Incursiones vikingas sobre el Reino de Asturias

viernes, 14 de junio de 2013

La situación del Reino de Asturias en un punto clave para las comunicaciones marítimas, ya desde la Prehistoria, facilitó ancestrales contactos con el mundo atlántico. Por otra parte, debido a la orografia, la cornisa cantábrica ha estado muy volcada a dichos contactos y la península Ibérica se halla en la ruta natural procedente del Mar del Norte que, una vez atravesado el Canal de la Mancha y rodeada la península de Armórica -el gran Finis Terrae galo-, continúa hacia el Suroeste para acabar cruzando el Estrecho de Gibraltar y llegando al Mediterráneo. Por tanto es comprensible que los escandinavos, siguiendo su vestvegr o Ruta del Oeste , acabasen recalando aquí. Así,en el año 838 incursiones de normandos afincados en Irlanda ya habían asaltado algunas partes del norte peninsular, sin llegar a ser meras avanzadillas piratas.

La primera incursión: año 844

Los vikingos llevaban desde el comienzo del siglo IX saqueando y asolando las regiones costeras de la Europa atlántica; tras pasar por los Países Bajos, las Islas Británicas y Francia, y siguiendo esa ruta natural antes mencionada, le tocó el turno a las costas astures. Según las fuentes, en el año 844 partió del Garona una flota normanda que, tras una tempestad que les impidió tomar tierra en lo que sería el actual País Vasco, llegó a las costas asturianas. Entre el 31 de julio y el 1 de agosto del año 844 más de 100 naves vikingas con rumbo hacia el sur peninsular fueron avistadas en la playa de San Lorenzo (Gijón).Tras un intento de desembarco los nórdicos fueron expulsados de la bahía de Gijón por las tropas de Ramiro I por lo que fueron saqueando toda la costa cercana a Gijón y continuaron hasta desembarcar junto al Farum Brigantium, la Torre de Hércules, en La Coruña. Desde esa cabeza de puente saquearon toda la zona colindante y continuaron hasta adentrarse en la provincia de Lugo, donde desgraciadamente para ellos,se toparon con el ejército de Ramiro I, rey de Asturias, que desde hacía tiempo habían estado observando los movimientos de los escandinavos. Empujaron a los vikingos hasta la ribera del Miño y les obligaron a librar combate en un lugar llamado hoy Camporramiro. La «Cronica General de España» de Rodrigo de Toledo y Lucas de Tuy afirma:   «Y así ocurrió allí que el rey don Ramiro los venció y desbarató, y luego mandó poner fuego a la flota y les quemó LXX naves«.

Expulsados del reino de Asturias, los vikingos continuaron hacia el Sur para continuar sus actos de piratería llegando poco después al estuario del Tajo y, ya en territorio musulmán, saquearon la ciudad de Lisboa durante trece días. De aquí continuaron hasta Cádiz, penetraron por el Guadalquivir y el 29 de septiembre llegaron a Sevilla. El saqueo e incendio de esta ciudad, duró varios días. También hubo saqueos en Medina Sidonia, Cádiz y Coria del Río. Por tanto, destruyeron Sevilla, cuyos habitantes se refugiaron en Carmona y pidieron ayuda a Córdoba, y ‘Abd al-Rahman II envió un gran ejército. Tras varias semanas de correrías por la región, los vikingos fueron derrotados; muchos cayeron, y los que quedaban huyeron y continuaron hacia el Mediterráneo. Sin embargo un pequeño grupo quedó aislado en territorio musulmán y pidió la paz, que les fue concedida, se quedaron, se convirtieron al Islam, fundaron familias y se dedicaron durante varias generaciones a la elaboración de quesos. Expulsados del reino de Asturias, los vikingos continuaron hacia el Sur para continuar sus actos de piratería llegando poco después al estuario del Tajo y, ya en territorio musulmán, saquearon la ciudad de Lisboa durante trece días. De aquí continuaron hasta Cádiz, penetraron por el Guadalquivir y el 29 de septiembre llegaron a Sevilla. El saqueo e incendio de esta ciudad, duró varios días. También hubo saqueos en Medina Sidonia, Cádiz y Coria del Río.

Segunda oleada, 858-861

Pero está no fue la única vez que los vikingos arribaron a las costas asturianas. Especial relevancia tuvo la zona de Candás y Luanco donde las naves que pretendían doblar el cabo peñas solían esperar mejorías de tiempo y se avituallaban de agua y comida para su travesía. Estas tierras, más las próximas a la actual Tazones y Lastres, fueron objeto de visitas vikingas durante los años comprendidos entre el 858 y 861. Se trataban de razzias veraniegas que el rey Ordoño I, según los escritos de la época, supo atajar. Los vikingos llevaban pieles de vaca recién sacrificada colocadas por todo el barco porque los nativos de éstas costas al verles llegar les disparaban flechas incendiarias con el propósito de hundir sus barcos (en lo que sería la entrada a la ría de Villaviciosa una nave vikinga fue hundida, permaneciendo durante varios cientos de años sus esqueleto en el lecho de la misma). Incluso parece ser que algunos miembros de las tripulaciones llegaron a asentarse en suelo asturiano, dando lugar a un linaje de hijos rubios y pelirrojos poco comunes en estas tierras.

En tiempos de Ordoño I, sucesor de Ramiro I, los vikingos volvieron a atacar el Norte de la Península. En 858 entraron por la ría de Arousa, vía de fácil penetración y jalonada de múltiples playas, que les sirvieron como punto de base desde el que asaltar los distintos lugares. Iria Flavia, antigua sede episcopal y puerto más próximo a Santiago de Compostela, situada al fondo de esta ría fue saqueada y todo el clero de esta ciudad se refugió en Compostela (estaba amurallada) que fue sitiada por los escandinavos. Los habitantes de este enclave les pagaron un tributo para librarse del saqueo, mas los atacantes quisieron, aún así, entrar en la ciudad. Fue entonces cuando llegó el conde Pedro al frente de un ejército, enviado por Ordoño I, poniéndolos en fuga y levantando el sitio. Esta derrota debió de ser considerable, pues de los cien barcos que traían los vikingos sólo les quedaron sesenta y dos.

Nuevamente partieron hacia el Sur e intentaron desembarcar en la costa portuguesa, pero los musulmanes presentaron batalla y se apropiaron de dos de sus barcos. Los sesenta restantes consiguieron llegar hasta el Guadalquivir y luego hasta Algeciras, ciudad que saquearon y cuya mezquita fue incendiada. Tras algunas incursiones por el Norte de África, atacaron la costa de Murcia, llegando hasta Orihuela. Pasaron el invierno en la costa francesa, cerca de Camargue, y al emprender el regreso, según cuentan los cronistas árabes, siguieron por la costa penetrando hasta Pamplona, probablemente tras remontar el Ebro, y allí hicieron prisionero al rey García, que tuvo que pagar un rescate de 90.000 dinares para poder ser liberado.

Algunas fuentes parecen indicar que la propia capital del reino, Oviedo, fue víctima de algún ataque norteño. En lo que sería los actuales terrenos de la antigua cárcel de Oviedo, Alfonso III mandó construir una fortaleza alrededor del año 875. En esta fortaleza, de la que ya no queda vestigio alguno al ser totalmente destrozada durante la Guerra de Independencia, se podía leer la leyenda ”Caventes, quod absit, dum navalis gentilitas piratico solent exercitu properare, ne videatur aliquid depirire” (“Estad alerta, alejaos cuando las naves de los piratas paganos tienen por costumbre hacer incursiones, procurando que nadie perezca”[/i]). Además la existencia de la “cámara secreta” de San Julián de los Prados, sólo accesible desde el exterior y con una escala independiente, parece corroborar las teorías que apuntan a la capital asturiana como blanco de los ataques piratas vikingos (apenas hay 30 km a la costa).

En un principio las flotas vikingas cogieron por sorpresa a los habitantes de estas regiones pero a medida que tomaron conciencia del peligro, se mostraron cada vez más preparados para dichos ataques desde el punto de vista defensivo y militar, de modo que los mismos vikingos tuvieron que realizar sus incursiones en otros lugares más indefensos y vulnerables o donde no se hubiera conocido aún de primera mano la fuerza de sus acometidas. Así, en el Reino de Asturias se construyen multitud de estructuras defensivas y se fortifican innumerables enclaves ante los ataques de los escandinavos, al tiempo que los reyes y los poderes nobiliarios  y eclesiásticos intervienen para frenarlos. Otra de las consecuencias es el traslado definitivo de la sede episcopal de Iria Flavia, ciudad costera de la ría de Arousa, a Compostela, más al interior y por tanto menos vulnerable. El obispo Teodomiro de Iria Flavia, quien supuestamente descubrió la tumba de Santiago, ya se hizo enterrar en la nueva iglesia construida en Compostela, pero el traslado de la sede no se hizo de forma oficial hasta que comenzaron las primeras incursiones vikingas.  

Fuentes consultadas:

Arias Jordan,Cristina, Las incursiones vikingas en la Peninsula Iberica

Velasco, Manuel (2008) Breve Historia de los Vikingos

Yves Cohat, Los vikingos, reyes de los mares 

La batalla de Agincourt

La batalla de Agincourt

Cuando amaneció, la madrugada del 25 de Octubre de 1415, había llovido con profusión y la amplia superficie del campo de batalla, recién arada para la siembra de invierno, se había convertido en un barrizal; los jinetes franceses miraban con desden hacia las escasas...

De Guillermo el Bastardo a Guillermo el Conquistador

De Guillermo el Bastardo a Guillermo el Conquistador

Una de las historias más curiosas de la Europa medieval es la de la dinastía y el pueblo normandos. Es la historia de un oportunismo, de un hombre en una época de violencia e inestabilidad. No es la historia de la construcción consciente de un reino y un pueblo, o de...

La Peste Negra

La Peste Negra

En 1348, una enfermedad terrible y desconocida se propagó por Europa y en pocos años sembró la muerte y la destrucción por todo el continente. A mediados del siglo XIV, entre 1346 y 1347, estalló la mayor epidemia de peste de la historia de Europa, tan sólo comparable...

La batalla del lago Peipus

La batalla del lago Peipus

En el siglo XII, el Báltico era una región de bosques y lagos, con pocas tierras de labranza e inviernos glaciares, pero además, era el último reducto del paganismo en Europa. La sociedad báltica se fue militarizando progresivamente durante los siglos XII y XIII como...

La Orden Teutónica

La Orden Teutónica

Casi tan famosos como los Caballeros Templarios, los Caballeros Teutónicos y su imaginería popular de extravagantes cascos de cuernos en jinetes vestidos de acero, han cautivado a muchos aficionados a la historia. Mucho de esto quizás tiene que ver con el hecho de que...

La corte de los milagros

La corte de los milagros

Durante varios siglos, París y sus alrededores se infestaron con una multitud de vagabundos y pobres. Tras la muerte de Felipe IV Le Bel y la llegada de la dinastía Valois las condiciones de vida en París empeoraron notablemente, hasta el...

¿El verdadero Robin Hood?

¿El verdadero Robin Hood?

La leyenda de Robin Hood ha capturado la imaginación de productores de cine, escritores de televisión y autores literarios durante décadas. Los estudios cinematográficos han recreado la leyenda innumerables veces desde la primera película sobre Robin Hood en 1922....

El fuego griego

El fuego griego

Constantinopla, la segunda Roma, sobrevivió toda la Edad Media a los repetidos ataques cristianos y musulmanes; las murallas de la ciudad, su poder militar, su capacidad de adaptarse a los tiempos sin renunciar a las tradiciones romanas.... muchos elementos explican...

La caza de brujas

La caza de brujas

Entre los siglos XV y XVIII, las autoridades de muchos paises europeos desencadenaron una feroz represión contra los supuestos adoradores del diablo. Miles de ellos fueron perseguidos y condenados, muriendo en la hoguera. No hay duda de que la brujería fue uno de los...

El acero de Damasco

El acero de Damasco

En tiempos de los cruzados, las espadas de Damasco se convirtieron en armas legendarias. Abundaban leyendas de todo tipo sobre ellas, desde que se templaban introduciendo la hoja al rojo vivo dentro de los cuerpos de esclavos y prisioneros hasta las que llegaban a...

La masacre de Verden

La masacre de Verden

Carlomagno inició la anexión de los territorios paganos de los sajones en el 773. Tras su victoria en la batalla de Paderborn, quedó muy clara su postura respecto a la libertad religiosa, al obligar a los habitantes de Angria a cortar y destruir el Irminsul (una...

La Britania vikinga

La Britania vikinga

A partir del último cuarto del siglo IV la provincia romana de Britania se veía amenazada por los ataques de piratas sajones, anglos y jutos, así como por las incursiones de escotos y pictos. Estas invasiones se verían favorecidas por el gradual abandono de la isla...

El Cisma de Aviñón

El Cisma de Aviñón

El siglo XIV fue tiempo de cambios para la sociedad europea. Al tiempo que el feudalismo se debilitaba, las ciudades experimentaron una paulatina pujanza de la mano del comercio y de la burguesía. España estaba inmersa en la Reconquista e Inglaterra y Francia, en la...

La Guardia Varega

La Guardia Varega

Leales y salvajes, los miembros de La Guardia Varega, unos guerreros de origen vikingo animados por las riquezas y la gloria, viajaron hasta Constantinopla a partir del siglo X para poner sus armas al servicio de los emperadores bizantinos. Su experiencia militar y su...

9 Comentarios

  1. Anónimo

    Pues me parece un auténtico y excelente trabajo de divulgación. Los vikingos atacaron Asturias, así como Sevilla. Dadas las pobres o inexistentes estrategias de ese pueblo, por supuesto, si no se encontraban luchando contra una población de civiles indefensa, perdían ineludiblemente. No tenían ni los medios materiales ni intelectuales para derrotar a un ejército, y mucho menos a uno de nuestra común tierra solariega, España; y se lo digo yo que soy directamente descendiente de vikingos, no históricamente, no, sino porque mi madre es de allí. Y valoramos positivamente nuestra historia pero también vemos los fallos y carencias en el terreno bélico que nuestros antepasados tenían, y que eran muchas.

    Responder
  2. Anónimo

    y Catoira en Galicia

    Responder
  3. Javier Fernández Lagar

    \»hijos rubios y pelirrojos, poco comunes en estas tierras\»… pues, sencillamente no es verdad. Hay todavía muchas poblaciones en esta tierra astur en los que mucha gente es rubia y de ojos azules o verdes y los pelirrojos (roxos) son bastante comunes aunque se dice que tienden a desaparecer…

    Responder
  4. Javier Fernández Lagar

    \»hijos rubios y pelirrojos, poco comunes en estas tierras\»… pues, sencillamente no es verdad. Hay todavía muchas poblaciones en esta tierra astur en los que mucha gente es rubia y de ojos azules o verdes y los pelirrojos (roxos) son bastante comunes aunque se dice que tienden a desaparecer…

    Responder
  5. RAFAEL MORILLA SAN JOSE

    Javier, el texto completo dice:\»Incluso parece ser que algunos miembros de las tripulaciones llegaron a asentarse en suelo asturiano, dando lugar a un linaje de hijos rubios y pelirrojos poco comunes en estas tierras\». Evidentemente, hay personas rubias y pelirojas en Asturias, precisamente este es uno de los orígenes de estas poblaciones que permanecen hasta el día de hoy. No se me ocurre donde puede estar la falsedad..

    Responder
  6. Sergio Germánico

    Estupendo trabajo sobre un no demasiado conocido episodio de nuestra historia: las incursiones vikingas y la oposición de nuestros antepasados astures. Apasionante… Enhorabuena!

    Responder
  7. Sergio Germánico

    Estupendo trabajo sobre un no demasiado conocido episodio de nuestra historia: las incursiones vikingas y la oposición de nuestros antepasados astures. Apasionante… Enhorabuena!

    Responder
  8. Jose Luis Carrera

    Demasiado lógico,colores, el azul de Asturias y Galicia con los Suecos, hasta el río de la plata, la fortaleza física no es visigoda,quizá se mezcla con la celta pero……. saludos

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *