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El Prinz Eugen (primer plano) y el Bismarck en Mayo de 1941 |
Madrugada del 19 de Mayo de 1941; son las 02:00 de la mañana cuando el Schlachtschiff – acorazado – Bismarck, joya de la Kriegsmarine alemana y uno de los buques de guerra mas potentes del mundo en aquel momento, zarpa del puerto de Gotenhafen (hoy Gdynia, Polonia), rumbo a los estrechos daneses. Lo acompaña en esta singladura el crucero pesado Prinz Eugen, dando comienzo entonces a la conocida operación Rheinübung, travesía durante la que ambos barcos debían acosar el tráfico marítimo mercante británico, causando el mayor número de daños posibles. La tripulación del Bismarck estaba integrada por 2221 hombres entre oficiales y marinería. Y una gato, Klaus. Sabemos por el periódico de a bordo Die Schiffsglocke – campana del barco – que el gato Klaus andaba merodeando por los muelles de Gotenhafen hasta que fue adoptado por la tripulación. Podemos suponer que estaría encantado con su nuevo hogar, siendo el centro de atención de los marineros que lo cuidaban y mimaban. Pero tras solo un día de navegación comienzan los problemas para el gato Klaus cuando la flotilla alemana es avistada por un Spitfire en misión de reconocimiento. Inmediatamente salta la alarma en el almirantazgo británico que enviará una escuadra para interceptarla. El crucero HMS Suffolk y el crucero pesado HMS Norfolk serán los primeros buques británicos en avistar al Bismarck, que recibe a ambos buques con cinco salvas que mantienen a los ingleses a raya y a una respetuosa distancia, pero sin dejar de transmitir en todo momento la posición de los alemanes.
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acorazado Bismarck |
El 24 de mayo se les unirán en la cacería el crucero de batalla HMS Hood, orgullo y buque insignia de la Royal Navy y el HMS Prince of Wales. Este primer encuentro se salda con el hundimiento del Hood y la retirada del resto de la escuadra británica. El Bismarck pone rumbo entonces al puerto francés de Saint-Nazaire para efectuar las reparaciones necesarias, ya que el ha encajado tres proyectiles que le han provocado una vía de agua por la que embarca unas 2000 toneladas de agua que hacen que se escore nueve grados a babor.
Rabiosa, la Royal Navy lanza en su persecución todo lo que puede reunir (6 acorazados y cruceros de batalla, 2 portaaviones, 13 cruceros y 21 destructores, que no es poco) hasta que finalmente, sin dejar de combatir y con el timón inutilizado por efecto de un torpedo inglés, el Bismarck es hundido por su propia tripulación el 27 de mayo de 1941. Sobre las frías aguas del Atlantico, intentan salvarse ahora 400 hombres. Los buques britáicos Dorsetshire y Maori acudirán al rescate de los supervientes, pero han de interrumpir el rescate por una alarma de submarino, que los obliga a retirarse dejando a cientos de hombres perecer en el mar. Solo se han salvado 114 y un gato, Klaus, que es recogido por los marinos ingleses que lo encuentran flotando sobre un mamparo, mojado y malhumorado.
Klaus es adoptado rápidamente por la tripulación del crucero HMS Cossak, donde deciden llamarlo Oscar; su vida discurre plácida durante 5 meses, nuevamente mimado y consentido por los marineros del Cossak, hasta que el 24 de octubre de 1941 un torpedo alcanza al buque que, malherido, se hundirá tres días después.
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Crucero HMS Cossak |
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Portaaviones Ark Royal |
Pero Klaus consigue salvarse nuevamente y se le asigna un nuevo hogar a bordo del portaaviones británico HMS Ark Royal, donde ahora lo bautizan como Sam. Un portaaviones no es después de todo un mal hogar, amplio y soleado. En estas tenemos a nuestro héroe, que se las componía muy felices, cuando tras 20 días embarcado en el Ark Royal, el 14 de noviembre, ¡ un torpedo del submarino alemán U 81 lo hecha a pique¡. Y aquí tenemos a nuestro gato, nuevamente superviviente de su tercer naufragio, flotando en una canasta y nuevamente rescatado. En este momento el almirantazgo decide «desmovilizar» a Klaus, al que ya se conoce como el unsinkable Sam, el insumergible Sam, destinándole a la residencia de marinos de Belfast, donde fallecerá de muerte natural once años después del final de una guerra a la que tras varias peripecias, había sobrevivido.
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Winston Churchill con «el Insumergible Sam» |
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