav Molotov, Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo desde 1930 al que Stalin había encomendado la tarea de limpiar de judíos el comisariado. Dada la importancia de la cuestión racial para los alemanes, este cambio constituirá una señal de acercamiento, iniciando desde el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán contactos exploratorios con los rusos. Y como a la ocasión la pintan calva, el gobierno alemán se auto convenció de que los comunistas eran fundamentalmente nacionalistas rusos que defendías sus intereses como cualquier potencia que se precie. Y así, una serie de reuniones con objeto de aclarar las obligaciones de las factorías SKODA con Rusia – ahora alemanas tras la ocupación de Checoslovaquia – se transformaron en un intercambio mas amplio de relaciones económicas.
La inminente llegada en el verano de 1939 de una delegación militar anglo-francesa a Moscú dio prioridad al deseo de Hitler de llegar a un acuerdo con los Rusos; conviene no olvidar que en este momento ya se había decidido atacar a Polonia. Pronto las conversaciones evidenciaron que franceses y británicos carecían de una estrategia común para hacer frente a Alemania. Además, la pretensión soviética de paso franco a sus tropas por Polonia si esta era atacada por Alemania se estrelló contra de plano contra el muro polaco, que se negó en redondo (el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Jozev Beck llegó asegurar que una vez el Ejercito Rojo estuviese en Polonia ya no se iría nunca como así sucedería). Para finales de Agosto, Alemania y la Unión Soviética habían ultimado los últimos detalles de su acuerdo económico, culminando este proceso el 19 de Agosto de 1939 con la firma del Acuerdo de Comercio Alemán-soviético. El 21 de Agosto, los soviéticos rompían unilateralmente las negociaciones tripartitas con Francia y Reino Unido tras recibir de Alemania garantías de que se firmarían los protocolos secretos del pacto de no agresión propuesto, cuyo principal fin era el reparto de Polonia y la entrada en la esfera de influencia soviética entre ambas potencias. Esa misma noche Stalin accedió a recibir al ministro Alemán de Asuntos Exteriores, von Ribbentrop, que llegaría a Moscú el 23 de Agosto.
El acuerdo, firmado en la madrugada del 24 de agosto de 1939, adquirió el nombre de los dos ministros de Asuntos Exteriores firmantes: el alemán Joachim von Ribbentrop y el soviético Viacheslav Mólotov. En aquella reunión celebrada en el Kremlin participó un sonriente Iósif Stalin, que departió amistosamente con el emisario del Reich alemán. El pacto de no agresión, con una vigencia de 10 años, contaba con siete cláusulas públicas y cuatro secretas que se conocieron años más tarde. De puertas para afuera, Alemania y Rusia establecían en su artículo IV que «ninguna de las dos participarán en agrupaciones de potencias que de alguna forma estén dirigidas directa o indirectamente contra la otra parte». De puertas para adentro, Alemania y la URSS establecieron una serie de «áreas de influencia». Un reparto futuro de Europa Oriental que empezaría por Polonia, a la que invadieron solo unos días después.
De acuerdo con dicho protocolo secreto Rumania, Polonia , Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia se dividieron en esferas de influencia alemana y soviéticas. En el norte, Finlandia, Estonia y Letonia fueron asignados a la esfera soviética. Polonia debía ser dividida y se efectuaría un «reordenamiento político» : las áreas al este de los ríos Pisa, Narev, Vístula y San serán para la Unión Soviética, mientras que Alemania ocuparía el oeste. Lituania, junto a Prusia Oriental, entraría en la esfera de influencia alemana , aunque un segundo protocolo secreto acordó en septiembre de 1939 reasignar la mayoría de Lituania a la URSS. Otra cláusula del tratado era que Alemania no interferiría en las acciones de la Unión Soviética hacia Besarabia, entonces parte de Rumania. El Pacto Molotov-Ribbentrop, formalizado el 23 de agosto de 1939, fue la culminación final de una cruzada de dos décadas por ambas partes para armarse, eliminar el orden de posguerra establecido en Versalles y destruir a su enemigo mutuo, Polonia.
Brest 23/09/1939 desfile militar conjunto germano-soviético General Heinz Guderian y Brigadier Semyon Krivoshein |
von Ribbentrop posa ante un sonriente Stalin mientras Molotov estampa su firma en el Pacto de no agresión, Moscú, 23 de Agosto de 1939 |
Aunque en gran parte olvidado hoy en día, la cooperación militar soviético-alemana de entre-guerras reformó el equilibrio de poder europeo. A fines de septiembre de 1939, Alemania y la Unión Soviética compartían una frontera, una capacidad para hacer la guerra y un marco ideológico de aniquilación. A través de su alianza, Alemania ganó el espacio para reconstruir su ejército y desarrollar nuevas tecnologías de guerra. A cambio, la Unión Soviética recibió asistencia vital militar, tecnológica y económica. El escenario estaba listo para la Segunda Guerra Mundial.
Alemania y la Unión Soviética firmarán un nuevo pacto comercial cuatro veces mas grande que el que ambos países mantenían en vigor desde agosto de 1939, el 11 de febrero de 1940. El pacto comercial ayudó a Alemania a superar el bloqueo británico; en el primer año de vigencia, Alemania recibió un millón de toneladas de cereales, medio millón de toneladas de trigo, 900.000 toneladas de petróleo, 100.000 toneladas de algodón, 500.000 toneladas de fosfatos y una cantidad considerable de otras materias primas vitales, junto con un millón de toneladas de soja de Manchuria. Estos y otros suministros eran transportados a través de la Unión Soviética y los territorios ocupados polacos. Por su parte, los soviéticos habían de recibir un crucero, los planos del acorazado Bismarck, cañones navales pesados, otros aparejos navales y varios de los últimos aviones de guerra de Alemania, incluyendo el Me-109, Me-110 y el Ju-88. Los soviéticos también recibirían equipo eléctrico, locomotoras, turbinas, generadores, motores diesel, máquinas herramientas y explosivos, equipos de guerra química y otros artículos. Los soviéticos también proporcionaron a Alemania una base de submarinos, la Base Nord, cerca de Múrmansk, donde poder re-abastecer de combustible y realizar el mantenimiento a sus sumergibles y como un punto de despliegue para las incursiones y ataques contra las rutas marítimas aliadas. Además, los soviéticos proporcionan Alemania con acceso a la Ruta del Mar del Norte para los buques de carga y corsarios (aunque sólo el buque corsario Komet utiliza la ruta antes de la invasión alemana), lo que obligó a Gran Bretaña para proteger las rutas marítimas en el Atlántico y el Pacífico.
Joachim von Ribbentrop da la bienvenida a Berlín a Vyacheslav Molotov, Noviembre de 1940 |
Protocolo adicional secreto del Tratado Germano-Soviético de Amistad, Cooperación y Demarcación |
El 10 de enero de 1941 firmarán un nuevo acuerdo, por el que se resolverían varias cuestiones en curso, estableciendo unos «protocolos secretos adicionales» del Tratado germano-soviético de Límites y Amistad por los cuales se cedía la franja de Lituania a la Unión Soviética a cambio de 31,5 millones de Reichsmark. Asimismo, establecían formalmente la frontera entre Alemania y la Unión Soviética entre el río Igorka y el Mar Báltico.
También se extendieron la regulación del acuerdo comercial hasta el 1 de agosto de 1942, aumentando las entregas por encima de los niveles anteriores de ese acuerdo. También se establecieron los derechos comerciales en los países bálticos y Besarabia y el cálculo de la indemnización por los intereses de propiedad alemana en los países bálticos ahora bajo ocupación soviética y otras cuestiones como la migración a Alemania de alemanes étnicos y ciudadanos alemanes en los territorios bálticos y el traslado a la Unión Soviética de sus nacionales y de los llamados «rusos blancos» que se encontraban en los territorios ocupados por los alemanes.
Tras el final de la I Guerra Mundial, Alemania nunca tuvo la intención de desarmarse y durante siete años hizo todo lo que estuvo a su alcance para engañar y «controlar» a la Comisión nombrada para controlar su desarme. Sin embargo, los Aliados carecían de la fuerza de voluntad política para poner fin de manera efectiva a los programas secretos de rearme de Alemania. Las limitaciones del Tratado de Versalles no lograron bloquear el avance de la tecnología militar alemana principalmente a causa del trabajo del Reichswehr en Rusia. De hecho, el Reichswehr realmente ahorró dinero en el proceso de investigación y desarrollo a través de su programa secreto de pruebas y producción de prototipos a pequeña escala. Una combinación de espionaje industrial, socios comerciales dispuestos fuera de Alemania y la cooperación con la Unión Soviética permitieron a Alemania mantenerse al día con los desarrollos militares en otros lugares a una fracción del costo de otros establecimientos militares. El hecho de que los líderes occidentales no reconocieran este hecho significaba que subestimaban enormemente las capacidades técnicas del ejército alemán durante las crisis de finales de los años treinta. La asociación soviético-alemana deja en claro la inmensa dificultad para detener el desarrollo tecnológico militar de los estados parias.
Los políticos estadounidenses fueron indiferentes y los líderes británicos tendieron a simpatizar con Alemania en la década de 1920. Además, las empresas británicas y estadounidenses estaban ansiosas por explotar las oportunidades económicas en Alemania y la Unión Soviética. Francia mostró cierta inclinación a detener el resurgimiento militar alemán, pero carecía del poder para actuar en solitario. Esta falta de armonía estratégica entre los vencedores obstaculizó cualquier esfuerzo por preservar el status quo.
Anexo:
El pacto de no agresión germano-soviético
Deseosos de fortalecer la causa de la paz entre Alemania y la URSS, y procediendo con las previsiones fundamentales del Acuerdo de Neutralidad firmado en Abril de 1926 entre Alemania y la URSS, han llegado al siguiente acuerdo:
– Artículo I: Ambas Altas Partes Contratantes se obligan a desistir de cualquier acto de violencia, cualquier acción agresiva, y cualquier ataque a la otra parte, ya sea individual o en conjunto con otras potencias.
– Artículo II: Si cualquiera de las partes fuera objeto de una acción beligerante por una tercera potencia, la otra Alta Parte Contratante de ninguna manera deberá dar apoyo a esa tercera potencia.
– Artículo III: Los Gobiernos de las dos Altas Partes Contratantes deberán mantener en el futuro contacto continuo, con el propósito de intercambiar información sobre problemas que afecten a los intereses comunes a ambas partes.
– Artículo IV: Ninguna de las dos Altas Partes contratantes deberán participar en agrupaciones de potencias, que de alguna forma estén dirigidas directa o indirectamente contra la otra parte.
– Artículo V: En caso de surgir algún conflicto entre las Altas Partes Contratantes sobre problemas de cualquier tipo, ambas partes deberán resolver las disputas o conflictos exclusivamente a través de intercambios amistosos de opinión o, si fuera necesario, por medio del establecimiento de comisiones de arbitraje.
– Artículo VI: El presente tratado concluirá en un período de diez años, con la previsión que, en cuanto alguna de las Altas Partes Contratantes no lo denuncie un año antes a la expiración de ese período, la validez del tratado será extendido por otros cinco años.
– Artículo VII: El presente tratado deberá ser ratificado dentro del más corto tiempo posible. Las ratificaciones serán intercambiadas en Berlín. El acuerdo entrará en vigor tan pronto como sea firmado.
Protocolo Secreto Adicional
1.– En el caso de un reacondicionamiento territorial y político en las áreas pertenecientes a los Estados Bálticos (Finlandia, Estonia, Latvia Lituania), la frontera norte de Lituania representarán los límites de la esfera de influencia de Alemania y de la URSS. En relación con esto, el interés de Lituania en el área del Vilna es reconocida por cada parte.
2.– En el caso de un reacondicionamiento territorial y político en las áreas pertenecientes al Estado Polaco, las esferas de influencia de Alemania y la URSS, serán limitadas por la línea de los ríos Narew, Vístula y San.
La cuestión de que si ambas partes ven como conveniente el mantenimiento de un Estado polaco y cómo ese Estado deberá limitar de alguna forma, esa limitación puede solamente ser determinada en el curso de los próximos desenvolvimientos políticos.
En cualquier caso, ambos Gobiernos resolverán esa cuestión por medio de un acuerdo amistoso.
3.– En relación con el Sureste Europeo, la parte Soviética llama la atención sobre su interés en Besarabia. La parte alemana declara su completo desinterés político en esas áreas.
4.– Este protocolo deberá ser tratado por ambas partes en estricto secreto.
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