«Führer» por tres semanas: el gobierno de Flensburg

A mediados de mayo de 1945, el Tercer Reich estaba en ruinas, Adolf Hitler había muerto y la guerra había terminado en Europa, pero eso no significaba que un nuevo líder no estuviera dirigiendo el trabajo diario del gobierno del Tercer Reich. Una semana después del Día de la Victoria en Europa, un automóvil del parque móvil de Hitler se detiene frente a un apartamento del norte de Alemania para recoger al último líder de la Alemania nazi. Flanqueado por su personal, Karl Dönitz se sube al vehículo en uniforme completo de Gran Almirante.Tras recorrer apenas 500 metros, el automóvil se detiene en seco y Dönitz desciende para presidir la reunión de gabinete de ministros del Reich. En la agenda: cualquier cosa, desde cómo podrían simplificar el mando de sus unidades militares inexistentes hasta qué tipo de bandera usarían ahora que la esvástica estaba prohibida.

En declaraciones a la prensa, el gobierno de Dönitz se presentó como una tecnocracia no partidista, crítica en la reconstrucción de Alemania como un baluarte contra la Unión Soviética. Dönitz no era técnicamente «el Führer», era el «Reichsprasident», aunque insistió en que se le llamara «Großadmiral». En la ciudad de Flensburg, al norte de Alemania,los aliados permitieron a un pequeño campus de funcionarios alemanes que pretendían que la Alemania nazi todavía está viva. Visto por algunos como algo «extraño», «delirante» o incluso como una «ópera cómica»,la táctica de Dönitz resultó parcialmente exitosa, posibilitando que más de 1.750.000 soldados alemanes se rindieran a los americanos o a los británicos y no a los soviéticos, cuya cuenta de prisioneros ascendía a menos de un tercio del total. También permitirá la evacuación de millones de civiles hacia Alemania occidental. Pero la apuesta de Dönitz de negociar una capitulación general por separado con los aliados occidentales se topó con un rechazo sin paliativos. Esta es su historia.

El 19 de abril de 1945, el Gran Almirante (Grossadmiral) Karl Dönitz, comandante en jefe de la marina alemana, ordenó su alto mando ( Oberkommando der Kriegsmarine- OKM),evacuar su sede central para evitar ser capturados por las fuerzas soviéticas que avanzan desde el río Oder. Desde 1943 la sede de OKM había estado en una instalación secreta (nombre en código «Koralle») entre Bernau y Ebers Walde,30 km al noreste de Berlín, pero ahora se trasladaban a una nueva ubicación en Plön, unos 80 km al norte de Hamburgo, en la península de Schleswig-Holstein. No obstante Dönitz se quedó atrás para poder asistir al 56 cumpleaños de Hitler en la nueva Cancillería del Reich de Berlín al día siguiente, 20 de abril de 1945. Ese mismo día, Hitler había puesto a Dönitz a cargo de la defensa de la zona norte de Alemania; cinco días antes, había emitido una orden en virtud de la cual si el enemigo en su avance cortaba el Reich en dos, el Generalfeldmarschall Albert Kesselring, Oberbefehlshaber West, mandaría la zona sur y el Grossadmiral Dönitz la zona norte. Esta orden se refería meramente a la autoridad civil y no al mando de las operaciones militares, mando que sólo tendrían en el caso de que Hitler estuviera completamente aislado en Berlin. 

25 de abril de 1945, encuentro en Torgau de Soviéticos y Estadounidenses

Dönitz llegó a su nuevo puesto de mando en el campamento de entrenamiento de la armada (Marine-Nachrichten-Abteilung) cerca de Plön, con nombre en código «Krokodil», el día 22 de abril. Hitler había ordenado al Gran Almirante que abandonara Berlín rápidamente antes de que los rusos completaran el cerco. Al día siguiente, 23 de abril, Dönitz recibió un informe de la Cancillería del Reich sobre el intento de golpe de estado del Reichsmarschall Göring; Hitler había relevado a Göring de todos sus cargos y nombrando Generalfeldmarschall y nuevo comandante en jefe de la Luftwaffe a Robert Ritter von Greim. El 25 de abril, los soviéticos cerraron finalmente el cerco de la capital del Reich dejando a Hitler aislado en su Führerbunker. Ese mismo día, los ejércitos de los Estados Unidos y de la Unión Soviética se encontraban en el Elba cerca de Torgau, cortando el Reich en dos por lo que de acuerdo a la directiva anterior de Hitler,Dönitz asumió el mando supremo en asuntos militares y civiles en el zona norte, un vasto territorio que comprendía en ese momento, además a Schleswig-Holstein, aproximadamente la mitad de Prusia, y una serie de fortificaciones o Festungen en el Este,la Holanda occidental aun ocupada por las fuerzas alemanas,Dinamarca y Noruega.

Karl Dönitz

Nacido en Grünau, cerca de Berlín, el 16 de septiembre de 1891, Karl Dönitz se había unido a la Armada Imperial alemana en 1910, comisionado como Alferez, Leutnant zur See, en septiembre de 1913. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, estaba sirviendo en el crucero Breslau. En octubre de 1916 cambió al arma submarina, siendo tomado prisionero en octubre de 1918, cuando su U-Boat fue forzado a emerger en medio de un convoy británico cerca de Malta.


Finalizada la guerra, permaneció en la Reichsmarine durante la República de Weimar, recibiendo el mando del crucero Emden en 1934. En septiembre de 1935 regresó al arma submarina y se convirtió en comandante de la Primera U-Boot-Flottille; en enero de 1936 Hitler lo nombró comandante en jefe del arma submarina alemana, Führer der Unterseeboote, comenzando la construcción y expansión de la nueva flota de U-Boats alemanes. El 30 de enero de 1943 relevaba al Grossadmiral Erich Reader como comandante supremo de la Kriegsmarine siendo promovido a Grossadmiral al mismo tiempo. Cuando asumió el mando supremo del Norte del Reich, Dönitz tenía 54 años, era un convencido nacionalsocialista y un fiel seguidor de Hitler. Como comandante en jefe de la Kriegsmarine, estaba decidido a no permitir una repetición del vergonzoso colapso y la revolución de 1918 por lo que continuó haciendo cumplir una férrea disciplina bajo su mando. Su principal preocupación sería ahora la supervisión de la evacuación masiva de soldados y civiles alemanes dispersos tras la retirada alemana por todo el Báltico. Dönitz consideró el rescate de las tropas y de los refugiados de Prusia Oriental y de las poblaciones en las provincias orientales como una tarea esencial de las fuerzas armadas alemanas y en este objetivo había comprometido todos sus hombres y sus recursos. La insistencia de los aliados en la rendición incondicional significaba que todos los movimientos de tropas cesarían el momento en que se firmase una capitulación, por lo que la Wehrmacht debería continuar luchando tanto tiempo como pudiese para salvar a tanta gente como les fuese posible de los rusos. ( Para más información, ver nuestro post sobre el desastre del MV Wilhelm Gustloff )

21 de enero de 1945: el Wilhelm Gustloff  en el puerto de Danzig evacuando a militares y a civiles

El 27 de abril, Dönitz viajó a Neu-Roofen, al suroeste de Fürstenberg, para visitar al Generalfeldmarschall Wilhelm Keitel, Jefe del Alto Mando de las Fuerzas Armadas (Oberkommando der Wehrmacht – OKW) y al Generaloberst Alfred Jodl, el Jefe del Dpto. de Operaciones del Alto Mando de las Fuerzas Armadas (Wehrmachtführungsstab) para hacer una valoración de la situación militar general. Al igual que en el caso de la Kriegsmarine, el OKW había evacuado su cuartel general permanente con sede en Zossen, al sur de Berlín, seis días antes, el 21 de abril, para evitar su captura por el avance del ejercito soviético. Inicialmente se había trasladado a la Escuela de Seguridad Aérea (LuftSchutzschule) en Berlin-Wannsee, aunque tras la decisión final del Führer de permanecer en Berlín, la mayor parte del su personal se retirará hacia el sur, hasta Strub cerca de Berchtesgaden, en Baviera (Führungsstab Süd) mientras que Keitel, Jodl y un pequeño grupo con el personal básico (Führungsstab Nord) se estableció en el norte, en Krampnitz cerca de Rheinsberg, a unos pocos kilómetros de distancia de Berlín. Pero el avance ruso los había obligado durante la noche del 23 al 24 de abril a trasladarse a Neu-Roofen y allí se encontraban el 27 cuando Dönitz apareció. La situación militar era ya desesperada. En el este, Heeresgruppe Weichsel no podría resistir a los rusos por mucho mas tiempo,tiempo necesario para mantener operativos los puertos en el Báltico y para permitir la afluencia de refugiados que desembocaban en Schleswig-Holstein. También estaba presente en la conferencia en el OKW el Reichsführer-SS Heinrich Himmler; aun en sus funciones combinadas de Líder de la SS, Jefe de la Policía alemana y Ministro del Interior y Comandante en Jefe del Ejército de Reserva, Himmler tenía un inmenso poder y Dönitz era muy consciente ello y necesitaba su cooperación para mantener el control efectivo del gobierno en su zona.

A su vez Himmler, con la intención de preservar su posición de poder ante los cambios que se avecinaban,visitaba la sede de Dönitz en Plön todos los días para hacerse notar. El 28 de abril, Dönitz recibió un telegrama del Reichsleiter Martin Bormann, enviado desde la Nueva Cancillería del Reich en Berlín, informando  al Gran Almirante de que Himmler había cometido traición por sus negociaciones secretas a través de Suecia para rendirse a los aliados occidentales. Ese mismo día Hitler envió a Ritter von Greim, el nuevo Comandante en Jefe de la Luftwaffe a Plön para ordenarle a Dönitz que arrestase a Himmler. Greim llegó el 29, pero Dönitz no tomó ninguna acción. A la mañana siguiente,30 de abril, Dönitz decidió viajar a la sede de Himmler en Lübeck para interrogarlo sobre el asunto, pero Himmler le mintió descaradamente al asegurar que la noticia de su traición era falsa. Dönitz apenas había regresado a Plön cuando a las 18.35 horas, recibió otro telegrama de Bormann desde Berlín: «En lugar del antiguo Reichsmarschall Göring el Führer le ha nombrado, Herr Grossadmiral, como su sucesor. Escrito de autorización en camino. Usted está inmediatamente facultado para tomar cualquier medida que la presente situación exija». Bormann. Hitler se había suicidado a las 1530 hrs de la tarde, pero Bormann omitió indicar esto probablemente porque estaba planeando escapar de Berlín y unirse a Dönitz en Plön y por medio de su presencia retener el poder. Dönitz, sin saber aun que Hitler había muerto, suponía que se le había nombrado para despejar el camino a un oficial de las Fuerzas Armadas para terminar la guerra con honor. Respondió por radio: «Mein Führer, mi lealtad hacia usted no tiene limites. Por lo tanto voy a hacer todo posible para relevarle en Berlín».

Dönitz era un militar sin ninguna aspiración política y el nombramiento como sucesor de Hitler fue una completa sorpresa para él que hasta hacía tan sólo unos días, tenía asumido que Göring sucedería a Hitler. En la última semana, dos de los hombres más poderosos del III Reich, Göring y Himmler, habían sido cesados por Hitler, pero Dönitz no estaba seguro de si Himmler aceptaría pacíficamente el nuevo estado de cosas. 

Robert Ritter von Greim

Para averiguarlo, telefoneó a Himmler y le pidió que se reuniese con el en Plön. El Reichsführer-SS llegó poco antes de la medianoche, acompañados por seis guardaespaldas pero entró solo al despacho de Dönitz. Este, que no estaba seguro de cómo reaccionaría Himmler, había puesto su pistola debajo de unos papeles sobre su escritorio. Sacó el telegrama anunciando su nombramiento como sucesor de Hitler y le pidió a Himmler que lo leyera. El rostro de Himmler palideció y después de un breve silencio, dijo: «En ese caso, por favor, deje que me convierta en el segundo hombre en su estado». Dönitz rechazó la oferta : «Es imposible, no tengo trabajo para usted», repuso el Almirante. Para su alivio, Himmler aceptó la nueva situación; hablaron durante una hora y luego Himmler se fue. A la mañana siguiente (1 de mayo) a las 10:53, Dönitz recibió un segundo telegrama de Bormann: «Testamento vigente. Me reuniré con usted lo más rápido posible. Hasta entonces, en mi opinión, esperar para su publicación. Bormann». Era la primera indicación que tenía Dönitz sobre la muerte de Hitler. La confirmación llegó a las 15:18 cuando un nuevo telegrama, esta vez firmado conjuntamente por Bormann y el ministro de propaganda, Joseph Goebbels, le fue entregado a Dönitz: «Grossadmiral Dönitz. Führer murió ayer 1530. Testamento del 29 de abril le transfiere a usted la presidencia del Reich, Dr Goebbels, la Cancillería del Reich, Reichsleiter Bormann la oficina del partido, Reichsminister Seyss-Inquart el Ministrerio de Asuntos Exteriores. Por orden del Führer el testamento ha sido enviado de Berlín a usted y al Generalfeldmarschall Schörner para asegurar su conservación por publicación. Reichsleiter Bormann intentará contactar hoy para aclarar la situación. Forma y hora del anuncio a las tropas y al público se deja a usted. Confirmar recibo. Goebbels, Bormann».

En este momento el Reich de Dönitz se limitaba a su propia pequeña área que incluía el norte Alemania, Dinamarca, Noruega y Holanda occidental, los dos enclaves asediados enKurland y alrededor de Danzig (que estaba tratando de evacuar) y una zona sur bajo el mando general del Generalfeldmarschall Kesselring completamente separada, que abarcaba el sur de Baviera, Checoslovaquia occidental y lo que quedaba del Estado títere de Mussolini en el norte de Italia. A las 22:26 de ese mismo día, en un breve mensaje transmitido por la estación de radio de Hamburgo, Dönitz anunció la muerte de Hitler al pueblo alemán y su nombramiento como sucesor. En su orden del día a la Fuerzas Armadas dijo: » Debo continuar la lucha contra los ingleses y los estadounidenses tan lejos y por tanto tiempo como me estorben en la ejecución de la batalla contra los bolcheviques. . . El juramento de lealtad que disteis al Führer ahora me lo debéis de cada uno de vosotros a mi como el sucesor designado por el Führer. . . ’.

Las disposiciones que dejó Hitler en su testamento político para la continuación del gobierno eran irrelevantes en una situación donde la mayor parte del Reich se encontraba en manos de los aliados. Recompensaba al gran almirante Karl Dönitz por su lealtad haciéndolo presidente del Reich, un puesto del que Hitler había dicho en una ocasión que estaba tan unido a la memoria del titular anterior, Paul von Hindenburg, que nunca habría que reinstaurarlo.

primera pagina del testamento político de Adolf Hitler

Dönitz también quedaba convertido en jefe de las fuerzas armadas. Goebbels era nombrado Canciller del Reich y Bormann, ministro del partido. Goebbels había logrado finalmente asegurarse de la destitución de su odiado y despreciado rival Joachim von Ribbentrop como ministro de Asuntos Exteriores y su sustitución por Arthur Seyss-Inquart, mientras que Karl Hanke, un líder regional que todavía resistía al Ejército Rojo en la sitiada Breslau, era nombrado sucesor de Himmler como Reichsführer de las SS. El desleal Speer era sustituido como ministro de Armamento por Karl-Otto Saur, y Werner Naumann, secretario de Estado de Goebbels, era ascendido al cargo de ministro de Propaganda. A unos cuantos ministros en ejercicio, como Backe, Funk, Schwerin von Krosigk y Thierack se les permitía mantenerse en el gobierno. Pero para entonces prácticamente no quedaba nada que gobernar.

von Krosigk, uniformado y brazo en alto, entre Goebbles y Funk  en una sesión del Reichstag

Como nueve Jefe de Estado, Dönitz era consciente que tendría que formar algún tipo de gobierno. A excepción del ministro de propaganda Goebbels, todos los ministros del gabinete de Hitler y los secretarios de estado habían escapado de Berlín y la mayoría de ellos estaban ahora en Eutin, unos 30 km al norte de Lübeck y solo 15 km de la sede de Dönitz en Plön. El primero en unirse a él, el 30 de abril, fue Albert Speer, ex ministro de Armamento del Reich. Dönitz siempre se había llevado bien con Speer y lo consideraba un amigo. Le pidió que se convirtiera en su ministro de Industria y Producción, una petición a la que Speer accedió. El 1 de mayo, el ex ministro de Relaciones Exteriores del Reich, Joachim von Ribbentrop se presentó ante Dönitz ofreciendo permanecer en la misma posición en el nuevo gobierno , oferta que Dönitz rechazó. Aconsejado por Speer, Dönitz le pidió a Johann Ludwig (Lutz) Graf Schwerin von Krosigk,un autentico superviviente político de fuertes convicciones antibolcheviques, ministro de Finanzas desde 1932, (primero bajo Franz von Papen, luego bajo Kurt von Schleicher y desde enero de 1933 bajo Hitler), que se convirtiera en su nuevo ministro de Relaciones Exteriores. Renuente a aceptar un papel destacado en esta nueva etapa,Schwerin von Krosigk, finalmente aceptará para convertirse a partir de entonces en el principal asesor político de Dönitz.

Sin embargo, la principal preocupación del gran almirante era la situación militar. La noche anterior, había contactado con el OKW-Führungsstab Nord (que se había trasladado ahora a Dobbin) y ordenado a Keitel y Jodl que se presentasen ante el en Plön. Antes de que llegaran, había celebrado una conferencia con Generalfeldmarschall Ernst Busch, el Oberbefehlshaber Nordwest (Comandante en Jefe del Norte-Oeste), a cargo de la defensa del norte de Alemania. Busch pretendía atacar a las fuerzas de combate británicas, muy superiores a las alemanas, que marchaban sobre Hamburgo, mientras que Dönitz consideraba fuera de lugar toda ofensiva. Lo único que importaba era mantener abierto tanto tiempo como fuera posible el camino hacia el Oeste, para permitir el paso de los refugiados orientales que se estaban agrupando cerca de Lübeck; las tropas alemanas sólo ofrecerían resistencia en el sector occidental, con el fin de ganar tiempo para conseguir este último objetivo. Irritado, Busch reprochó al gran almirante que actuando así no obraba según la filosofía de Hitler. Pero Dönitz no se dejó convencer. Keitel y Jodl llegaron por la tarde e inmediatamente presentaron su informe a Dönitz. La situación general era completamente desastrosa. El intento de socorrer Berlín había fracasado y Heeresgruppe Weichsel estaba retirándose en desorden. El ejército alemán en el oeste se estaba desintegrando. Las fuerzas alemanas en Italia habían capitulado. La Kriegsmarine había sufrido pérdidas paralizantes en buques de superficie y la Luftwaffe casi había dejado de existir. Dönitz se dio cuenta de que pronto tendría que rendirse por lo que le ordenó al Generaladmiral Hans-Georg von Friedeburg, su sucesor como comandante jefe de la Kriegsmarine y un hábil negociador,que estuviese preparado para una misión especial. Al día siguiente, 2 de mayo, Dönitz lo llamó a otra conferencia con su jefe militar y asesores civiles para elegir entre dos cursos de acción: rendirse o continuar en el intento de salvar lo que pudieran de los rusos. Himmler volvió a Plön y fue invitado a almorzar con Dönitz y Speer.

Ese mismo día, 2 de mayo, los aliados avanzaron fuera de su cabeza de puente del Elba en Lauenburg, al este de Hamburgo a través de Lübeck y Wismar en la costa báltica,cerrando así la última puerta hacia el oeste para retirar tropas y refugiados. 

Buque «Patria»

No tenía ya sentido continuar con la lucha, había llegado el momento de poner fin a las hostilidades lo más rápido posible para evitar un mayor derramamiento de sangre, por lo que ordenó al almirante von Friedeburg ponerse en contacto con el Mariscal Montgomery, comandante del 21 Ejército del Reino Unido y comenzar las negociaciones de rendición. Ya que los británicos estaban en Lübeck, a tan solo una hora de Plön,también ordenó a su cuartel general moverse unos 100 km hacia el norte, hasta el puerto de Flensburg en la frontera danesa, durante la noche del 2 de mayo. A las 21:00 de la tarde, camino a Flensburg,Dönitz se reunió con el almirante von Friedeburg en el puente de la autopista sobre el Canal Kaiser Wilhelm en Levensau cerca de Kiel y le informó sobre su misión. Von Friedeburg no sólo iba a ofrecer a Montgomery la rendición de todas las fuerzas alemanas en el noroeste de Alemania, sino también tratar de negociar que a los restos de Heeresgruppe Weichsel se le permitiese retirarse al oeste y rendirse a los ingleses. Von Friedeburg estaría acompañado en su misión por el general Eberhard Kinzel, jefe de personal del OKW-Führungsstab Nord, el Contraalmirante Gerhard Wagner, asesor naval de Dönitz y un miembro del personal de OKW, el Mayor Hans Jochen Friedel. Deseando buena suerte a von Friedeburg, Dönitz continuó su viaje en dirección norte.

Llegará a Flensburg en las primeras horas del 3 de mayo, estableciendo la sede de su nuevo gobierno en la Escuela de Cadetes Navales en el suburbio de Mürwik; fundada por el Kaiser Wilhelm II e inaugurada en 1910, la Marine-Schule Mürwik fue y sigue siendo hoy día la Academia de la Marina alemana, habiendo producido oficiales para la Kaiserliche Marine (1910-1918), el Reichsmarine (1918-1935), Kriegsmarine (1936-1945) y desde 1956 hasta hoy día para la Bundesmarine. Amarrado a lo largo del muelle dentro del complejo escolar, se encontraba el barco de pasajeros  Patria de la línea Hamburg-America y aquí es donde el Gran Almirante inicialmente se instalará. A la mañana siguiente él, Keitel y Jodl se unieron junto a su pequeño equipo de personal del OKW.

la Marine-Schule Mürwik en la actualidad

Buscando un lugar para albergar su sede y al personal del OKW, Dönitz se dirigió al comandante de la escuela naval, Kapitän zur See Wolfgang Lüth, quien inmediatamente ofreció el uso de la Sport Schule del complejo, un gran edificio de ladrillo rojo. Lüth moriría poco después cuando le dispararon accidentalmente sus propios centinelas frente de la escuela al no dar la contraseña durante la noche del 12/13 de mayo. El legendario as de los U-Boat, poseedor de la Cruz de Caballero con Espadas y Diamantes,había sido nombrado Comandante de la Escuela en julio de 1944. El edificio de la escuela de deportes, construido como parte del programa de expansión de la academia de 1933 y completado en 1937 comprendía un gimnasio, una sala de boxeo, aulas y dormitorios. Ubicado junto a la carretera principal, junto a una de las puertas del complejo, tenía fácil acceso para vehículos.

Edificio de deportes de la Marine-Schule Mürwik, que albergó la sede de gobierno de Dönitz, en la actualidad
Dönitz  saliendo de su cuartel general en el Edificio de la Escuela de Deportes. 
A su izquierda su ayudante personal, Korvettenkapitän Walter Lüdde-Neurath – Edificio de deportes de la Marine-Schule Mürwik , mayo de 1945

Lüth también le ofreció a Dönitz para su uso personal dos habitaciones en su Villa del Comandante,una para el Gran Almirante y otra para su ayudante, el Korvettenkapitän Walter Lüdde-Neurath. El Marine-Wach-Bataillon ‘Dönitz’, una unidad compuesta por ex tripulaciones de U-Boat y comandada por Korvettenkapitän Peter Erich Cremer, se encargó la seguridad del recinto alrededor de la Academia Naval, con centinelas armados en todos los accesos. Speer encontrará alojamientos más confortables; unos 6 km al este de Flensburg-Mürwik se enontraba el pueblo de Glücksburg con su castillo del siglo XVI ( Schloss Glücksburg) construido en un lago. El propietario, el duque de Mecklenburg-Holstein, le ofreció el castillo a Albert Speer para utilizarlo como alojamiento, y Speer aceptó con mucho gusto; se instaló allí con sus ayudantes Manfred von Posen, Karl Cliever y las secretarias Edith Maguira y Annemarie Kempf. Dado la cercanía de Flensburg al frente, podría ser ocupado por el ejército británico en cualquier momento por lo que varias personalidades presionaron a Dönitz para trasladar la sede de su gobierno a Dinamarca o a Praga. Himmler en particular se sintió atraído a Praga. Dönitz se negó a hacerlo ya que lo consideraba sin sentido y deshonroso. Otros estaban haciendo planes para escapar. Los Gauleiters Erich Koch de Prusia Oriental y Hinrich Lohse de Schleswig-Holstein exigieron, cada uno,un submarino para que pudieran escapar a Sudamérica, pero Dönitz se negó rotundamente.

El 3 de mayo, mientras que von Friedeburg y su delegación negociaba con los aliados en el cuartel general de Montgomery en Lüneburg, Dönitz celebró conferencias con los funcionarios responsables en los países todavía ocupados por Alemania. En la mañana se reunió con Staatsminister Karl Hermann Frank, Reichsprotektorde Bohemia y Moravia, y con el teniente general Oldwig von Natzmer, el jefe de personal del Heeresgruppe Mitte que luchaba para mantener la región fronteriza de los Sudetes en Checoslovaquia. Frank sugirió intentar utilizar a los políticos checos para negociar una rendición a los norteamericanos para evitar que Eslovaquia cayera en manos de los rusos. Dönitz tenía poca fe en el plan, pero estuvo de acuerdo en que valía la pena intentarlo. Mientras tanto Praga iba a ser declarada ciudad abierta. Más tarde esa mañana tuvo un encuentro con el Reichskommissar Josef Terboven y con el General Franz Böhme, los comandantes civil y militar de la Noruega ocupada y con Generalbevollmächtigter (plenipotenciario general) Dr. Werner Best y el Generaloberst Fritz Lindemann, sus homólogos en Dinamarca. Informaron sobre la situación de alimentación y suministros en su área, el estado de las guarniciones, la preparación para demoliciones, posibilidades de levantamientos civiles, desembarcos enemigos o un ataque por tierra sobre Noruega desde Suecia, etc. Las discusiones se centraron en la cuestión de si el las fuerzas alemanas en Escandinavia debían continuar la guerra o unirse en una posible capitulación parcial. Dönitz dio instrucciones para que, por el momento, las tropas permaneciesen en alerta de batalla y los comandantes se concentran en mantener el orden.

Por la tarde, Dönitz se reunió con Reichskommissar Arthur Seyss-Inquart, el gobernante nazi en la Holanda ocupada. El 30 de abril Seyss-Inquart había concluido con éxito Negociaciones con los aliados sobre la ayuda alimentaria para la población holandesa, hambrienta. Dönitz instruyó a Seyss-Inquart para continuar con estos contactos para ver si podrían llevar a una capitulación parcial.  Mientras tanto prohibió más demoliciones o inundaciones. Justo antes de la medianoche, el almirante von Friedeburg y el mayor Friedel regresaron a Flensburg de Lüneburg para informar sobre sus conversaciones con Montgomery. Se habían negado a aceptar la rendición de los ejércitos que se retiran huyendo del Ejército Rojo. Tampoco discutiría el destino de los refugiados civiles. Estaba preparado para aceptar la rendición separada del norte Alemania, pero había exigido que se incluyera a Holanda y Dinamarca además de todos los buques de guerra y mercantes.

En la mañana del 4 de mayo, Dönitz dio a von Friedeburg plena autoridad para aceptar las condiciones de Montgomery.  Además, tan pronto como la rendición a Montgomery se hubiese completado,debía volar a la sede de SHAEF en Reims para negociar una rendición separada en el oeste. Los dos emisarios de Dönitz regresaron a Lüneburg llevándose con ellos al oficial de personal de OKW, Oberst Fritz Poleck; poco después de las 1800 horas von Friedeburg, Kinzel, Wagner, Poleck y Friedel firmaron la capitulación de todas las fuerzas alemanas en Alemania del Norte, los Países Bajos y Dinamarca, que entraría en vigor a las 0800 horas del 5 de mayo. Mientras esto sucedía, Dönitz ordenó Heeresgruppen Mitte, Süd y Südost seguir luchando para que el mayor número de alemanes pudiesen salvarse de la «Bolchevización y la esclavitud «. También ordenará el cese inmediato de operaciones de todos los U-Boat. Mientras tanto, la estructura del nuevo gobierno Dönitz estaba tomando forma lentamente. 

El 2 de mayo, mientras se dirigía a Flensburg, Dönitz solicitó a Schwerin von Krosigk, su recién nombrado Ministro de Asuntos Exteriores, que formara un nuevo gabinete. En su testamento político Hitler había determinado la distribución de las carteras ministeriales, pero Dönitz rompió la lista y nombró su propio gobierno de «tecnócratas». Speer fue uno de los dos únicos supervivientes de la antigua élite; los demás habían sido, en el mejor de los casos, ministros de importancia secundaria: Stuckart, Backe, Seldte y Dorpmüller. Dönitz intentó desvincular su régimen del Partido; le agradaba la idea de un retorno al pensamiento político del bienio 1933-1934, cuando aún vivía el presidente Hindenburg. Contaría con un canciller activo y él mismo sería un presidente que pisaría el freno. Sin embargo, Schwerin von Krosigk se negó a ser canciller alegando que (ahora, precisamente ahora) le desagradaba el nombre convirtiéndose en cambio, en «ministro principal», que sonaba menos «nazi». Para subrayar la temporalidad de la nueva administración insistió en que se llamara «gobierno del Reich en funciones». ¿Quién debería ser reemplazado y quién debería ser invitado a formar parte del nuevo gobierno?. El 5 de mayo Schwerin Von Krosigk presentó su «gobierno en funciones», diseñado como un gabinete «no político» compuesto por ministros especializados. El propio Schwerin von Krosigk se convirtió en Primer Ministro así como en Ministro de Hacienda y ministro de Asuntos Exteriores. Albert Speer mantendría la cartera de Ministro de Industria y Producción; Wilhelm Stuckart, que había sido Secretario de Estado en el Ministerio del Interior, se convirtió en Ministro del Interior (en lugar de Himmler) y Ministro de Cultura; Julius Dorpmüller, hasta entonces ministro de Tráfico, se convirtió en ministro de Correos y Tráfico;Franz Seldte, mantendrá su puesto de ministro de Trabajo y Asuntos sociales desde el primer gobierno de Hitler, y Herbert Backe seguirá siendo Ministro de Alimentación, Agricultura y Bosques. Tres ministerios, Propaganda, Ministerio del Aire y el Ministerio para los territorios del este, fueron abolidos. Se decidió que si Goebbels o Bormann aparecían, serían arrestados;los ministros nombrados por Hitler junto al propio Dönitz, Alfred Rosenberg,Ministro del Reich para los Territorios del Este, Bernhard Rust, Ministro de Educación y Ciencia del Reich y Otto Thierack, Ministro de Justicia del Reich, fueron despedidos formalmente de sus puestos. 

Reichführer SS
Heinrich Himmler

Varios Gauleiters considerados también comprometidos por sus largos años de servicio al régimen nazi, como Hinrich Lohse, Gauleiter de Schleswig-Holstein y Comisario de Defensa del Reich también fueron cesados con una comunicación que simplemente decía: «En vista de la situación actual he decidido ya no hacer uso de tu cooperación. Gracias por los servicios que le has prestado al Reich. Döenitz «. 

A Walther Funk, Presidente del Reichsbank y Ministro de Economía del Reich, Wilhelm Ohnesorge, Ministro del Reich de Correos y al Dr. Hans-Heinrich Lammers, Ministro del Reich sin Cartera y Jefe de la Cancillería del Reich, se les aconsejó seguir el ejemplo de Göring y rendirse a los aliados occidentales.

Cuestión más complicada era qué hacer con el antiguo Reichsführer-SS Himmler, que todavía estaba rondando alrededor de la sede del nuevo gobierno de Dönitz. Después de varios días dándole vueltas al asunto y tratando de idear una fórmula de trabajo, el 6 de mayo Dönitz finalmente cortó por lo sano y le comunico a Himmler que había sido relevado de todos sus cargos (Ministro del Interior, Comandante en Jefe del Ejército de Reserva y Jefe de la Policía alemana) y de que no tenía necesidad de sus servicios en el nuevo gobierno. También le pidió que se abstuviera de futuras visitas a su sede. Depuesto y defenestrado, Himmler permaneció docilmente en la zona de Flensburg otras dos semanas, meditando sobre las formas de escapar del arresto por parte de los aliados.

La táctica de Dönitz resultó parcialmente exitosa, posibilitando que más de 1.750.000 soldados alemanes se rindieran a los americanos o a los británicos y no a los soviéticos, cuya cuenta de prisioneros ascendía a menos de un tercio del total. Pero la apuesta de Dönitz de negociar una capitulación general por separado con los aliados occidentales se topó con un rechazo sin paliativos. Desde el 5 de mayo, el almirante von Friedeburg y su equipo estaban negociando en la sede de SHAEF en Reims una rendición separada en el oeste. El comandante supremo aliado, general Dwight D. Eisenhower, fue tajante al respecto e insistió en una rendición inmediata e incondicional de todos frentes, incluido el ruso. En la mañana del 6 de mayo el general Kinzel volvió a Flensburg para informar a Dönitz. El Gran Almirante no podía aceptar la posición de Eisenhower y decidió enviar a Jodl a Reims para tratar de obtener un acuerdo para una rendición en dos etapas, primero en el oeste y luego, al menos cuatro días después, en el este, permitiendo que más tropas se alejasen de los Soviéticos. Jodl intentó posponer la firma hasta el 8 de mayo. Pero ante la amenaza de proseguir con los bombardeos y del cierre de las líneas aliadas a refugiados y soldados, Jodl aceptó una rendición total e incondicional de Alemania, que se haría efectiva al terminar el día 8 de mayo de 1945, autorizada de forma reticente por Dönitz y firmada a las 02:41 horas del 7 de mayo de 1945. La rendición sería efectiva desde las 00:01 horas del 9 de mayo de 1945. 

El Acta de Rendición de Alemania, firmada el 7 de mayo de 1945 en Reims por el General Jodl (en el centro de la imagen)

Aún así, la táctica dilatoria de Dönitz había dado sus frutos permitiendo la evacuación de casi dos millones de alemanes. A las 12:45 Schwerin von Krosigk anunció por radio a  la nación, la rendición incondicional, seguido al día siguiente por Dönitz, quien señaló que el partido nazi se había hecho a un lado y que el poder político ahora descansaba con las potencias ocupantes, que decidirían si él debía permanecer o no en el cargo.  

En la tarde del 8 de mayo, para restar tensiones con los Soviéticos, el acto se repitió en el cuartel general del mariscal Zhukov en las afueras de Berlín, con el texto completo redactado con anterioridad por los cuatro países aliados, retroactivamente válido desde el día anterior. El Mariscal Keitel fue el principal firmante alemán, con el general Hans-Jürgen Stumpf, el jefe de la Luftflotte Reich, en representación de las fuerzas aéreas y el almirante von Friedeburg por la Kriegsmarine. Los alemanes firmaron a las 2216 y se completó la ceremonia a las 2243 (hora central europea). La guerra en Europa había finalizado.

Delegación alemana (en el centro el Mariscal Keitel, a la derecha el Almitante von Friedeburg y a la izquierda 
el general Hans-Jürgen Stumpf, el jefe de la Luftflotte Reich) firmante de la rendición. Berlín 8 de mayo de 1945

En Flensburg, el nuevo gobierno alemán estaba haciendo todo lo posible para mantener la actividad administrativa. Los ministros del gabinete y sus asistentes pasaban sus días escribiendo informes y memorandos sobre el estado actual de asuntos y sobre cómo Alemania podría ponerse en pie de nuevo. Cada mañana a las 10:00, Schwerin von Krosigk presidia la reunión del gabinete en la llamada Sala del Gabinete, una antigua aula en el edificio de la Sportschule. Mantenían discusiones serias sobre asuntos tales como la situación alimentaria, el tráfico,las finanzas y la política exterior. Las SS y otros uniformes nazis, antaño tan cotizados, habían desaparecido de la noche a la mañana; de un día para otro, Wegener, Stuckart y Ohlendorf se convirtieron en civiles, y Gebhardt, íntimo de Himmler, se transformó nada menos que en general de la Cruz Roja. Además, aprovechando la inactividad, el Gobierno empezó a organizarse. Según la costumbre imperial, Dönitz nombró a un jefe de su Gabinete Militar (el almirante Wagner) y a uno del Gabinete Civil (el líder regional del partido Wegener). Tras algún tira y afloja se decidió seguir dando el tratamiento de «gran almirante» al jefe del Estado; se creó un servicio de información y un viejo aparato de radio permitió escuchar las últimas noticias. Incluso uno de los grandes Mercedes del parque móvil personal de Hitler que había ido a parar a Flensburg, ahora servía para conducir a Dönitz a su residencia, situada a quinientos metros de la sede se su gobierno.También apareció alguien del estudio de Heinrich Hoffmann, fotógrafo personal de Hitler, para retratar al Gobierno mientras trabajaba. 

Con Alemania derrotada, Speer y varios otros opinaban que el gobierno de Dönitz había hecho su trabajo y debía terminar sus actividades. Sin embargo Schwerin von Krosigk y Stuckart tenían un punto de vista diferente, argumentando que Dönitz debía quedarse para preservar la continuidad del Reich alemán y no poner en peligro la legitimidad de un futuro gobierno alemán. Stuckart, ahora director general del Ministerio del Interior, había preparado una memoria en la que expresaba la opinión de que Dönitz, en su calidad de jefe del Estado y legítimo sucesor de Hitler, no podía renunciar a su cargo voluntariamente, porque si lo hacía se perdería la continuidad del Reich alemán y peligrarían los futuros gobiernos. Dönitz estuvo de acuerdo con ellos; estaba convencido de que su gobierno tenía que preservar lo «mas bello y mejor que el nacionalsocialismo nos ha dado», la unidad de nuestra comunidad nacional. La idea de que prominentes demócratas y sindicalistas fuesen invitados a tomar parte en el gobierno era totalmente inaceptable para él y su séquito, por su experiencia de la República de Weimar. Sólo Speer,siempre atento al sol que mas calienta, argumentó que era esencial formar un gobierno aceptable para los aliados, pero ninguno ellos podía creer que habían hecho algo malo bajo el régimen de Hitler o que los Aliados podrían acusarles de algo. Cuando los enfrentaron a los horrores de los campos de concentración simplemente respondieron que el pueblo alemán no sabía nada de esos crímenes. No había ni rastro de vergüenza, ni de horror o arrepentimiento. Dönitz consideró que donde los internos habían sido tratados de manera inhumana,los perpetradores de tales atrocidades debían ser juzgados por los tribunales alemanes, pero en cualquier caso la mayoría de estas personas eran «criminales endurecidos»,»Moralmente degenerados» o «elementos antisociales» que merecían ser encarcelados en tales campos.

El 10 de mayo, tres días después de la rendición en Reims, la 11ª división blindada británica llega a la zona de Flensburg, habiendo sido encargada de la ocupación de los distritos más septentrionales de Schleswig-Holstein. La 159ª Brigada de Infantería será responsable del sector alrededor de Flensburg. Cuando su comandante el brigadier Jack Churcher conducía por el pueblo esa mañana, se encontró con una situación extraña;las calles estaban llenas de coches del personal alemán,de oficiales alemanes, autobuses del ejército alemán circulaban de una lado a otro a través de la ciudad. Los muelles estaban patrullados por policías militares de la marina alemana totalmente armados. La Luftwaffe todavía estaba a cargo del aeródromo. El área estaba rebosante de miles de soldados alemanes que ocuparon cada cuartel y edificio en el que podían meterse. Churcher encontró el gobierno de Dönitz aún funcionando, establecido dentro de su propio enclave, protegido por guardias armados del Marine-Wach-Bataillon, extendido a lo largo de la costa báltica desde el este de la ciudad de Flensburg incluyendo Glücksburg. Era solo una pequeña área pero incluía tres grandes instalaciones militares: de oeste a este, la Marine-Torpedo- Nachrichten-Schule (Escuella Naval de Torpedos y Señales), la Marine-Schule Mürwik (Escuela de Cadetes Navales), y la Marine-Kaserne Glücksburg-Meierwik. También incluía, en el extremo oriental del enclave, el Schloss Glücksburg.

Como el gobierno de Dönitz y el OKW aparentemente estaban operando con aprobación aliada y faltando órdenes del SHAEF al respecto, Churcher decidió que por el momento tendría que respetar el enclave. Emitió órdenes de que sus tropas no interfiriesen de ninguna manera con el funcionamiento del gobierno y de los comandos militares alemanes y para que no entrasen en la zona alemana. Como los alemanes tenían los mejores cuarteles,Churcher estableció su puesto de mando en la comisaría principal de policía de la ciudad en el número 1 de Norderhofenden. Pero la existencia de un gobierno alemán justo al lado del gobierno militar aliado pronto llevará a problemas. El 11 de mayo, Mariscal de Campo Busch transmitió un mensaje desde el enclave de Flensburg. Describiéndose comoOB Nordwest, declaró: «Por orden de Grossadmiral Dönitz y con el acuerdo de las autoridades de ocupación británicas he tomado el mando de Schleswig-Holstein y las zonas ocupadas por las tropas de Mariscal de Campo Montgomery. Toda autoridad militar y civil alemana queda subordinada a mi». Busch se refería a un acuerdo del 5 de mayo en virtud del cual el 21 Ejército estableció una cadena de mando alemana a través la cual podría dirigirse la disolución inicial de las fuerzas enemigas. Sin embargo, su emisión desencadenará protestas acaloradas de todo el mundo aliado. El General Eisenhower ordenó rápidamente el control sobre la radio de Flensburg y la censura absoluta de todas las transmisiones futuras. El Brigadier Churcher envió un comando a la estación transmisora ​​para eliminar las partes vitales y ordenó su cierre. El incidente le dio a Churcher la oportunidad para entrar en el enclave y visitar las instalaciones de Dönitz; una de las primeras personas que vio al entrar, aunque se lanzó por un pasillo para evitar ser reconocido fue a Himmler. Churcher exigió ver al oficial alemán de más alto rango siendo llevado a presencia del general Jodl. Cuando le preguntó a Jodl sobre Himmler, este último negó que el antiguo Reichsführer-SS estuviese allí. Churcher procedió a dar instrucciones a Jodl sobre la evacuación de tropas alemanas del área de Flensburg para la construcción de los campos de prisioneros. Se estipulo los límites exactos de la zona alemana y se limito el número de guardias a 300.

Cuatro días después de la rendición en Reims,el general Eisenhower ordenó al mayor general Lowell W. Rooks, subjefe de la división G-3 del SHAEF, la formación de una Comisión de Control aliada para el alto mando de la Wehrmacht y establecer su centro de control en Flensburg con el propósito de imponer la voluntad del Comandante Supremo en OKW en las zonas de Alemania ocupadas por los aliados occidentales. Rooks pasó a desempeñar las funciones de enlace con el Gobierno de Dönitz; debía emitir las instrucciones necesarias, supervisar su transmisión a través de los canales correspondientes del mando alemán y compilar información sobre el sistema de mando alemán a través la recogida y salvaguardia de todos los documentos del OKW en Flensburg. Los soviéticos, informados de esta orden, fueron invitados a enviar un equipo similar a la sede de Dönitz. El 12 de mayo Rooks y su adjunto, el brigadier británico EJ Foord, jefe de inteligencia operacional de la División G-2 del SHAEF, llegaron a Flensburg con un personal de 13 estadounidenses y 10 británicos estableciendo su sede el Patria, el buque de lujo utilizado anteriormente por Dönitz. 

major general Lowell W. Rooks

El general Rooks actuó rápidamente para hacer valer la autoridad de SHAEF y en su primera entrevista con Dönitz el 13 de mayo, ordenó el arresto de Generalfeldmarchall Keitel (que era buscado por crímenes de guerra) y su reemplazo por el general Jodl. Desde ese momento,todas las instrucciones a las fuerzas alemanas serían en nombre del Comandante Supremo Aliado y la Comisión de Control de los Aliados debía tener acceso completo a las oficinas y archivos de OKW. Dönitz le aseguró su cooperación y aprovechó la oportunidad para destacar la necesidad de una autoridad central alemana para mantener el orden. Rooks obvió esta sugerencia, dejando claro que las potencias occidentales pretendían funcionar a través de un gobierno militar aliado. Dönitz consideró prudente retirar un busto de Hitler de su despacho. También ordenó prescindir del saludo hitleriano, pero no aceptó la petición de los Aliados para que los alemanes dejaran de portar sus medallas.

Ese mismo día, Rooks también entrevistó con Jodl; con Keitel arrestado ahora era el jefe del OKW. Jodl le aseguró a Rooks que se comprometería para llevar a cabo las directivas SHAEF en el interés de mantener el orden y salvar a los alemanes de catástrofe. El 12 de mayo, Speer estaba trabajando en su oficina en Schloss Glücksburg cuando dos estadounidenses, teniente George Sklarz y el sargento de Tec Harald Fassberg, miembros de la Encuesta de Bombardeos Estratégicos de los Estados Unidos (La Encuesta de bombardeo estratégico de los Estados Unidos fue un informe realizado por una junta de expertos reunidos para efectuar una evaluación imparcial de los efectos del bombardeo estratégico angloamericano sobre la Alemania nazi durante el teatro europeo de la Segunda Guerra Mundial) le ofrecieron cooperar con ellos. Speer accedió y una semana después se reunía en el castillo con varios miembros de la USSBS ( entre ellos Franklin d’Olier,Henry C. Alexander, John Kenneth Galbraith, Paul Nitze y George Ball) con quienes discutió los efectos, errores y peculiaridades de los bombardeos proporcionando a la USSBS importantes informes de tiempos de guerra. El Mayor General Frederick L. Anderson, Subcomandante de Operaciones de las Fuerzas Aéreas Estratégicas de los Estados Unidos en Europa, acudió a Glücksburg para agradecer personalmente a Speer su cooperación y felicitarlo por sus logros durante la guerra.

Pero en el alto mando aliado estaba creciendo la alarma sobre el hecho de que no tenían un conocimiento preciso de la situación dentro del enclave alemán. Se sospechaba que contenía una serie de altos oficiales y dignatarios, oficiales y ministros del Reich que estaban siendo buscados por la inteligencia británica, acusados de criminales de guerra, podrían estar refugiados allí; además, allí se encontraban documentos de vital importancia para futuros juicios por crímenes de guerra. Estaban seguros de que Alfred Rosenberg, el «ideologo» nazi y ex ministro del Reich para los territorios orientales se encontraba allí. Rosenberg les había informado de su paradero cuando, debido a una lesión en el tobillo,había sido admitido en el edificio principal de la Marine-Schule Mürwik que estaba siendo utilizado como hospital y albergaba unos 800 pacientes. Conocedor de que los aliados le estaban buscando, consiguió un certificado médico declarándolo no apto para ser movido y enviado al cuartel general de Montgomery creyendo que se salvaría de ser arrestado. El 18 de mayo, un grupo de búsqueda británico entró en el enclave, acordonando el hospital; a pesar de las protestas, entraron en el edificio encontrado a Rosemberg en la cama en un estado de somnolencia. Temieron que hubiese ingerido veneno, pero pero resultó que sólo estaba borracho. 

Churchill toleró el gobierno de Dönitz durante un tiempo, hasta que los soviéticos empezaron a clamar por su eliminación. Era de la opinión de que los alemanes podían cuidar de sí mismos hasta cierto punto. Pravda publicó una campaña organizada por Stalin. Los rusos exigían que se pusiera fin a la «camarilla militarista fascista» creada en torno a Dönitz. Radio Moscú dio, incluso, a entender que Dönitz intentaba chantajear a Occidente. El 18 de mayo, los Aliados comenzaron a mostrarse severos con el almirante. Dos días después, Pravda, Izvestia y Krásnaya Zvezda exigieron la deposición inmediata de Dönitz, quien había solicitado a Occidente lanzar una cruzada conjunta contra los bolcheviques; los soviéticos, como es natural, se habían enterado de ello. También sabían que los británicos se habían limitado a depositar las armas alemanas a cierta distancia de los hombres a los que habían capturado; Montgomery acababa de regresar del frente ruso en Wismar y había dado órdenes de no destruir las armas alemanas, «no fuera que se pudieran necesitar por alguna razón». La visión de los rusos de cerca confirmó, quizá, sus peores temores. Lo cierto es que Churchill contempló durante algún tiempo la posibilidad de atacar a los Soviéticos con ayuda alemana (operación Impensable).  «The Times» sostenía que el nuevo gobierno alemán estaba formado únicamente por Dönitz, Schwerin von Krosigk y un micrófono, y que este último era el miembro más importante. El propio almirante Dönitz no era popular entre los alemanes (Margret Boveri lo calificaba de Obertrottel, «archiidiota»), pero mucha gente podía ver algunas buenas cualidades en Schwerin von Krosigk, que había formado parte del gabinete constituido por Franz von Papen en 1932, y parecía no sólo moderado sino inteligente para los tiempos y las circunstancias que corrían. La idea dejó helado al SHAEF (Supreme Headquarters Allied Expeditionary Force; Cuartel General Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada). Si Dönitz y el gobierno de Flensburg tenían algún cometido, era únicamente el de desarmar, disolver y dar de comer a la Wehrmacht.

Los americanos, por su parte, no estaban dispuestos a trabajar con los restos del régimen de Hitler; había que tener en cuenta, además, la directiva JCS 1067, el documento de la Junta de Jefes de Estado Mayor que establecía que no se permitiría continuar en el cargo a ningún nazi. Y a los rusos, por otra parte, no les agradaba precisamente que «los criminales de Flensburg», el sucesor designado por el mismísimo Hitler y sus ministros, se moviesen libremente por las calles de aquella pequeña ciudad portuaria. Aunque los aliados habían aceptado a Dönitz como la autoridad responsable de organizar la capitulación alemana, los argumentos en pro de mantener esta situación pronto se esfumaron; Eisenhower había esperado que el gobierno de Dönitz sería útil para desarmar a la Wehrmacht pero estaba preocupado porque creía que Dönitz estaba tratando de causar problemas entre SHAEF y los rusos. Para conseguir un mejor visión de la situación, Eisenhower envió a su asesor político,el diplomático estadounidense Robert Murphy, a Flensburg con órdenes de investigar la situación con el general Rooks. El 17 de mayo, Rooks y Murphy fueron recibidos por Dönitz en su oficina y este, interrogado sobre su legitimidad como jefe de Estado, les mostró copias de los dos primeros telegramas de Bormann que lo nombraban como sucesor de Hitler y le informaba de la muerte del Führer. Aseguro que  simplemente estaba tratando de cumplir con su deber y que todos los occidentales, incluidos los alemanes, deberían trabajar juntos ahora para prevenir la bolchevización de Europa. Continuó relatando cómo había luchado para ayudar a miles de alemanes (incluyendo a muchos científicos útiles para los aliados occidentales) a escapar hacia el oeste. Esto convenció a Rooks y Murphy de las sospechas de Eisenhowerque envió a Washington su recomendación para disolver de inmediato el gobierno de Dönitz y arrestar a sus miembros. 

El SHAEF señaló que esta acción tendría que ser comunicada antes a los rusos, pero ordenó que se tomaran todas las medidas para asegurar la detención de Dönitz y de su personal, que cesaría en sus funciones ejecutivas. Los archivos del OKW debían ser confiscados y asegurados. El día 17 de mayo la delegación rusa, un grupo de 15 hombres liderado por el General Truskov, llegó a Flensburg y se unió al Grupo de Control de la SHAEF en el Patria. Esto hizo la necesaria coordinación con los soviéticos mucho más fácil. El grupo de estudios de bombardeos estratégicos  solicito un par de días para terminar sus discusiones, muy útiles, con Speer. Este, que ya había decidido desertar, renunció a su cargo en el gobierno de Dönitz y se retiró con su familia al entorno indudablemente palaciego del castillo de Glücksburg.

Dos miembros del gabinete de Dönitz, Backe de Alimentación y Agricultura y Dorpmüller, de Correos y Tráfico, podrían ser arrestados inmediatamente porque estaban lejos de Flensburg, por el simple procedimiento de invitarles a la sede de SHAEF en Reims para discusiones sobre materias dentro de su competencia. Backe había salido el día 15 y Dorpmüller el día 20, y ambos fueron arrestados a su llegada. Los aliados no informaron al gobierno alemán de su arresto y, aunque hubo rumores, nadie en el séquito de Dönitz sabía lo que les había pasado. La operación de liquidación del enclave alemán fue encomendada al brigadier Churcher; la preocupación principal de los británicos era evitar el enfrentamiento armado con la guarnición alemana. Para lograr esto, Churcher estableció que era necesario deshacerse de Dönitz y sus principales comandantes militares, Jodl y von Friedeburg, antes de que los británicos se movieran. Chucher esperaba que sin sus líderes, los centinelas alemanes, que no opondrían resistencia cuando sus hombres avanzaran sobre el enclave. No obstante, había un importante hándicap en la planificación de la operación:  la falta de información sobre el uso exacto de los edificios dentro del enclave y en cuales se encontraban que personalidades.

Hasta donde sabían, el gobierno de Dönitz estaba alojado en el castillo de Glücksburg; El OKW en el la Escuela de Deporte de la academia naval y en dos áreas de cabañas de madera (conocidas como el Heinz-Krey-Lager y el Mützelburg-Lager) dentro del complejo del Marine-Schule Mürwik; el OKM en otra área del Marine-Schule y de la contigua escuela de Torpedos. El plan final, elaborado conjuntamente con el General Rooks, nombre en clave Operación ‘Blackout’, establecía que para sacar a los principales comandantes alemanes del complejo, Rooks convocaría a Dönitz, Jodl y von Friedeburg a bordo del Patria a las 09.45 horas del día 23. Aquí serían informados formalmente de su arresto y serían retenidos el tiempo suficiente para que las fuerzas de Churcher pudiesen moverse por el enclave, desarmar a las tropas alemanas y arrestar al resto del gobierno y altos mandos alemanes. Esta fase de la operación debía comenzar a las 10.00 horas.Los tanques del 15 y el 19 regimiento de húsares cubrirían las salidas del enclave mientras dos batallones de infantería de la 159 brigada entraría en el complejo alemán. El 1er batallón «Hereford» entraría desde el oeste y ocuparía la escuela de torpedos y la oficina del Intendente General ( Generalquartiermeister) en Mürwik. También se encargó de ocupar la villa del Comandante de la Escuela en el contiguo complejo de la academia naval. Una partida de infantes de marina ocuparían los principales puestos de la escuela, el edificio que albergaba parte del OKM. Pero la tarea principal sería encomendada al primer batallón de Cheshire que ocuparía tres objetivos: el Heinz-Krey-Lager, el Mützelburg-Lager y el castillo de Glücksburg; este último objetivo sería asignado a un batallón antitanque, cuyo seis libras podrían ser útiles en caso de que fuera necesario forzar una entrada. Por alguna razón inexplicable,el Marine-Kaserne en Meierwik,a medio camino entre Mürwik y Glücksburg,parece no haber sido incluido en los planes de asalto. Una vez ocupado, cada edificio del complejo, toda persona encontrada con independencia de su rango o sexo, debía ser tomado prisionero. Cada unidad fue provista con una larga lista de personas “buscadas”, divididas en cuatro categorías según su importancia. Agentes de inteligencia e intérpretes fueron añadidos a cada unidad para ayudar a identificar a los presos más importantes y manejar y ordenar los documentos. Una escuadrilla compuesta por dos destructores de la Royal Navy patrullarían la zona entorno al fiordo de Flensburg para evitar posibles intentos de fuga por mar. Por orden del SHAEF el Cuartel General del Segundo Ejército Británico envió un destacamento especial de cuatro oficiales a Flensburg para escoltar a los personajes principales, que llegó el día 22: el Mayor Guthrie Troup, G-2 del Segundo Ejército (Inteligencia) y tres de sus oficiales, el Capitán Knee que debía escoltar a Dönitz, el capitán Lowe que fue asignado a Jodl y el capitán Williams que iba a acompañar a von Friedeburg.

Como estaba previsto, el 22 de mayo el general Rooks emitió su convocatoria para Dönitz, Jodl y von Friedeburg para presentarse a bordo de la Patria a las 09.45 de día siguiente. El gran almirante había estado esperando ser arrestado, así que cuando su ayudante el Capitán de Corveta Lüdde-Neurath, le informó sobre la convocatoria, no se hacía muchas ilusiones. En la mañana del 23 de mayo, Dönitz, Jodl y von Friedeburg dejaron sus respectivos equipajes cada uno en su propio coche y recorrieron la corta distancia hasta el Patria, llegando allí puntualmente. A las 09.45 horas, cuando el coche de Dönitz llegó al muelle, Lüdde-Neurath salió primero y mantuvo la puerta abierta para Dönitz que llevaba su bastón de Gran Almirante. Los alemanes se dieron cuenta ya en la propia pasarela que las cosas eran muy diferentes de lo que habían observado en visitas anteriores. El teniente coronel británico que solía estar allí para darle la bienvenida estaba ausente y no hubo presentación de armas por los guardias. Además,había una gran cantidad de fotógrafos de prensa gráfica alrededor. A bordo de la nave, se les acompañó hasta el amplio salón-bar. Dönitz,Jodl y von Friedeburg se sentaron. Dönitz comentó: «Es fácil adivinar por qué hemos sido convocados hoy aquí «. Se sentaron solos en silencio durante seis minutos mientras que sus ayudantes y otros oficiales acompañantes caminaban nerviosos por el piso de linóleo.Les hicieron esperar varios minutos para asegurarse de que todavía estaban a bordo a las 10.00 hrs, momento en el que comenzaba la operación.

El fin del gobierno de Flensburg. 23 de mayo, 9,55 a.m., en el Salón del Patria:El  Mayor General  Lowell Rooks, jefe de La Comisión de Control Aliada en el OKW, flanqueado por su adjunto el brigadier británico E. J. Foord (en el extremo mas alejado) y el general soviético Truskov (en este lado de Rooks), informa a Dönitz que su gobierno se disuelve y que él y el Generaloberst Jodl y el Generaladmiral von Friedeburg, son ahora prisioneros de guerra.

Cuando el grupo de Control Aliado entró en la habitación, Dönitz y sus comandantes se pusieron de pie. No hubo saludo formal. El general Rooks se sentó frente a los alemanes con el brigadier Foord y el general Truskov a su derecha e izquierda y un intérprete, Herbert Cohn, a un lado. Sin mas preámbulos, Rooks anunció: «Caballeros, he recibido instrucciones del Mando Supremo aliado en el Teatro de Operaciones europeo,del Comandante Supremo, General Eisenhower, para convocarles esta mañana e informarles que ha decidido, en concierto con el Alto Mando soviético, que hoy el Gobierno alemán en funciones y el alto Mando alemán, con todos sus miembros, serán puestos bajo custodia como prisioneros de guerra. De este modo el gobierno alemán en funciones se disuelve. Esto está sucediendo ahora mismo;tropas del 21 Grupo de Ejercito están arrestando a varios miembros, civiles y militares, y tomando ciertos documentos en custodia. En conformidad con mis instrucciones, cada uno de ustedes debe considerarse prisionero de guerra a partir de este momento.Cuando salgan de esta habitación, un oficial aliado se unirá a cada uno de ustedes y le acompañará a sus cuartos donde empaquetarán, tendrán su almuerzo y ​​completarán sus asuntos, después de lo cual les acompañarán al aeródromo a las 13:30. Ustedes pueden llevar el equipaje que necesiten. Eso es todo lo que tengo que decir». Cuando terminó, Rooks preguntó a Dönitz si deseaba decir algo. El gran almirante, que había escuchado con semblante serio pero por lo demás tranquilo,replico: «El comentario es superfluo». Jodl deja que se resbale un fajo de papeles a través de sus dedos sobre el suelo. Von Friedeburg, para quien este fue su cuarta capitulación en tres semanas, simplemente se sentó apáticamente, con lágrimas en sus ojos. Si Dönitz creía que disfrutaba de algún derecho de inmunidad como jefe de Estado no tardó en llevarse un chasco.

Con puntualidad británica, a las 10:00 horas, el brigadier Churcher dio la señal para que sus tropas iniciasen la operación, y rápidamente conseguirán sus objetivos; todo el enclave se rindió con rapidez y sin resistencia. La bandera de guerra del Reich,que ondeaba en todos los edificios de la escuela naval, fue arriada. En el edificio de la Sportschule, Schwerin von Krosigk acababa de abrir la sesión diaria del gabinete cuando de repente la puerta voló y las tropas británicas entraron en tropel, bayoneta calada, al grito de «¡Hände hoch! Ausziehen!» (¡Manos arriba! ¡Quítense la ropa!). Todos los ministros fueron colocados cara a la pared y para su incredulidad, fueron sometidos a un embarazoso examen físico tras ser desnudados. Un sargento británico provisto de guantes quirúrgicos cacheó los anos y demás orificios de ministros, funcionarios y secretarias. Schwerin von Krosigk se encontró con que un soldado británico le tiraba de los pantalones y le decía: «Bitte (Por favor); please?», aunque resulta difícil creer que tuvieran algún problema para comunicarse con alguien que había sido merecedor de una beca Rhodes, que permitía estudiar en la Universidad de Oxford. La única persona a la que se dejó en paz fue el subjefe de operaciones del OKW; calzaba unas botas tan ajustadas que los soldados británicos no pudieron sacárselas. El capitán al mando de la operación se enfureció tanto que arrancó la Ritterkreuz (Cruz de caballero) del cuello del oficial alemán y la pisoteó.

Mientras tanto, en otras partes del edificio, oficiales, soldados, funcionarios del ministerio y secretarias eran sacados de sus oficinas y desfilaban por los pasillos con las manos en alto. Otros permanecían en sus despachos cara a la pared mientras que las habitaciones eran registradas y las tropas británicas saqueaban libremente radios y todo tipo de recuerdos nazis. A los prisioneros les ordenaron que entregaran sus relojes y el dinero que se esfumaron como por encantamiento en los bolsillos de los soldados británicos.

Escenas similares se desenrollaron en todo el Complejo; muchos de los alemanes fueron sorprendidos aún dormidos y tuvieron que salir arrestados en pijama. Un grupo de soldados británicos se tropezó en un baño con un grupo de auxiliares femeninas alemanas que se estaban duchando y se retiró rápidamente para permitir que las chicas se cubrieran. Durante tres cuartos de hora se tomaron fotografías y películas documentales de los alemanes mientras se hallaban en el patio con unos soldados de infantería que les apuntaban con sus armas. Las fotografías se publicaron en la prensa británica y mostraban a hombres y mujeres en déshabillé. Los pies de foto daban a entender que el Herrenvolk (el «Pueblo de Señores») había sido pillado en paños menores. La verdad era que no les habían dado tiempo a cubrirse tras los cacheos. Cuando Churchill oyó contar la historia se sintió escandalizado y escribió a Montgomery una carta de protesta. 

Se decidió colocar a todos los prisioneros en un campo cercano para clasificarlos según sus categoría. El campo pronto comenzó a llenarse y a las 1130 de la mañana ya eran unos  5.000 los prisioneros. La seguridad de campo comenzó el trabajo de identificar a cada prisionero, segregándolos en sus diferentes categorías, ya que ni las mismas tropas se hacían una idea de a quien habían capturado. Mientras tanto el pelotón antitanque de Cheshire bajo el mando del teniente F. B. Walker irrumpió en el castillo de Glücksburg. Allí encontraron a Albert Speer, quien se estaba afeitando en una pequeña habitación de aseo. El sargento británico le preguntó: «¿Es usted Albert Speer, señor?», a lo que este le respondió afirmativamente;  el sargento se puso en posición de firmes y le dijo: «Señor, usted es mi prisionero «. Entre los arrestados en el castillo se incluían además 40 miembros de la Aristocracia alemana, entre ellos el duque de Mecklenburg-Holstein y el príncipe de Schaumburg-Lippe.

Finalmente, los prisioneros de Grado I capturados durante la operación serían: Franz Seldte, Generalmajor Erich Dethleffsen, jefe de la Heeresführungsstab (Personal Operacional del Ejército); Konteradmiral Wagner, Schwerin von Krosigk; Paul Wegener, Gauleiter de Bremen y jefe del gabinete civil de Dönitz; Wilhelm Kritzinger,Secretario de estado de la cancillería del reich;Gustav Adolf Graf Steengracht van Moyland,Secretario de estado de la cancillería;Werner Zschintsch, Secretario de Estado de Educación; Hans Joachim Riecke, Secretario de Estado de Agricultura y Alimentación; y Wilhelm Nagel, Secretario de Estado de Correos;General der Infanterie Hermann Reinecke, jefe de la OKW Oficina General; Vizeadmiral Leopold Bürkner, jefe del departamento exterior del OKW; SS-Gruppenführer Dr Karl Brandt, médico jefe de las SS (y durante muchos años del médico personal de Hitler) e Inspector General de Salud. Los aliados habían esperado encontrar otros importantee nazis,como el antiguo Reichsführer SS Himmler, von Ribbentrop o incluso a William Joyce, el locutor británico conocido en todo el Reino Unido como ‘Lord Haw Haw’. Sin embargo a pesar de una búsqueda intensiva, no fueron encontrados. Himmler, de hecho, había sido capturado cerca de Bremen el día anterior, pero aun no había sido reconocido (lo sería esa misma noche, después de lo cual logrará suicidarse envenenado). Joyce seria atrapado con su esposa cerca de la frontera danesa, no lejos de Flensburg el 28 de mayo. Ribbentrop no sería capturado hasta el 14 de junio. Hacia las 12:00 hrs, todos los edificios dentro del enclave habían sido registrados y todas las personas arrestadas; en total, cerca de 6.000 personas fueron apiñados en celdas improvisadas en el campo de prisioneros.

Los prisioneros de Grado I listos para ser llevados a la comisaría de policía de Flensburg. De izquierda a derecha: Franz Seldte, Generalmajor Erich Dethleffsen, jefe de la Heeresführungsstab (Personal Operacional del Ejército); Konteradmiral Wagner, Schwerin von Krosigk; Paul Wegener, Gauleiter de Bremen y jefe del gabinete civil de Dönitz; Wilhelm Kritzinger,Secretario de estado de la cancillería del reich;Gustav Adolf Graf Steengracht van Moyland,Secretario de estado de la cancillería;Werner Zschintsch, Secretario de Estado de Educación; Hans Joachim Riecke, Secretario de Estado de Agricultura y Alimentación; y Wilhelm Nagel, Secretario de Estado de Correos

Mientras tanto,en el Patria, los alemanes eran escoltados por el mayor Troup y sus tres capitanes de regreso a sus respectivos cuarteles. Habían retirado el banderín de Gran Almirante del coche oficial de Dönitz que entró en el Mercedes y se marchó sin esperar al oficial de escolta Aliado,que tuvo que saltar a su jeep y salir a toda velocidad tras él; como Lüdde-Neurath contará, esto causó una suave sonrisa en el rostro del Gran Almirante. Ya el la villa del comandante Dönitz volvió a su coche con su equipaje, tres maletas que previamente había dejado listas; «No te vas de vacaciones, para ir a la cárcel solo puedes llevar una maleta’. Lüdde-Neurath suplicó en vano, pero el capitán Knee se mostró tajante y Dönitz, bastante molesto,tuvo que elegir una. Pero los alemanes estaban más molestos por la conducta de las tropas británicas en la villa del comandante; la casa aún estaba de luto y Lüdde-Neurath educadamente pidió a los británicos que respetasen la el dolor de la viuda, sin ningún éxito. Frau Lüth estaba comprensiblemente angustiada por la ruidosa intrusión de soldados extranjeros registrando su residencia y salió huyendo, llorando y sosteniendo las condecoraciones de guerra de su marido. Lüdde-Neurath protestó a los oficiales aliados presentes pero el daño ya estaba hecho y el incidente dejó a los alemanes indignados y heridos.

Villa del comandante en el complejo Marine-Schule. Dönitz,su ayudante Lüdde-Neurath (detrás del Gran Almirante) y su conductor / batman (derecha) descienden los escalones de la villa rodeados por las tropas de Hereford

Jodl regresó también a la Sportschule para recoger sus pertenencias de sus dos habitaciones en el segundo piso. Para entonces el edificio estaba lleno de soldados británicos y tan pronto como se detuvo frente al edificio, fue detenido. Por razones de seguridad, estas tropas no habían sido informadas de que Dönitz, Jodl y von Friedeburg serían detenidos en el Patria al inicio de la operación. Sin embargo, el oficial británico de escolta de Jodl,Capitán Mervyn Lowe, quien le seguía en su Jeep, rápidamente informó a la tropas que el general ya estaba bajo custodia. Jodl recogió su equipaje y el capitán Lowe lo escoltó debidamente hasta el cuartel general de la 159 Brigada en el centro de Flensburg.

El Generaloberst Jodl llega de vuelta a la Sportschule para recoger su equipo. 

Por su parte, el Capitán Williams no había podido encontrar al almirante von Friedeburg a quien en el bullicio originado en el Patria,se le había permitió salir sin escolta; había quedado muy afectado por las experiencias de las tres semanas pasadas y , como le reveló a Dönitz durante una breve conversación fuera la villa del Comandante, no tenía intención de sufrir la mayor humillación de todas al ser tomado prisionero y decidió tomar «una salida honorable» suicidándose. Había hecho una parada intermedia en el Edificio deportivo, donde fue capturado por el Teniente R. B. Williams del 1° de Cheshire. También ignoraba que el almirante ya ha sido puesto bajo arresto en el Patria; Von Friedeburg fue llevado al campo donde se encontraban el resto de prisioneros y la visión de sus compañeros oficiales lo fortaleció aún más en su determinación. Después de haber examinado sus documentos, solicitó que le permitieran volver a sus cuartos privados para recoger sus pertenencias.Se le concedió permiso y un pequeño grupo de Cheshires liderado por el capitán H. Davies fue destacado para acompañarlo como escolta. Mientras estaba allí, Friedeburg pidió permiso a Davies para ir al baño y tan sólo 45 segundos después oyeron un gemido y encontraron a Friedeburg tendido en el suelo ya inconsciente. A los pocos minutos ya estaba muerto. La secretaria de Dönitz también se suicidó.

El cadáver del Almitante von Friedeburg en su habitación. Poco después de tomar esta fotos, se descubrió que la Cruz de Caballero con Espadas de la caballero de la Cruz al Mérito de Guerra (Kriegsverdienstkreuz,de la cual sólo había dos concedidas) que von Friedeburg lucia alrededor de su cuello había sido robada. Los alemanes presentaron inmediatamente una denuncia oficial en contra de este ‘trato deshonroso’. Todos los que habían estado en la sala fue interrogados pero el culpable no fue encontrado. Aunque el saqueo de cadáveres había sido una práctica común durante la guerra, y los soldados se habían apropiado de recuerdos de guerra de sus prisioneros constantemente, las autoridades británicas encontraron el robo de un almirante muerto un asunto diferente,siendo este el único caso donde los alemanes recibieron una disculpa oficial.

Dönitz, Jodl, Speer y otros prisioneros de grado I fueron llevados a la sede de la 159 Brigada en la comisaría de policía en el centro de Norderhofenden. Allí se sentaron en una sala, rodeados de sus maletas. Uno por uno fueron convocados a una sala contigua para ser registrados como prisioneros y sometidos a un examen de cuerpo completo. Mientras tanto sus equipajes estaban siendo registrados en busca de documentos y objetos de valor. Al examinar la maleta de Dönitz, un oficial de seguridad de campo encontró el bastón de Gran Almirante y también el llamado «bastón interino» o Interimsstab; a cada Generalfeldmarschall o Großadmiral recién promocionado se le entregaban dos bastones, el bastón principal y el llamado Bastón Interino (Interimsstab) para uso diario. Estos bastones provisionales servían como emblemas de rango para uso diario para evitar el desgaste de los delicados, vulnerables y costosos bastones ceremoniales. Serán requisados y entregados a la oficina del brigadier Churcher y colocados en su caja fuerte. Su insignia de U-Boat con diamantes también «desaparecerá» en el registro.

Interimsstab o bastón interino del Gran Almirante Dönitz

Días días después, el 26 de mayo de 1945, Dönitz escribió al mariscal de campo Montgomery una protesta formal solicitando la devolución de sus dos Bastones: «En el curso de mi detención por parte de las tropas bajo su mando el 23.5. en Flensburg, me vi obligado a someterme a un registro desnudo que carecía de toda la debida consideración y respeto. Al mismo tiempo se realizó una búsqueda en mis pertenencias personales. Además de una serie de otros objetos valiosos, se sustrajo mi bastón de mariscal que, a sabiendas, había dejado en mis pertenencias personales en la firme convicción de que dicha insignia de un soldado de mi rango sería tratada con respeto incluso por el enemigo victorioso. No he recibido ninguna forma de recibo ni por los objetos de valor confiscados ni por el bastón de mi mariscal o mi bastón interino que me fue arrebatado a mi persona durante el registro «. Montgomery ignoró la carta de Dönitz y su interimsstab terminó en el museo de la infantería ligera de King’s Shropshire en 1964, donde reside hasta el día de hoy, a pesar de los intentos alemanes de recuperarlo en línea con el legado del fallecido Gran Almirante, antes de su muerte en 1980.

El bastón de Gran Almirante de Karl Dönitz pesa 900 gramos y comprende un eje de plata hueco, cubierto de terciopelo azul marino con anclajes sucios y emblemas nacionales de oro macizo. Los extremos también están hechos de oro, con los adornos de plata, incluido el motivo U-Boat, de platino, que en ese momento se consideraba un metal semiprecioso. Inusualmente, el extremo inferior del bastón otorgado a Dönitz tenía una esvástica en lugar del motivo tradicional de la Cruz de Hierro. Actualmente, se encuentra en el Museo del Regimiento Shropshire en el castillo en Shrewsbury.

El humillante registro personal y de sus equipajes ofendió gravemente a los oficiales alemanes que salieron de la habitación enfadados, insultados o deprimidos, según el caso. Poco después, los tres prisioneros principales (Dönitz, Jodl y Speer) fueron llevados al patio trasero de la comisaría de policía donde el Brigadier Churcher permitió a los miembros de la prensa aliada que filmaran, fotografiaran e incluso hiciesen preguntas a los detenidos. Los tres se mostraron calmados y estoicos; Albert Speer hizo un esfuerzo para dar la impresión de que el espectáculo no le importaba. Un reportero intentó preguntarle a Jodl pero él respondió fríamente: «Soy un prisionero de guerra y no se requiere decir nada mas que mi nombre y rango». El reportero sonrió y dijo: ‘OK, dame esos’. Jodl devolvió el tiro: «Generaloberst Jodl, jefe del Oberkommando der Wehrmacht «.

Esa tarde los prisioneros de Grado I fueron cargado en camiones y llevado al aeródromo de Flensburg donde fueron embarcados a bordo de dos C-47 rumbo al Centro de Internos Aliado en Bad Mondorf, Luxemburgo. Dos de los oficiales de escolta, capitanes Hugh Williams y Derek Knee, volaron en el mismo avión con los alemanes; la tripulación estadounidense quería conseguir autógrafos y por fin despegaron. El gobierno de Dönitz había durado apenas 23 días.

Fuentes bibliográficas


-.Evans,Richard J. (2017).»El Tercer Reich en guerra».Peninsula

-. MacDonogh, Giles.(2010) «Despues del Reich». Galaxia Gutemberg

-. Margry,Karel.(2005).»The Flensburg gobernment».After the Battle.Volumen 128. pp 2-30

-. Speer,Albert.(2001) «Memorias» .El Acantilado

-. https://www.youtube.com/watch?v=D-lqbFmXZLw



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