Hasta mediados del siglo VIII,los nórdicos realizaban principalmente navegación de cabotaje y mantenían la costa a la vista para orientarse, en la mayoría de sus viajes por mar. Conocían la navegación atlántica y la realizaban, pero los enormes riesgos que entrañaba la hacían poco frecuente, relegada solo a determinadas empresas muy específicas.Todo cambió cuando decidieron que podían llegar a buena parte del resto de Europa, compartir los beneficios que obtenía, colonizarla y expandirse gracias a sus esbeltos barcos, largos, estrechos y muy livianos; los famosos langskips, mal conocidos de forma genérica como drakars.
Una creencia común es que ese nombre procedería del antiguo vocablo islandés dreki, sin duda derivado de la palabra latina draco, y que comenzó a utilizarse en la Edad Media por asociación de ideas, dado que la proa de los buques de guerra a los que hacía referencia se adornaban a menudo con tallas en forma de la bestia mitológica.Hasta los años 40 del siglo XIX, el término que aparece en los diversos textos de cualquier época, adoptado al principio de comenzar a usarse la lengua de los normandos, es la palabra esnèque. Proviene del antiguo vocablo islandés snekjur, en plural snekkja, y se aplicaba a uno de los tipos de buque más típicos utilizados por los vikingos en combate, el snekkar. Drakar lo utilizó por primera vez el historiador francés Auguste Jal en 1840, en el volumen inicial de su obra Arqueología Naval —precursora de todas las que han visto la luz posteriormente—, y tuvo la suerte de que, gracias al movimiento romántico, no tardara en expandirse el término por todo el mundo. La perfección de su diseño fue el producto de cerca de 6000 años de evolución técnica.
Los barcos escandinavos, casi todos construidos sin utilizar cuadernas, se desarrollaron durante la edad del bronce, del 2000 al 500 antes de Cristo. Años en los que los carpinteros dedicados a su construcción buscaron la perfección al forzar al máximo proporciones y propiedades náuticas. Se redujo el peso y se minimizó el calado para poder llegar a cualquier playa y conseguir navegar por todas las vías fluviales; se aumentó la longitud en relación con la anchura a más de un 6 a 1 y se levantaron los extremos de proa y popa. Estos, cuando los buques estaban destinados a internarse en el oscuro mundo de la serpiente Midgard, se adornaron con cabezas lo más similares a él. Tanto en símbolo de respeto, como para intentar pasar desapercibidos en sus dominios. Los buques resultaban idóneos para el cometido que se les diseñaba; no tenían puente, salvo a proa y a popa; se vaciaba de agua la cala por medio de sacos a falta de imbornales; disponían de remos a todo lo largo del casco, para los momentos en que hubiera poco viento y carecían de aparejos, a las versiones posteriores se les añadió un mástil con una única vela cuadrangular hecha de lana reforzada con cuero, que facilitaba el trabajo de los remeros, especialmente durante las largas travesías. Se podían alcanzar los 14 nudos, una velocidad realmente significativa con la que se podía llegar a cualquier destino.
El Knörr o serpiente (knaar o knarr ,en plural knörrer), fue el nombre genérico para las naves de carga, transporte y comercio. Por lo general se construían de roble, medían entre 15 y 21 metros de largo y 5 o 6 metros de ancho, tenían un solo mástil de 10 a 13 metros de altura en el que se desplegaba una gran vela rectangular, eran simétricos por proa o popa y disponían de un remo situado a popa, por estribor. Diseñados para contener grandes cargamentos, eran más pesados, más amplios y con un casco de más fondo que los buques utilizados para saquear. Era menos dependiente de los remos como medio de propulsión, al llevar un mástil fijo y utilizar la vela siempre que fuera posible.Su tripulación podía ser de 8 a 14 hombres, alcanzaba una velocidad de hasta 10 nudos y disponía de una capacidad de carga de 10 a 50 toneladas,limitada, pero más que suficiente para el uso que se le daba. Era muy fiable en alta mar, y podía ser utilizado para viajes largos, aunque no fuera muy cómodo. Como el resto, su fondo plano facilitaba remontar ríos y estuarios o colocarlo sin problemas en dique seco. Knörr fueron sin duda los barcos que utilizaron los colonos para cruzar el Atlántico Norte hasta Islandia y Groenlandia. Para el transporte de mercancías a distancias cortas, probablemente se emplearon barcos más pequeños.
El snekke (snekkar, en plural), fue el tipo de barcos construido por los vikingos entre los siglos IX y XII utilizado principalmente en la guerra. Estaba muy bien rematado, estéticamente era atractivo y cumplía de sobra las cualidades técnicas que se le exigían, lo que hizo de él uno de los navíos de más éxito que se hayan visto. Su forma era baja excepto en la proa, que a menudo, no siempre, estaba coronada por una cabeza de dragón, y alargada, pero mucho menos que las galeras mediterráneas. Era más estrecho que los knarr,podía medir más de 30 metros de largo y, en principio, estaba diseñado tanto para el combate como para realizar largos viajes. Aunque era posible levantar un mástil, los remos eran su principal medio de propulsión. La tripulación la formaban de 60 a 80 hombres, pero era posible trasladar en él hasta otros 160 para realizar desembarcos y saqueos.El mástil de un snekke podía retirarse con facilidad, para reducir la resistencia al viento y proporcionar una mayor estabilidad cuando el barco se movía a fuerza de remos, o para evitar ser detectado antes de un ataque sorpresa. En mar abierto, por lo general se utilizaba la vela, y los remos en ríos, arroyos y lagos. El buen diseño y la eficiente combinación de velas y remos, que les permitió adaptarse tanto a las incursiones en ríos como a largas expediciones por los océanos, eran los únicos secretos de los barcos vikingos. El resultado fue una maravilla de fuerza y navegabilidad. Superaban los 10 nudos de velocidad con buenas condiciones climatológicas y podían navegar una media de 200 kilómetros cada 24 horas para recorrer largas distancias.
Los snekkars noruegos, concebidos para su empleo en los profundos fiordos y bajo las adversas condiciones atmosféricas del Atlántico Norte tenían algo más de calado que los snekkes daneses, ideados para su uso en costas poco profundas y playas. Todos, cuando quedaban asignados como buques de guerra estaban provistos de un skjaldrim, un entarimado especial donde se colocaban los escudos de los remeros para servir como protección contra los proyectiles. Su amplia producción y difusión convirtieron al tipo snekke en el barco más popular y frecuente, y en la representación por excelencia de los vikingos.
Las costumbres vikingas más antiguas exigían que los reyes y los grandes jefes fueran enterrados con sus posesiones más preciadas: su nave, sus armas y su esposa favorita. Para ese tipo de ceremonias o las de carácter testimonial se construyeron otros modelos de buques tan grandes como sus quillas lo permitieran. No eran muy frecuentes y sus dimensiones podían variar mucho.
En cuanto a los útiles necesarios para determinar la posición, el rumbo o la velocidad de los barcos,los arqueólogos han encontrado dos dispositivos que pueden interpretarse como instrumentos de navegación.parecen ser relojes de sol, a la manera de un gnomon griego, con superficie plana y curvas grabadas. Mediante la observación de la sombra de la varilla sobre la superficie tallada, el navegador era capaz de seguir un curso a lo largo de una línea de latitud. Ambos dispositivos muestran la curva de 60 º norte muy prominente, precisamente la latitud aproximada con la que los vikingos navegaron desde Escandinavia hasta llegar a Groenlandia por la ruta directa entre Bergen, en Noruega, y cabo Farvel. La ciencia náutica de los escandinavos parece ser de carácter empírico, basada en una simple suma de experiencias.
Las acciones bélicas vikingas estuvieron principalmente dirigidas hacia los combates navales, especialmente a lo que hoy denominaríamos operaciones anfibias. Es decir, aproximación a costas previsiblemente hostiles, y a menudo desconocidas; realización de labores de inteligencia, en el sentido de intentar descubrir los puntos débiles del enemigo; aproximar sus naves a la costa, buscando fondeaderos adecuados, y desembarcar una fuerza compacta bien armada y agresiva, capaz de imponerse a cualquier tropa enemiga que se les opusiera.
Buscaban islas, penínsulas o colinas, y si no era posible, alguna curva de un río, siempre cerca de sus barcos, en el que poder fortificarse una vez desembarcados para establecer un punto de resistencia ante una reacción enemiga. Este campamento se protegía siempre con una guarnición que se dejaba allí a propósito, cuando el grueso de los expedicionarios marchaban al interior. Su misión era mantener las comunicaciones con la costa y asegurar sus barcos. Los vikingos rara vez combatieron en las costas europeas barco contra barco, ante la habitual ausencia de naves rivales. Gracias a la solidez de sus buques, varaban en las playas y saltaban por las bordas. De ese modo se beneficiaban del factor sorpresa y causaban grandes estragos entre los desafortunados habitantes del lugar elegido para su incursión
0 comentarios